La empresa que en el algún momento fue Paquetá, puede ser un fiel reflejo de las dos políticas opuestas que se dieron en los últimos dos periodos de gobierno.
Bicontinentar Footwear Technologies tiene su historia. Y muy particular por cierto. Es que la empresa que en el algún momento fue Paquetá y que llegó a emplear a 600 vecinos de Chivilcoy, puede ser un fiel reflejo de las dos políticas opuestas que se dieron en los últimos dos periodos de gobierno. Por un lado la dinámica industrial que proponían Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, con importaciones sin límites y un libre comercio acentuado, y por el otro, el actual gobierno tanto provincial como Nacional, que apuesta a la producción local y a la exportación. Paquetá se quedó en el camino con el primer modelo y Bicontinetar nación con el segundo y no tiene techo.
Bicontinetar, nombre inspirado en el mapa bicontinental de nuestro país, (en su logo, con dos zapatillas, se dibuja la Argentina sudamericana y la península antártica), hoy produce calzados para marcas internacionales como Under Armour, New Balance, Hush Puppies, Penalty, Diadora, Montagne, entre otras.
Su presidente, Juan Recce, reconoció el acompañamiento del Estado Provincial para que esta recuperación y avance sea posible y destacó además, que a corto plazo, la empresa radicada en el Parque Industrial de Chivilcoy, tiene el desafío de llegar a 12 líneas producción en turno mañana y duplicar las de la tarde.
-¿Qué hacen en Bicontinentar?
-Somos una empresa dedicada a la fabricación de calzado deportivo de altas prestaciones tecnológicas. Fabricamos calzados para running, trekking, casual y botines de fútbol. Luego de la reapertura tuvimos un proceso de crecimiento importante, y ya tenemos operativas 10 líneas de montaje con cerca de 500 trabajadores.
-¿Reabrieron hace poco?
-Ya en manos de un nuevo grupo accionario y con el nombre Bicontinentar, reabrimos el 1 de mayo de 2021, después de haber cerrado operaciones el 31 de diciembre de 2018. En aquel momento, el grupo Brasileno Paqueta Calçados hizo un retiro voluntario para los últimos 634 trabajadores con una adhesión del 100% y cerramos.
-¿Tuvieron más de 634 trabajadores?
-Si, llegamos a tener hasta 1.200 empleados en nómina, y durante la historia de la ex-Paqueta, pasaron entre 2006 y 2018 más de 4.000 personas. Cuando el Grupo Paqueta Calçados se instala en la Argentina en 2006, lo hace a pedido de su principal cliente, el Grupo Adidas.
Basta con recorrer las instalaciones y ver el tipo de inversión realizada, para interpretar con facilidad que era una inversión destinada a echar raíces y sostenerse en el tiempo. Nadie esperaba que sucediera lo que pasó en 2018.
– ¿Qué pasó en 2018?
-Nos quedamos sin pedidos y tuvimos que cerrar. Argentina había construido un modelo virtuoso de agregado de valor local industrial a las manufacturas de origen asiático, el plan era claro, ir adquiriendo competitividad y conocimiento para avanzar gradualmente en la integración de cada vez más valor local. Esa estrategia no fue comprendida y las importaciones se abrieron de modo tal que todo un enorme y frágil ecosistema industrial fue arrasado por un aluvión de productos terminados. Pero en 2019 ni los precios de mostrador ni el consumo de dólares habían bajado, solo había más desempleo.
-¿Les pidieron que se reconviertan?
-¿Conoces el juego Minecraft? Bueno, la industria no es como el Minecraft que movés bloques y haces otra cosa. Eso solo existe en la mente de quienes no conocen de industria. En la industria hay personas, hay conocimientos y habilidades, hay capital productivo, hay procesos tecnológicos, hay escalas. Reconvertirse no puede ser un imperativo, debería ser un proceso negociado y acompañado por el estado, si es que tal vez, solo tal vez, fuera lo inevitable. Quedamos al desamparo de un aluvión de importaciones, justo en el mejor momento de la compañía. Fuimos desplazados del mercado por un darwinismo industrial absolutamente irracional.
-¿Cerraron en el mejor momento de la compañía?
-Si, 2015 y 2016 habían sido los mejores años de la ex-Paqueta. Tras varios años de hundir capital con resultados negativos en la puesta a punto de los procesos productivos y la transferencia de conocimiento fabril a una enorme cantidad de gente que se formó produciendo, la empresa había comenzado a tener resultados positivos, sanos, reales, en 2011. En los años siguientes pudo recuperar la inversión realizada y a partir de 2016 hubo utilidades netas después de la inversión. Ese era el momento para proteger y sostener el negocio.
– ¿Qué había que proteger?
-El capital de inversión. Un negocio que funciona bien, que tiene ganancias sostenidas, es un negocio que puede invertir sin endeudarse. Eso es muy virtuoso. Hay tantos vectores de crecimiento en los que se podría haber avanzado, sin embargo, tuvimos que enfocar nuestro esfuerzo en hacer un cierre ordenado. Fue un sinsentido. Esta misma historia, fue la historia de otras tantas fábricas en el país.
-¿Cuál fue la causa de este Darwinismo? ¿La competitividad?
-¿Competir? claro, es la esencia de los negocios, ahora bien, no existe país del mundo desarrollado o emergente que no proteja su ecosistema de negocios. Cada país protege aquello que considera estratégico para sus intereses nacionales o el modo de vida de su país. En Estados Unidos está fuertemente protegida la industria metalúrgica, en China no es posible ingresar calzado terminado fabricado en otro país, en Francia sucede algo así con los alimentos. Los países, incluidos los más liberales, tienen esquemas arancelarios y para arancelarios que protegen los sectores críticos de su economía real.
-¿Con quienes deberían competir?
-China produce 2 pares de calzado por cada humano en el planeta, unos 15.000.000.000 de pares al año. Su escala es enorme, por tanto, su capacidad de hundir costos, es muy potente. Te doy un ejemplo, una matriz metálica para fabricar suelas, puede costar en torno a los 3.000 dólares por talle. Para un modelo, necesitas aproximadamente 10 matrices, es decir, tenés que invertir 30.000 dólares. ¿Dónde se amortiza más rápido? ¿En un país que produce para su mercado interno de 47 millones de argentinos? o ¿en uno que produce dos pares por cada humano en el planeta? Así podemos seguir abriendo frentes: polímeros, telas, etc. Quienes hablan de competitividad normalmente desconocen estos aspectos centrales para hablar de competitividad.
-¿Por qué proteger el calzado?
-Porque Argentina es un país con una enorme necesidad de reindustrialización e inserción laboral. La industria liviana es la primera polea del ecosistema industrial de un país, genera empleo industrial, registrado, de calidad para una enorme franja de la población, esto sucede con textil y calzado. En el mismo camino, en la transición entre la industria liviana y la pesada está la línea blanca de electrodomésticos.
-¿Qué significa exactamente proteger?
-Proteger es arbitrar las políticas públicas adecuadas para cuidar el capital productivo de las empresas y potenciar la innovación. La competitividad es básicamente la relación entre la calidad y costo del producto. Vayamos por partes.La calidad requiere de equipamientos adecuados y mano de obra calificada. El costo requiere de una equilibrada relación entre el valor de los insumos y el valor total de la operación industrial. Los procesos de apertura y cierre de una fábrica, o de un sector fabril, generan el agotamiento en del know how de la mano de obra y envejecimiento de los equipamientos. No es gratis abrir y cerrar industrias. Reabrirlas conlleva un enorme esfuerzo en la puesta a punto de los equipamientos y de los equipos de personas que los operan.
De igual manera, la desaparición de un sector productivo, rompe las cadenas de abastecimiento, reduce los stocks disponibles en el mercado de esas materias primas y encuentra al sector productivo debiendo pagar más al momento de retomar operaciones. Cuidar la mano de obra, la capacidad instalada y la capacidad de abastecimiento de un sector es protegerlo. Una vez protegido, y con su capital a salvo, una empresa está en condiciones de dar el paso a la innovación, no antes. Proteger es asegurar a las empresas el tiempo necesario para la acumulación del capital productivo que necesita para pegar un salto, sea tecnológico o de escala.
-¿Desde la reapertura recibieron de la Provincia y de la Nación un acompañamiento que considerás importante?
-Si, desde el primer momento. La provincia nos ayudó a constituir nuestro capital de trabajo mediante la devolución de unos saldos de ARBA que la empresa tenía derecho recuperar, así hicimos girar la rueda de los primeros 50 empleos, gracias a ese empujón luego fueron 100 y hoy ya son casi 500. El Ministro Augusto Costa, y su equipo, Mariela Bembi y Ariel Aguilar, estuvieron presentes acompañando la puesta en marcha de nuestro proyecto.
Nación también, y vimos un entramado sólido y virtuoso de trabajo. Así por ejemplo, el Secretario Ariel Schale puso a disposición un conjunto de herramientas del ministerio para la reactivación del proyecto, o el embajador Daniel Scioli, quien se puso al frente de una estrategia de vinculación con nuevos clientes de capital brasileno.
– ¿Qué proyecciones se hacen a corto plazo?
-Estamos muy contentos, esperamos seguir creciendo, tal vez llegar a las 12 líneas de producción a un turno y si el mercado lo demanda, tal vez, hasta duplicar la producción en un turno tarde. Actualmente recibimos auditorías internacionales muy rigurosas que nos llevan a hablar el mismo lenguaje que fábricas de distintos lugares del mundo. Hoy tenemos condiciones para crecer, esperamos que el contexto del mercado interno y global nos generen el marco de oportunidades propicio.
Fuente: Infocielo