Un informe del Centro de Estudios de la Producción, basado en el consumo de energía, refleja una expansión fuerte que alcanza, incluso, a los sectores más afectados por la pandemia.
La actividad industrial, que viene apuntalando fuerte el PBI, encara el último período del año con importantes niveles de crecimiento. Según un informe del Centro de Estudios para la Producción, que funciona bajo el ala del Ministerio de Desarrollo Productivo, los datos adelantandos del consumo de energía reflejan que en octubre y noviembre continúa firme la mejora en la actividad.
Las cifras reflejan que, medido en consumo de energía, en el décimo mes del año la producción creció 2,4 por ciento contra octubre de 2019 (mes en el que hubo tres días hábiles más que en octubre de 2021, que contó con un fin de semana “extra” largo por el feriado del 12 de octubre) con 9 de 14 sectores industriales en expansión frente a 2019. A su vez, la producción de acero crudo creció 17,3 por ciento en octubre respecto a dos años atrás, los despachos de cemento aumentaron 20,1 por ciento y la fabricación de vehículos automotores mejoró 28,8 por ciento. Los datos preliminares de las últimas 4 semanas muestran que el consumo de energía industrial fue el más alto en cuatro años para esta época del año, superando en 4,4 por ciento a 2020, en 3,1por ciento al de 2019, y 2,8 por ciento al de 2018.
El trabajo analiza en detalle la evolución de las principales actividades y sostiene que, en septiembre, el 70 por ciento de los sectores productivos mejoró su desempeño respecto al primer trimestre del año. «En agosto, según los últimos números del INDEC, la economía ya había superado por 0,3 por ciento el nivel de febrero de 2020, a lo que agrega el trabajo y especifica que “los primeros datos adelantados de septiembre, octubre y lo que va de noviembre auguran en líneas generales una consolidación de dicha tendencia de recuperación”. En esa línea, se consigna que esto podría indicar que “la actividad económica está ya en niveles similares o incluso superiores al promedio de 2019”.
La reactivación económica tiene que ver, además, con la apertura de actividades ante la mejora en la pandemia por la vacunación. Eso posibilitó que rubros parados vuelvan a aportar al PBI. «La gradual normalización de la actividad económica está permitiendo una mayor homogeneidad en los ritmos sectoriales de recuperación, que hasta ahora se venía dando de una manera demasiado dispar. De acuerdo al CEP-XXI, las ramas que a principios de año eran las que más caían frente a 2019 (como gastronomía, turismo, transporte de pasajeros y actividades culturales) fueron las que más se recuperaron en los últimos meses, a medida que las actividades que venían liderando la mejora económica empiezan a moderar su ritmo de expansión», se especificó.
En concreto, en septiembre, 433 de 622 sectores productivos (el 70 por ciento) mejoraron su desempeño respecto al del primer trimestre del año.
“El incremento de la circulación está impactando directamente en las actividades más castigadas por la pandemia, tales como gastronomía, turismo, servicios recreativos y culturales, el transporte de pasajeros y ciertos segmentos del comercio minorista (particularmente el de indumentaria y calzado, con mayor presencia en centros de compras)”, detalla el trabajo. En tanto, agrega, la mejora del sector hidrocarburífero –indirectamente beneficiado de la suba de la movilidad– también ha sido un motor de la recuperación reciente, con el consiguiente impacto en la cadena de proveedores industriales, lo que contribuye a que gradualmente la recuperación económica vaya siendo más homogénea.
Todo ese combo de mejoras se vio también reflejado en la creación de empleo. «Después de cuatro meses de estabilidad la industria volvió a crear puestos de trabajo en septiembre, y ya cuenta con 42.000 trabajadores y trabajadoras más que a finales de 2019 (un alza del 3,7 por ciento). En ese sentido, el informe destaca al sector farmacéutico (que alcanzó el mayor nivel de su historia, con más de 40.000 puestos de trabajo formales), al de maquinaria agrícola (con la mayor cantidad de puestos de trabajo formales desde 2013) y determinados segmentos de la industria de alimentos y bebidas, como cervezas, proteínas animales, alimentos para animales o productos de molinería, que actualmente tienen el mayor número de trabajadores y trabajadoras de por lo menos 25 años.
También señala que desde enero a septiembre, la producción industrial creció 6 por ciento contra 2019, lo que la convierte en una de las recuperaciones industriales más veloces del mundo, detrás de la de China (+13,4 por ciento), pero por encima de países como Brasil (0 por ciento), Chile (+2,0 por ciento), España (-3,2 por ciento), Francia (-5,8 por ciento), Italia (-1,1 por ciento), India (-2,5 por ciento), México (-2,9 por ciento), Alemania (-6,7 por ciento), Estados Unidos (-1,3 por ciento) o Japón (-6 por ciento).