Edición n° 2984 . 22/01/2025

ENTRE OLLAS Y BOMBAS: LA HISTORIA DE UN CHEF EN GAZA/ Por Cecilia Miglio

Franja de Gaza: En el campamento de Al-Zawaida, un joven chef utiliza su cocina para alimentar a más de 300 niños y documentar la vida bajo los ataques israelíes.

( por Cecilia Miglio) Hace pocos meses, descubrimos en las redes sociales a «Mokhtar Camp Chef». En la presentación de su perfil, dice: «Preparo las comidas más deliciosas para los niños de los campamentos de Gaza». Sus videos, donde se le ve jugando y cocinando, han captado la atención de muchos. Es asombroso ver cómo, en medio de tanta oscuridad, logra traer esperanza con sus gestos de alimentar, mostrando lo que logra con tan pocos recursos y creando contenido a través de vídeos. Por momentos, uno olvida las amenazas y ataques israelíes en los que están inmersos, aunque para el pueblo palestino la situación no cambie.

Así es que Mokhtar, un joven cocinero de un campamento de refugiados, comparte su desgarradora historia desde el corazón de Gaza: «Me llamo Mokhtar, tengo 29 años. Nací en la ciudad de Gaza y solía vivir en un barrio llamado Sheikh Radwan, al noroeste de la ciudad. Antes de la guerra, mi vida era buena. Trabajaba en un laboratorio dental y viajaba con frecuencia. La vida era agradable.»

La vida de Mokhtar, como la de muchos otros, cambió drásticamente con el inicio de los ataques israelíes en octubre de 2023. «Ahora estoy con mis familiares en Gaza. La mitad de mi familia está en el norte y la otra mitad en el sur. Muchos de ellos fueron martirizados y sólo unos pocos quedaron.»

En medio del caos, Mokhtar encontró una forma de ayudar a su comunidad: «Primero vendí mi teléfono y compré algunos equipos para crear una pequeña cocina. Comencé a cocinar y filmar usando el teléfono de mi amigo, publiqué estos clips y todo comenzó a crecer y desarrollarse hasta que llegamos a esta hermosa cocina. No es como las demás cocinas del mundo, pero es hermosa para mí y para los niños de mi campamento.»

Su cocina primero funcionó en Rafah, pero debido a la invasión terrestre del ejército israelí, debieron mudarse al campamento de Al-Zawaida. «Aquí, el número de personas que se alimentan en mi cocina son más de 300 niños. Pero sólo comemos una comida al día.»

La situación en Gaza es desesperante. Desde el inicio de los ataques, más de 50,000 palestinos han sido asesinados, incluyendo mujeres y niños. La falta de ayuda humanitaria y el hambre son problemas constantes. «Sí, algunas familias reciben ayuda de organizaciones, pero es casi aleatoria y no periódica. No se sabe cuándo podrán recibir asistencia. Parte de la ayuda se proporciona sólo una vez, y el ejército israelí impide que la ayuda llegue correctamente».

Mokhtar también expresa su frustración con la comunidad internacional y los medios de comunicación: «Expresamos nuestro profundo descontento y enojo hacia la comunidad internacional y los medios de comunicación. Su silencio e inacción nos han empujado a dedicarnos a transmitir el mensaje de nuestro pueblo al mundo libre más allá de este sector bloqueado. Esta negligencia ha alimentado nuestra determinación de inspirar a cada joven a asumir la responsabilidad y transmitir su mensaje directamente, asegurando que la verdad de nuestra lucha no sea ignorada ni distorsionada».

Mokhtar se refiere a que, aún en medio de la devastación, las transmisiones en vivo y las publicaciones en redes sociales se han convertido en una herramienta vital para documentar y compartir la realidad de la situación en Palestina. A través de estos medios, pueden mostrar al mundo la cruda realidad de los ataques, los esfuerzos de los rescatistas y la vida cotidiana bajo el asedio. Estas transmisiones no solo son un testimonio del coraje y la resistencia del pueblo palestino, sino que también desafían el silencio y la inacción de la comunidad internacional. Al compartir estos momentos en tiempo real, los jóvenes palestinos se aseguran de que la verdad de su lucha no sea ignorada ni distorsionada. Estos ataques crueles y dirigidos a la población civil son vistos por muchos como una forma de limpieza étnica.

El impacto de los ataques es devastador. «Cuando más de cincuenta mil personas, en su mayoría niños y mujeres, son asesinadas; cuando todos los aspectos de la vida son bombardeados –escuelas, universidades, hospitales–; cuando kilómetros de casas son arrasados y la mayor parte de la población es desplazada hacia el sur de la Franja, ¿esperan que debata si esto es genocidio? Es un genocidio claro e innegable. La cuestión crítica no es si lo definimos como genocidio o no, sino el hecho de que cada día se pierden vidas. ¡Este genocidio debe terminar ahora!», remarca con enfado y dolor.

En ese instante, revive un recuerdo traumático y nos relata: «El momento más duro fue cuando bombardearon el Hospital Bautista. En ese momento, yo estaba herido y recibía tratamiento en el Hospital Al-Shifa. No podía dormir, no solo por miedo, sino también porque el sonido de las ambulancias no cesó durante cinco horas mientras transportaban a los heridos, la mayoría de los cuales eran amputados. Trajeron a un niño herido en el Hospital Bautista y lo colocaron junto a mi cama. Estaba llamando a su padre y me pidió que lo ayudara a comunicarse con él. Pero entonces vino el médico y me dijo que su padre y su madre habían sido martirizados. Me pidió que no se lo dijera al niño.»

Pero, a pesar de todo, Mokhtar encuentra momentos de felicidad. «Todos los días me pasan buenos momentos cuando los niños vienen a saludarme y a hablar conmigo. Siento una inmensa felicidad en esos momentos, pero pronto se desvanece porque sé que hay otros niños que sufren y no puedo ayudarlos.»

Su mensaje final es un llamado a la acción: «Mi mensaje a toda persona libre y con la conciencia tranquila: no duden en expresar su enojo por todo lo que está sucediendo en Gaza. La humanidad está en peligro y tú y todos son nuestra única esperanza… así, puedes marcar la diferencia para nosotros».

La situación en Gaza es una crisis humanitaria de proporciones dramáticas. La comunidad internacional debe actuar ahora para poner fin a este sufrimiento y brindar la ayuda necesaria a los palestinos que luchan por sobrevivir en medio de la devastación.