El presidente Javier Milei envió un duro mensaje a los diputados y senadores opositores que no acompañen sus proyectos de ley al advertir que “serán identificados como enemigos del cambio”. En una entrevista con el Financial Times, el mandatario admitió que “en el largo plazo se necesita al Congreso” para gobernar, pero aclaró que momentáneamente puede impulsar medidas a través de la firma de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).
“Hay otras reformas que podemos hacer por decreto, cambiando la aplicación de las leyes, y todo eso lo haremos”, reveló Milei, que este viernes dará su primer discurso de apertura de sesiones ordinarias ante la Asamblea Legislativa. El Gobierno aspira a enviar miles de reformas económicas, pero planifica hacerlo pasadas las elecciones legislativas del año 2025. “Estamos listos para devolver todas las reformas después del 11 de diciembre de 2025. Hemos enviado 1.000 pero aún nos quedan 3.000 más por presentar”, aseguró el jefe de Estado.
Con una marcada minoría en ambas cámaras del Congreso, Milei es consciente de sus limitaciones para llevar adelante las reformas estructurales que tiene trazadas en su horizonte. El fracaso de la ley ómnibus en Diputados bastó como botón de muestra: aprobado en general, el proyecto de “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos” se empantanó a comienzos de febrero durante su debate en particular y el oficialismo tomó la decisión de que volviera a ser tratado en comisiones, desde foja cero. Una situación que envalentonó al libertario en su cruzada contra “la casta”.
“Aquí la lista de los leales y los traidores que usaron el discurso del cambio para poder rapiñar una banca… Pasen y vean a los enemigos de una mejor Argentina”, escribió posteriormente el Presidente en sus redes sociales, al publicar una nómina de los diputados que votaron en contra. Sin embargo, más allá de los enojos, la caída de la ley ómnibus no hizo más que revelar la incapacidad del gobierno nacional de generar acuerdos con la oposición y abrió interrogantes sobre el futuro de la gestión Milei.
Es que la Ley Bases le otorgaba superpoderes en distintas materias para tomar decisiones desde la Casa Rosada sin pasar por el Congreso ni por los canales administrativos habituales y, además, permitía las privatizaciones de casi 30 empresas del Estado, uno de los caballitos de batalla del Presidente.
El proyecto original era muy ambicioso y por demás heterogéneo: tenía 664 artículos e incluía desde una profunda reforma electoral hasta fruslerías como el hecho de que los jueces usen toga. Su redacción (al igual que la del súper-DNU de desregulación de la economía, al que le llueven cautelares judiciales en contra) se atribuyó a Federico Sturzenegger, un economista que llamativamente no tiene ningún cargo formal en el Poder Ejecutivo actual pero que ya formó parte de los gobiernos de Mauricio Macri y Fernando de la Rúa.
NB con información de agencias.