El proyecto presentado por TGS apunta a convertirse en el primer rceptor de los beneficios de un régimen que aún no salió del Congreso.
( Raúl Dellatorre / Página 12 / Director de Motor Económico ) El régimen de incentivo a las grandes inversiones todavía no es ley pero ya tiene anotado el primer proyecto para recibir los beneficios que ofrece. Transportadora Gas del Sur (TGS) presentó un proyecto de ampliación de la capacidad de transporte de gas que se realizaría «por iniciativa privada». La empresa, explotada por Pampa Energía (Marcelo Mindlin) y el grupo Sielecki ofrece el financiamiento del total del costo de la obra (se calcula en 700 millones de dólares) que promete poner en servicio para el invierno de 2026, siempre que le adjudiquen la obra antes de noviembre de este año.
«¿Será el primer fruto de la combinación del RIGI con la actualización tarifaria?», se preguntó ante la novedad uno de los más conocidos consultores privados del sector energético. Lo cierto, es que la sociedad Mindlin-Sielecki ya se anotó para ser la primera en cosechar esos frutos. Es decir, los numerosos (y valiosos) beneficios en materia fiscal, cambiaria y arancelaria que ofrece el RIGI, más la explotación de un servicio de transporte que sin dudas será rentable. TGS aporta la financiación pero el costo de la obra se termina pagando con tarifa.
Cómo es la obra
Físicamente, el emprendimiento se realiza sobre el trazado del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner tramo I concluido en el invierno pasado por el gobierno de Alberto Fernández. Ese ducto transporta el gas natural desde los yacimientos de la formación Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, con punto de entrada en la localidad de Tratayén en la mencionada provincia. Desde allí, el gas es transportado hasta la localidad de Salliqueló, al oeste de la provincia de Buenos Aires (cercano al límite con La Pampa).
La obra propuesta por TGS consta de la ampliación de la capacidad de transporte del Tramo I en 14 millones de metros cúbicos por día (14 MMm3/d), con un costo de 500 millones de dólares. La obra consiste en instalar 6 equipos en 4 plantas compresoras, a lo largo del trazado, que aportarían 90 mil caballos de fuerza (HP) adicionales para acelerar el paso del gas por el tubo.
A ello se agrega, en la propuesta, una obra complementaria que suma un equipo más en una quinta planta compresora en la interconexión Salliqueló-Mercedes (provincia de Buenos Aires), que extienda la llegada del gas adicional hasta esta última localidad. El costo de este tramo, que sumaría 15 mil HP de potencia adicional, es de 200 millones de dólares.
Próximos pasos
Según lo expuso la propia empresa TGS, las etapas necesarias para la habilitación del proyecto serían: 1) Análisis y aprobación de la propuesta por parte del Poder Ejecutivo Nacional; 2) Preparación de Pliegos del Concurso por parte del PEN; 3) Análisis de Ofertas recibidas; 4) Adjudicación, «que incluya el otorgamiento de la cesión parcial de la Concesión de Transporte antes del primero de noviembre de 2024, para poder tener habilitación de la obra en el invierno de 2026».
TGS asegura que si resulta adjudicataria del concurso para ampliación de capacidad del GPNK, con un costo de 500 millones de dólares, «se compromete a invertitr 200 millones en los tramos finales del sistema regulado, aun no resultando adjudicado en el Concurso».
Se trata, en rigor, de dos contratos, que cuidadosamente diseñados, dan por resultado (calculado por quien presenta la iniciativa) en ambos casos inversiones mínimas de 200 millones. Es decir, aunque se adjudicaran por separado, ambas entran en los beneficios del RIGI.
Alternativas
Según el especialista Juan José Carbajales, titular de la consultora Paspartú, es efectivamente «la primera propuesta de inversión en infraestructura energética del sector privado». El objetivo, entiende Carbajales, es «disponer de 14 millones de metros cúbicos adicionales que pueden ser destinados al Noroeste (NOA) o eventualmente a Brasil».
Esto es, porque el gas adicional que llegue a Mercedes, podría inyectarse en el Gasoducto del Norte (en la localidad de Cardales) y de allí, una vez hecha la reversión del sentido de transporte del gas, en vez de traer el gas importado de Bolivia, suministraría el gas que demanden las provincias del NOA. El gasoducto del Norte es operado por la otra transportadora privada, TGN.
Si no fuera ese su destino, la alternativa es que, con la construcción del segundo tramo del Néstor Kirchner, se habilite la posibilidad futura de llegar a Brasil por las provincias de la Mesopotamia.
Por ahora, el proyecto de TGS contempla que esos 14 MMm3/d adicionales que colocaría en el Nodo Litoral «reemplacen importaciones de LNG (gas natural licuado) y Gas Oil, cuyos precios son 3 a 5 veces mayores que el precio de Vaca Muerta». Esas necesidades suelen darse en un período de 90 a 100 días al año, entre los meses de otoño e invierno.
Interrogantes
Carbajales, sin embargo, deja planteados algunos interrogantes que aún no tienen respuesta:
¿Beneficios fiscales para las empresas emprendedoras, redundarán en menor tarifa para el usuario?
¿Cuál será el marco legal que se aplicará a la iniciativa privada? Conviene recordar, al respecto, la frustrada experiencia de la participación público-privada (los PPP) de 2016, bajo el gobierno de Mauricio Macri.
¿Cuál será el papel de la empresa estatal Enarsa? ¿Será concedente como en el GPNK I o también licenciatario de la ampliación?
¿Será aplicable el mismo esquema al tramo II del gasoducto Néstor Kirchner?