A partir de la recesión económica que atraviesa nuestro país, la demanda del consumo interno de carne cae a niveles históricos nunca vistos en más de cien años. Ya la caída en 2023 arrastraba una baja en el stock y en el consumo, como consecuencia de la sequía. Compartimos la mirada de los distintos actores de la carne, dentro del sector de la Economía Social Solidaria y Popular.
(ANSOL).- El consumo de carne vacuna ha alcanzado un nuevo piso en nuestro país, rompiendo otro record histórico durante el último trimestre. Si hacemos un repaso breve de los números: el promedio de consumo anual por habitante se ubica por debajo de los 44 kg siendo el valor más bajo en más de 100 años, y un 5,6 % más bajo que en 2023. La ingesta de carne ha disminuido constantemente durante la última década, realidad que responde a diversos factores; pero la recesión económica ha profundizado esta tendencia a niveles difíciles de imaginar. En comparación con los últimos diez años, en 2024 cada habitante consume al momento cerca de 22 kg, exponiendo una caída del 13 %. Se espera que para fines de 2024 el consumo por habitante no llegue a los 45 kg, valor que supera el piso de 46 kg de 1920 y está muy por debajo del promedio histórico de 73 kg por persona; y aun más abajo que los 82 kg registrados durante 2007 cuando alcanzó su mejor promedio.
En lo que se refiere a la producción de carne bovina, ya lleva un 8 % de caída en lo que va de 2024 en la comparación con 2023. El año pasado se registró un total de animales faenados de 5.500.000 cabezas de ganado; lo cual implica una baja relevante comparado con 2022, pero que no es tan grande a sabiendas de la sequía que atravesó la Argentina en 2023. De todas maneras la caída pronunciada del año anterior fue la más grande de la última década, por lo que a pesar del contexto recesivo se espera para lo que queda de 2024 un menor volumen en la producción cárnica.
A pesar de todo esto, en el ámbito internacional Argentina continúa siendo uno de los principales países de consumo promedio en el mercado de exportación, equiparando en valor a Uruguay y superando ampliamente a los Estados Unidos y Australia. Esta propensión creciente es lo que explica en parte el aumento de los precios en el mercado interno de los últimos años. Sin embargo, también es uno de los motivos por los cuáles el 60 % de la producción de exportación se concentra en 5 empresas, casi todas de capitales transnacionales.
Industria cooperativa de la carne en jaque
La caída de la industria es una situación que atraviesa transversalmente a todos los sectores de la economía, dado que en gran parte la recesión se expresa en la caída del poder adquisitivo. Y casi todos los sectores de la industria cuentan con alguna experiencia cooperativa ya sea como recuperada o impulsada desde un principio en forma autogestionada. El caso de los frigoríficos es quizás mayor, dado que la crisis del sector ya lleva décadas de profundización con más avances que retrocesos.
El referente histórico de sector cárnico autogestionado Oscar Huidobro, analizó en ANSOL esta semana que «a seis meses de gobierno todo está peor para toda la industria de la carne, pero peor para el sector obrero autogestionado. En este escenario, se conjugan un acervo de situaciones muy complejas: La suba de precios en todos los eslabones de la cadena, la baja del consumo, la baja de precios internacionales para carne y subproductos y sobre todo la baja de demanda de China, configura una nueva situación de agravamiento de la crisis.»
A 170 km de la capital provincial Resistencia de la Provincia de Chaco, está situada la Cooperativa de Trabajo La Unión Ltda. que ya lleva 4 años de autogestión como un frigorífico pequeño que abastece la demanda cercana, incluso con una carnicería propia. Cuenta con 27 trabajadores que están esperando una recuperación en la producción que no llega. «A partir de diciembre con la disparada de la inflación se complicó mucho nuestro ingreso por la baja en el consumo de carne. Lo único que se incrementó en estos meses es la venta de pollo y de cerdo, pero no es nuestro fuerte. Y a la caída en la venta se suma el costo de la energía que se ha triplicado.» compartió con ANSOL Daniel Coman, presidente de la cooperativa.
Carlos Alietti tiene 76 años, y es fundador de la empresa recuperada en 2006 Cooperativa de Trabajo Matadero y Frigorífico Bragado Ltda., ubicada en la ciudad bonaerense de Bragado a 200 km de Capital Federal. Presidió la cooperativa hasta mayo de este año, y actualmente acompaña la gestión de sus compañeros con su experiencia de 18 años de cooperativismo y la facilidad para compartir de qué se trata la cooperativa: «El nuestro es un frigorífico chico que tiene la matrícula de matarife abastecedor que permite comprar y vender, pero también la experiencia de la compra del ternero con el corte de engorde. Incluso hace cuatro años se hizo una sección nueva que todavía no se pudo habilitar, para poder faenar cerdo y oveja y diversificar la producción.»
En diálogo con ANSOL explicó cómo están atravesando la crisis: «Somos 60 asociados y hasta ahora aguantamos sin prescindir de nadie. Pero hay que tomar conciencia que para un frigorífico consumero mediano o chico, como son la mayoría de las cooperativas, va a ser imposible seguir. No solo por la caída del consumo sino por el aumento en los costos de la energía y la logística, que se ha multiplicado exponencialmente. Nuestro promedio era de 850 – 1000 cabezas semanales que representa 200 mil kg. Hoy no se llega a 60 mil kg. y eso hace imposible afrontar los costos fijos.»
Alternativa bonaerense: Carne Móvil y Cuenta DNI
Con la intención de generar alternativas frente a la crisis, en Provincia de Buenos Aires se lleva adelante Carnicerías Móviles dentro del Programa Provincial Mercados Bonaerenses, que se implementa desde el Ministerio de Desarrollo Agrario. El responsable del Programa, Javier Burelli, detalló en ANSOL las características del mismo: «Es una política integradora, que se debería llevar a más lugares. Vendemos carne de calidad, acorde para el consumo de la gente y al mejor precio posible. En muchos casos proveniente de frigoríficos cooperativos gracias a la articulación que hace el ministerio. El precio en los mercados bonaerenses es entre un 20 y 25 % menos. A eso si le sumás el reintegro de la cuenta DNI del Banco Provincia, estamos hablando de que un kilo de vacío te queda en $ 4.400 promedio. En un momento de pérdida de poder adquisitivo, recesión y desocupación es una ayuda enorme para la economía diaria de la gente.«
«Para tener en cuenta la situación en la que estamos, en muchos casos el vecino y la vecina se hacen 40 o 50 cuadras para ir a un mercado de cercanía y ya que está aprovecha y compra otros productos que se encuentran en los Mercados Bonaerenses. La cuenta DNI es muy necesaria, porque este es un momento en el que la ciudadanía necesita gastar menos porque los ingresos son muy bajos mientras todo sube. Se hace cuesta arriba llegar a fin de mes. Y ya no hay fin de mes, porque para muchos es fin de mes el día 10.» explicó Burelli.
