Le plantearon al juez Lorenzini, «ante la inminente quiebra», la alternativa de formar un fideicomiso que tome el control de la firma para su rescate. Consideran fracasada la propuesta presentada por Glencore y Molinos.
( Por Raúl Dellatorre/ Página 12/ Motor Económico ) Un conjunto de más de setenta acreedores «granarios» de Vicentin SAIC, junto al Banco de la Nación Argentina, presentaron ante el juez del concurso, Fabián Lorenzini, un escrito por el cual, además de rechazar la propuesta de salvataje formulada por Molinos SA, Viterra (grupo Glencore) y Asociación de Cooperativas Argentinas, anuncian que impulsarán su propio proyecto de «salvataje» a través del modelo de cramdown, previsto en la ley de quiebras. Esto es, conformar un fideicomiso entre los acreedores que se adhieran, para salvar a la empresa de la quiebra sin sus actuales accionistas (ni su directorio, según la condición que sumó el Banco Nación para adherir).
Se trata de un conjunto de empresas cerealeras (acopiadores, cooperativas, empresas productoras familiares, productores individuales o sociedades pequeñas y medianas), entre las que se destaca como principal impulsor el grupo Grassi, querellante además en la causa penal por la que un juez de Rosario ya dispuso el procesamiento y prohibición de salida del país para 14 directivos y ex directivos de Vicentin.
Estre conjunto de acreedores conformó, en 2020, el «Fideicomiso Acreedores Granarios de Vicentin», que ahora impulsará el mecanismo de salvataje conocido como cramdown. Por el mismo, se le saca el control a los accionistas de la empresa fallida para ponerlo en manos de un tercero e intentar el rescate (garantizando la continuidad de la actividad productiva de la empresa), cuando ya la quiebra es inevitable.
De acuerdo a la ley y la jurisprudencia en la materia, cuando el deudor (Vicentin en este caso) fracasa en obtener un acuerdo con los acreedores para reestructurar la deuda, el juez actuante tiene la posibilidad de activar el sistema de cramdown si existiera una propuesta en tal sentido de parte de una proporción significativa de acreedores.
En este caso, los 75 acreedores firmantes (incluído el Banco Nación) formularon una propuesta abierta a la adhesión de otros acreedores, tras considerar descartada la fórmula de quita del 70% de la deuda del terceto Molinos-Glencore-ACA, que además pesificaba gran parte de las acreencias, con lo cual los afectados consideraban que la quita real llegaba al 90%.
La importancia adicional de la oferta presentada por los acreedores granarios más el BNA es que pone en escena una propuesta que se diferencia claramente de la intentada por el terceto de firmas mencionado, al cual se considera demasiado cercano a los intereses del clan Vicentin, dada la presencia de su ex socio, Glencore, en un papel relevante.
La propuesta
«La inminente quiebra de Vicentin, por la irrazonable, abusiva y potencialmente fraudulenta propuesta presentada, violatoria del derecho de propiedad de los acreedores -según las expresiones del propio juez Fabián Lorenzini- nos impulsan a avanzar en los pasos necesarios para promover una solución alternativa en el marco del concurso», señala en su párrafo inicial la propuesta elevada en los últimos días al magistrado a cargo del juzgado comercial de Reconquista (Santa Fe).
«La quiebra y/o el desguace o un plan de pagos como el planteado, son un golpe al corazón de la cadena del agro, es decir, a cientos de Pymes de todo el país, que verán socavados sus capitales de trabajo, construidos con mucho esfuerzo durante décadas. Hace casi dos años que un número importante de acreedores granarios, conformamos un grupo abierto de trabajo dispuesto y comprometido a sumarse y colaborar, como un bloque ágil y dinámico, en los proyectos que persiguieran la continuidad de la empresa y con ello, el resguardo equilibrado de los intereses de todas las partes afectadas», prosigue el escrito, firmado hasta ahora por 74 sociedades y particulares acreedores de Vicentin.
«Entendimos siempre que en una empresa en la situación de Vicentin, el aporte del sector proveedor de granos era determinante para la continuidad de la misma y que los “granarios” debían ser cuidados y respetados si, verdaderamente, se perseguía la restauración de la cadena comercial y el bienestar del agro argentino. Trabajamos mucho para transmitir a la concursada, a los síndicos y al juez del concurso que, dolarizar las acreencias granarias, era lo justo para esta cadena que opera 100% en esa moneda, y condición fundamental para pensar en un futuro de la empresa. Ofrecimos ideas y propuestas que sistemáticamente parecían caer en saco roto, con una continua postura esquiva de los participantes que, se suponía, estaban interesados en solucionar el problema», advierte luego la presentación.
«Nuestras charlas con los principales grupos damnificados comenzaron a principios del año 2020 y hemos construido un entendimiento y respeto mutuo. Comprendiendo las limitaciones e intereses de cada una de las partes, desarrollamos un modelo de negocio virtuoso, que permite pagar a los acreedores granarios la totalidad de sus acreencias, medidas en la moneda de la cadena, y con ello construir el motor para la continuidad de la empresa, para el mantenimiento de los puestos de trabajo y, para la obtención los recursos necesarios en una reestructuración del pasivo».
«Hoy, a la luz de los hechos expuestos, conociendo la imposibilidad de que una propuesta como la planteada prospere, y, la voluntad explícita del gobierno de proteger la competencia y las fuentes de trabajo, evitando el desguace y la concentración en la industria, hemos decidido avanzar en los pasos necesarios para transformar el modelo validado, en la solución a concretar».
«Es por ello que, agotadas todas las instancias con la concursada, impulsaremos y participaremos activamente en el proceso de Cram Down de Vicentin para proponer y luego implementar el modelo anunciado, y al que invitaremos a participar a todo aquel que quiera aportar a este proyecto transformador para el agro argentino».
El grupo de acreedores granarios de Vicentin anunció que seleccionó como asistente financiero a UBS Investment Bank para colaborar en el proceso de alineamiento de «intereses y posibilidades de los participantes».