El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se dirigió a los militares rusos tras el fallido intento del amotinamiento armado llevado a cabo en el país el 24 de junio por el Grupo Wagner.
Cientos de oficiales de seguridad y militares se reunieron en la plaza de la Catedral del Kremlin para escuchar el discurso del mandatario ruso.
Putin condecoró a los combatientes de las unidades del Ministerio de Defensa, el Servicio Federal de Seguridad, el Servicio Federal de la Guardia, el Ministerio del Interior y el Servicio Federal de la Guardia que garantizaron el orden durante el motín y participaron en su represión.
«Ustedes preservaron el orden constitucional, la vida, la seguridad y la libertad de nuestros ciudadanos. Salvaron a la patria de conmociones e impidieron de hecho una guerra civil», declaró el mandatario.
En sus palabras, la determinación y valor de los militares, así como la consolidación de la sociedad, fueron cruciales para reprimir el amotinamiento.
Los verdaderos defensores en tiempos difíciles se interpusieron en el camino de la agitación, cuyo resultado habría sido el caos, aseveró Putin, agregando que el Ejército y el pueblo ruso no apoyaron a los rebeldes.
«El despliegue rápido y preciso de unidades policiales permitió detener la evolución extremadamente peligrosa de la situación en el país y evitar víctimas civiles», resaltó, añadiendo que los pilotos que fallecieron durante los acontecimientos cumplieron su deber con honor.
Además, el líder ruso subrayó que durante el intento de motín, no hizo falta retirar las unidades de combate implicadas en la zona de la operación militar especial en Ucrania.
Por su parte, el jefe de la Guardia Nacional de Rusia (Rosgvardia), Víktor Zólotov, afirmó que el motín se habría instigado en Occidente y se superpuso a las ambiciones de su líder, Evgueni Prigozhin. «Supimos que venceríamos, los rebeldes no tomarían Moscú», añadió.
Este organismo, según el jefe, tendrá en su disposición armas pesadas y tanques.
Cabe recordar que el 26 de junio, el líder ruso ya pronunció un discurso en el que agradeció a los ciudadanos su resistencia, unidad y patriotismo expresados durante los acontecimientos del 24 de junio, señalando que «esta solidaridad cívica demostró que cualquier chantaje, cualquier intento de crear agitación interna están condenados al fracaso».
Contratistas armados de la empresa militar privada Grupo Wagner, encabezada por Prigozhin, ocuparon en la noche del 23 al 24 de junio el cuartel general del Distrito Militar Sur en Rostov del Don. Se introdujo el régimen de operaciones antiterroristas en la capital y en la provincia de Moscú, por motivos de seguridad, y se establecieron restricciones en varias carreteras federales.
El 24 de junio, por la noche, trascendió que el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, había mantenido, por un acuerdo con Putin, conversaciones con Prigozhin, y que el jefe de la Wagner había aceptado detener el avance de sus combatientes hacia la capital rusa.
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