Edición n° 2874 . 04/10/2024

Viviana Klachko: “El Arte hace visible lo que está naturalizado” 

(Por Estefanía Cendón) Con motivo de la presentación de la muestra “Resiste”, el próximo 20 de julio de 2024 en la Fundación Walter Benjamin, la artista visual, compositora y psicoanalista Viviana Klachko recorrió los principales pasajes de su obra. La exposición, que combina por primera vez pintura y música, representa una fuerte apuesta al Arte como vehículo para la reflexión y un acto en sí mismo de resistencia.

Un total de 13 trabajos componen la muestra de Klachko, lo que incluye tanto obras inéditas como intervenciones o “relecturas” sobre pinturas previamente desarrolladas. “La mayoría son trabajos grandes, producidos en distintos momentos, y están realizados sobre tela con acrílicos, oleos y algo de grafito para los detalles”, describió la artista.

Acerca del proceso creativo y la ejecución de los diversos formatos que son recorrido y expresión en la obra de Klachko, aseguró: “Tal vez invoco un acto resistencia al trazar una pincelada con los colores de la actualidad. Es importante recuperar este ejercicio, porque es algo que se muestra en  detalles, como los colores que utilizo que te sacuden y trabajan con esa idea”. 

“No sé si hablar de una conexión (entre la pintura y la música) porque son lenguajes distintos, son distintos modos de expresión: por un lado, una es la expresión en el plano y, por el otro, la música trasciende todas las fronteras al ser una herramienta muy poderosa”, analizó la pintora acerca de su apuesta más reciente que integra  siete obras musicales.

Como es usual, la artista aportó su mirada reflexiva acerca de la actualidad en Argentina, su país de origen, destacando la potencia del Arte como lenguaje y su capacidad transformadora. “El repudio a la represión por parte del gobierno actual se manifiesta a través de la resistencia, por el arte y la preservación de la cultura”, sostuvo. 

-¿A qué se debe la elección de “Resiste” como denominación de la muestra? 

-Viviana Klachko: Considero que es un momento álgido y muy complicado socialmente hablando. En líneas paralelas, «Resiste» significa mi trabajo y mi apuesta al arte, donde el arte ya implica todo un acto de resistencia. Además, forma parte de la exposición la presentación de un grupo musical. 

La cuestión social atraviesa este trabajo con la expresión de un fuerte repudio a la represión por parte del gobierno actual. El repudio se manifiesta a través de la resistencia, por el arte y la preservación de la cultura. 

¿Cómo está compuesta la exhibición? 

-VK: La muestra está compuesta por pintura y música. La mayoría son trabajos grandes, producidos en distintos momentos, y están realizados sobre tela con acrílicos, oleos y algo de grafito para los detalles. Son 13 trabajos en total. 

¿Se trata de trabajos inéditos? 

-VK: Algunas obras ya han sido expuestas. Es importante aclarar que hay una relectura actual que tiene que ver con la serie «Ramona Resiste», un homenaje al personaje del pintor Berni que ha trascendido. Por lo tanto, creo que mi Ramona es un emblema de lucha. También, renuevo la serie de “El gran Circo”, una serie muy crítica pero, al mismo tiempo, una apuesta a la salida y sobre todo a la transformación.

Y sí, hay trabajos inéditos, que nunca fueron expuestos, como “La Silla Roja en La Selva”, “Mi naturaleza”, “El retrato de Ramona”, “El encuentro a través de los espejos”, “Mi grito” y “Los Perros”. 

-¿Qué posibilidades se abren a partir de intervenir una obra?

-VK: Se abren un montón de posibilidades ya que me permite actualizarlas. Por ejemplo, lo que me sucedía hace 20 años no es lo que me pasa hoy. En este caso, tal vez invoco un acto resistencia al trazar una pincelada con los colores de la actualidad. 

¿Por qué decidiste incorporar música en esta muestra?

-VK: La música es algo nuevo, que nació durante la pandemia. No fue algo buscado, yo me encuentro con la música un día de marzo de 2021. Empecé a escribir y cuando terminó el día había grabado 26 canciones con mi celular, por lo que comencé a seleccionar y prestar atención a ese proceso.

A partir de esos primeros bocetos convoqué a una pianista con quien trabajamos un año entero juntas y sacamos un montón de temas, pero ninguno fue grabado en estudio. 

Desde la pandemia hasta ahora desarrollé varias propuestas musicales, producto de encuentros con distintos músicos y músicas. Luego, me junté con un guitarrista y trabajamos dos años juntos. Actualmente se acaba de incorporar una voz principal, una violinista y yo también canto. 

¿De dónde proviene esa conexión entre la pintura y la música que lograste establecer? 

-VK: Pensé mucho en eso. No sé si hablar de una conexión porque son lenguajes distintos, son distintos modos de expresión: por un lado, una es la expresión en el plano y, por el otro, la música trasciende todas las fronteras al ser una herramienta muy poderosa. Realmente la música se puede compartir de una manera muy distinta a la pintura porque todos y todas podemos cantar una canción al unísono, mientras que la pintura es un lenguaje diferente. 

-¿Cuál considerás que es tu obra más musical? 

-VK: Hay elementos que utilizo en mi pintura y que se repiten, esto lo noto a posteriori, al observar una serie. Por ejemplo, un columpio o una hamaca en donde hay un sonido que genera el movimiento de estas piezas, un sonido que uno puede imaginar al observar la obra. 

También la pintura  “El encuentro a través de los espejos” tiene un componente musical porque trabaja sobre la cinta de Moebius, con recorridos espaciales que te permiten ingresar y salir. 

Pero, el más auténtico lugar donde se juntan ambos lenguajes es aquél en el que guardan una misma poética: la calle, la miseria humana, los cuerpos, el ensueño, el hambre, el atardecer y la selva. Creo que lo más interesante a la hora de producir arte o canción es atrapar un instante en una metáfora, y dejarla volar… 

-¿En qué otras expresiones artísticas, además de la música, podrías incursionar? 

-VK: Me interesa el video y trabajarlo desde la música: el video sigue siendo parte de la imagen, porque guarda relación con la pintura, y también me gustaría incorporar una instalación en mis muestras. 

-¿Cuáles son los proyectos a futuro?

-VK: Grabar la música. Siento que este es un tiempo bisagra, en el que se está armando algo nuevo: a partir de la instalación de la música ya no hay más pintura sin música. 

Esta pregunta la estoy viviendo en este momento, por lo nuevo de este proceso, y seguramente, con tiempo, pueda observarse más el vínculo. Creo que las imágenes cantan. 

-¿Qué te gustaría que se lleve el espectador de la presentación? 

-VK: Considero que lo mejor que te puede pasar cuando vas a una muestra es que te produzca un despertar, alguna pregunta, y lo que observás visibilice algo que no se te ocurrió ver antes. El arte logra eso: hace visible lo que está naturalizado. Es importante recuperar este ejercicio, porque es algo que muestra en detalles, como los colores que utilizo que te sacuden y trabajan con esa idea. 

Más que nada es importante generar signos de pregunta, no demasiadas respuestas, que se desarrollen preguntas que te inviten a pensar. 

-¿Considerás que preguntarse, entonces, es una forma de resistir?

-VK: Creo que sí, es importante la pregunta porque lo que hace este tipo de “sistemas del hambre» es masificar y no pensar. La idea es quebrar eso: lograr que pienses, que te cuestiones.

-¿Quiénes integran la banda?

-VK: Somos cuatro: Barbi Zabala, la violinista; Javier Aranguren, guitarrista y arreglador; Helena Klachko, la voz; y yo soy quien arma las composiciones musicales y la letra. También me estoy animando a cantar. 

-¿Cómo está compuesto tu repertorio musical? 

-VK: Hay un poco de todo. El tango, que es bien nuestro, nos atraviesa de un modo particular y nos sirve al aportar toda la fuerza necesaria para decir las verdades que deben ser dichas. También, hay mezclas de tango con partes de candombe, como sucede con el tema «Aire de magnolias». Hay canciones, como «Sangre de tu sangre», que tienen una impronta más nuestra, latinoamericana.

Otros temas tienen la particularidad de ser tranquilos en apariencia, pero las letras abordan un contenido comprometido. Por ejemplo, así  sucede en «Colores Pastel», donde es casi una canción de cuna que denuncia el hambre. Hay un pasaje de esta canción que dice: “Cuando el mar lame la arena/Y tiñe el atardecer/Para no ver que la cena/Es una miga con té”.

Además, hay otras canciones que hacen referencia a la niñez. Tal es el caso de «Niño Maciel» que me recuerda mucho a Berni, aunque yo lo trabajo en versión canción y con un abordaje de la pobreza en Juanito Laguna. 

Creo que la raza humana genera pobreza para mantener un sistema de división de poderes y, volviendo al arte, todos los seres humanos contamos con el recurso de la fantasía y la capacidad de crear, algo que se observa en el juego, en la niñez, un recurso con el que contamos para «decir» a través del arte. 

-¿Por qué la elección de la Fundación Walter Benjamin para desarrollar esta primera muestra en la que coinciden pintura y música? 

-VK: Quiero agradecer en particular a la Fundación Walter Benjamin porque nos abrieron las puertas con todo el corazón y la calidez, nos permitieron hacer ensayos y probar todos los detalles. 

En 2012 realicé una muestra en este espacio y en 2013 cursé  la formación en Curaduría y Comunicación del Arte. También dicté dos seminarios: “La carnalidad en la obra de Francis Bacon”, el pintor, y “La colonización en el arte y el cuerpo de las mujeres”.

Hoy me encanta estar acá y es necesario brindarle un homenaje y agradecimiento profundo a esta Fundación que me ha permitido dialogar e intervenir desde el Arte y el Psicoanálisis, y, con respecto a lo que la muestra  “Resiste” nos convoca, la Pintura y la Música.