La convención Pro-Textil 2024 fue el escenario de exposición de las consecuencias del actual abandono de las políticas de protección a la industria y el empleo.
( Rulo Dellatorre/ Página 12/ Motor económico) La situación crítica del sector y los riesgos asociados a una política oficial que abandonó toda protección al desarrollo industrial fueron los aspectos dominantes de la convención empresaria Pro-Textil 2024, organizada por la Fundación ProTejer este jueves en la localidad de Pilar, provincia de Buenos Aires.
Priscila Makari, Directora Ejecutiva de ProTejer, y Lucía Knorre, economista jefe de la misma fundación, describieron la crítica situación del sector textil, cuya producción se contrajo un 18,3% interanual a septiembre y un 18,1% interanual en los primeros nueve meses de 2024. Un panorama similar muestra el calzado (-12,2% y -14,7%), mientras que en la indumentaria observaron una caída menos significativa (+2% y -8,2%). El 80% de las empresas no invirtió en lo que va del año. Se han perdido 8717 puestos de trabajo registrado y se han cerrado 49 plantas productivas y 116 talleres de confección.
La industria textil es uno de los sectores con mayor nivel de inversión en los últimos años, destacaron las autoridades de ProTejer, estimado en más de 1400 millones de dólares entre 2021 y 2023, «apostando a una potencialidad que requería de nuevas tecnologías». Pero el panorama cambió bruscamente en este 2024.
«Somos una cadena de valor constituida mayoritariamente por pymes y de las más numerosas de la industria nacional en cantidad de establecimientos: 23.000 empresas entre eslabones primarios, industriales y comercio», se señaló en el encuentro.
Sin embargo, el informe dado por las especialistas de la Fundación alertó que «las políticas económicas oscilantes han dejado profundas secuelas estructurales en la industria textil, como Informalidad laboral y baja productividad». Indicaron que «la confección textil enfrenta un 73% de informalidad laboral, exacerbada por el abandono de la actividad por parte de grandes marcas en los años 90, una situación que no se logró revertir durante la recuperación económica de 2003-2011».
Además, enfrentó la «pérdida de eslabones productivos: el sector ha visto la desaparición de actividades clave, como la producción de hilados de lana, lino, acetato, elastano y viscosa, y la fuerte reducción en químicos, auxiliares (del 70% al 10%), fibras sintéticas como poliéster (del 80% al 50%) y nylon».
En cuanto a la coyuntura económica, Makari y Knorre alertaron sobre una recuperación económica aún débil y los riesgos de reprimarización de la economía. “Al momento, no se ve con claridad un sendero de recuperación robusta de la demanda interna. El verdadero limitante del crecimiento económico se observa en el mercado de trabajo y en la situación socioeconómica de las familias argentinas. A agosto, se observa una pérdida de 174.000 puestos de trabajo asalariados en el sector privado en relación con el año pasado».
«Aunque el poder adquisitivo del sector privado ha mejorado desde los mínimos a principios de año–agregaron–, todavía está un 3,6% por debajo interanual y acumula una pérdida del 19% desde 2016. En el sector público, la situación es más grave, con caídas del 20% interanual y del 35% respecto a ocho años atrás”.
En el panel titulado «El desafío de producir en Argentina», el ex director de Aduana Guillermo Michel planteó en términos muy preocupantes las consecuencias de la apertura de importaciones y diversas desregulaciones en el comercio exterior.
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“Se eliminó el control del canal rojo en importaciones, es probable de vaya a haber una avalancha de subfacturación». «La flexibilización del courier es un efecto de pinzas sobre la industria».
«El gobierno de Milei va a contramano del mundo, que va en el sentido de proteger la industria local, proteger el empresario local y proteger los puestos de trabajo nacional». «Con las normativas que está tomando este gobierno, yo creo que está pensando más que en no proteger las empresas locales, directamente en desproteger el empleo local, y destruir 500.000 puestos de trabajo».
En el encuentro se destacó que los países desarrollados están recuperando su segmento «industrial textil y confección» para generar empleo de calidad. «Con cadenas globales de valor cada vez más cortas e instalación de fábricas en cercanía a los centros de consumo». Argentina, en tanto, posee las materias primas de calidad, el algodón, la lana, los camélidos, contando además con la tecnología y los profesionales para potenciar el desarrollo, y sin embargo hay voces oficiales que lo señalan como un sector poco competitivo y no preparado para competir con los productos importados. Muy semejante, en definitiva, a lo que opinaba el secretario de Industria de Mauricio macri, que incluía a los textiles en su lista de «sectores inviables».