El consumo de carne, leche y pan, productos básicos de la dieta de la sociedad argentina, registra mínimos históricos debido a la crisis económica que se agravó desde que el presidente Javier Milei comenzó a gobernar en diciembre pasado.
La Universidad Católica Argentina ya había advertido en un informe que la pobreza creció del 44,7 % al 55,5 % entre el primer trimestre de 2023 y el de 2024. La indigencia, además, pasó del 9,6 % al 17,5 %.
El acelerado empobrecimiento ha impactado en todos los sectores de consumo, pero principalmente en alimentos, ya que la mayor parte de la sociedad está recortando la compra de productos básicos porque no los puede pagar.
«Hablamos de la carne porque muestra la dirección de la política económica: el consumo local cae a niveles históricos mientras la producción se reorienta a la exportación y pide un mejor tipo de cambio. El país para pocos», escribió la economista Candelaria Botto.
La reflexión se debe a que la Bolsa de Comercio de Rosario reveló en un informe que el consumo de carne bovina durante el primer cuatrimestre de 2024 fue de 42 kilos per cápita. Es el indicador más bajo desde que comenzó a hacerse la serie, en 1914.
De esta forma, para fines de 2024 se prevé que el consumo anual per cápita de carne vacuna estará por debajo de los 45 kilos. El promedio histórico era de 73 kilos.
Dicho de otra forma, los argentinos nunca habían comido tan poca carne, que es uno de los emblemas de su gastronomía. Y no se debe a que se hayan vuelto veganos o vegetarianos, ya que el informe demuestra que están sustituyendo la carne de vaca por cerdo y pollo, que son más baratos, aunque esos mercados también están a la baja.
Así, los argentinos consumirán este año un 9,0 % menos de proteína animal de la que comieron en 2023. Será la tasa más baja en los últimos 13 años.
Desplome
El Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino reveló en un informe que, entre el primer trimestre del año pasado y el de 2024, el consumo de lácteos se desplomó en un 18,7 % en toneladas de producto.
De manera específica, la compra de leche fluida cayó un 19,6 %, mientras que la de leche en polvo fue del 30,4 %.
También agregó que, entre 2019 y 2023 (es decir, durante el gobierno de Alberto Fernández), el consumo per cápita anual de leche aumentó de 182 a 194 litros, pero en 2024 se espera una reducción. La compra de quesos, en tanto, cayó un 10,4 %, lo que denota el recorte en todo tipo de alimentos.
Lo mismo ocurre en el caso del pan, ya que el Centro de Investigación y Formación de la Central de Trabajadores de la Argentina reportó una caída del 45 % en la ventas.
En ese sentido, el presidente del Centro Industrial de Panaderos de Merlo, Martín Pinto, recordó que las panaderías son negocios de cercanía fundamentales para la gente.
«Trabajamos 24 horas porque a la tarde amasamos, a la noche cocinamos y a la mañana vendemos y repartimos. Estoy más tiempo con mis empleados que con mi familia, pero si eso sigue así vamos a tener que cerrar porque la rentabilidad no es la misma», advirtió en una entrevista con el diario Página 12.
Cambios
El saldo negativo es generalizado. Desde que asumió Milei, por ejemplo, el consumo en supermercados cayó un 17,6 %; la compra de medicamentos, un 35 %; la industria, un 14,8 %; y la construcción, un 32,6 %.
Uno de los datos que evidencian la gravedad de la crisis, es que la jubilación mínima, tomando un cuenta un bono extra que entregará el Gobierno, hoy es de 276.931 (302 dólares), pero es la primera vez en la historia que este monto es menor al precio de la canasta básica, que es el indicador con el que se mide la pobreza.
En otras palabras: es la primera vez que las jubilaciones no alcanzan para evitar ingresar en el universo de pobres e indigentes.
A nivel general, la jubilación mínima se desplomó en un 12,3 % entre julio de 2023 y 2024, y en un 6,8 % con respecto a diciembre de 2023, que es cuando comenzó a gobernar Milei.