Edición n° 2952 . 21/12/2024

Mil trabajadores de la UTEP reclamaron en la rotonda de Alpargatas/»Hoy el objetivo es que la gente coma»

«Estamos re contra cagados de hambre», graficó un trabajador del movimiento La Dignidad, a la misma hora que el Indec oficializó el 52,9 por ciento pobreza en el país. 

«La única herramienta que nos queda es salir a la calle, porque lo que hace el Gobierno nacional nos destroza culturalmente. Los pibes se pierden en la droga por no tener para comer y se destruyen familias completas. Más de uno termina en cana por salir a robar con la panza vacía. La derecha rompe toda una cadena que construimos para vivir con dignidad a lo largo de estos años», dice Daiana Pérez BuenosAires/12.

Ella es el militante del Movimiento Popular La Dignidad y de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), y mientrasel Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reveló que durante el primer semestre de 2024 el 52,9 por ciento de la población argentina estuvo debajo de la línea de la pobreza y el 18,1 por ciento debajo de la línea de la indigencia, se movilizó junto a sus compañeros en la rotonda de Alpargatas, en el municipio de Florencio Varela.

Bajo la Autopista Buenos Aires, la rotonda se copó de banderas rojas, color característico de La Dignidad, y de un centenar de banderas argentinas. Al rededor de mil trabajadores se reunieron desde las 10 de la mañana para reclamar contra el Gobierno de Javier Milei y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y los dirigentes de la economía popular alzaron la voz luego de que los números del Indec se emparentaran con los del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), que había asegurado que durante el primer trimestre de 2024 la pobreza llegó al 54,9 por ciento y la indigencia al 20,3 por ciento.

«Vinimos acá porque estamos re contra cagados de hambre, la gente tiene bronca y el pueblo la está pasando mal», asegura Rafael Klejzer. El dirigente social dice que se juntan en la rotonda de Alpargatas porque es un lugar histórico de Florencio Varela, pero advierte que no cortaron la calle porque eso «jode a los laburantes, que también son víctimas del Gobierno de Milei». 

Él trabaja en una cooperativa de reparto de leche en Villa Constitución, y cuenta que cuando habla con sus compañeros nota un denominador común: «ya no hay  expectativas». 

El informe que publicó el Indec este jueves representó una escala en los índices respecto al relevamiento anterior, correspondiente al segundo semestre de 2023, que había indicado que el 41,7 por ciento de las personas se encontraban bajo la línea de la pobreza y el 11,9 por ciento por debajo de la línea de indigencia.

«Muchas veces aguantábamos porque creíamos que las malas iban a pasar, pero lo que se rompió en el conurbano bonaerense con Milei es la posibilidad de un futuro mejor», explica Kelzer que intenta explicar la manera en que la esperanza se desplomó a tan sólo ocho meses del inicio de nuevo Gobierno. 

«A la gente no le queda más tiempo, no se ve la posibilidad de salida y todo está cada vez peor», sostiene a este diario el referente nacional y fundador de la UTEP cuyo relato se condice con los números que exponen los últimos sondeos que miden el humor social ante la complejidad de una actualidad que hace que «la calle no de para más». Encima, reconoce, todo empeora porque «los discursos políticos no nos conducen a ningún lado». 

Klejzer asegura que en Florencio Varela la realidad empeora día a día, ya que por cada puesto de trabajo en blanco que se pierde, tres de la economía popular que ven menguados sus ingresos. El dirigente afirma que la demanda de comida «se multiplicó por tres» en el conurbano bonaerense, y eso empeora ya que los comedores «no reciben alimentos». 

Klejzer amplía: «Esto no pasa por romantizar la olla, porque es una emergencia que en este país se hizo una costumbre, pero pasamos de un comedor diario a una olla popular por semana. Se nos triplicó la fila porque la Nación no aporta nada. Estamos sosteniendo con alimentos que envía la Provincia, pero no alcanza«.

Daiana Pérez también menciona la problemática que atraviesan los comedores. Ella es de Almirante Brown, se desempeña como responsable de la regional sur de la UTEP, y sostiene que fueron a la rotonda de Alpargatas a pedir, entre otras cosas, que abastezcan a la población con alimentos. «Los comedores ya no dan más, la situación cada vez es peor en la zona sur y los compañeros no tienen para morfar», asegura Pérez.

Se reconoce movilizada por la angustia, y dice que, junto a sus compañeros y compañeras, no se va a «cansar de exigirle a Pettovello que entregue lo que la Justicia ordenó meses atrás». Sucede, afirma, que «la mercadería sigue guardada en los galpones mientras los merenderos no pueden dar respuesta y los índices de desnutrición crecen». 

«Tenemos comedores en barrios populares donde ni siquiera hay agua potable», amplía dando cuenta del grado de preocupación e incertidumbre que genera la situación y afirma que segurá «estando donde haya que estar para resolverle el morfi a los compañeros, porque hoy el objetivo es que la gente coma«.

Klejzer denuncia que el Gobierno nacional aplica un programa de desorganización de la vida en general y particular, pero que además busca «estigmatizar y eliminar las organizaciones sociales y populares, que somos perseguidas políticamente porque tenemos la capacidad de reagrupar desde abajo», según el dirigente. 

Mientras remarca que Milei y compañía buscan «romper lo cotidiano, la lucha, la movilización y la construcción», el referente de la UTEP apunta: «La política no va a dar respuesta por ahora, porque está jugando al desgaste del Gobierno, pero nosotros tratamos de estar en el día a día y peleamos por más que las conducciones amagaron a pelear a principio de año y ahora no peleen más». 

Si bien sostiene que los trabajadores de la economía popular están «muy enojados y con mucha bronca porque los dirigentes no convocan a nada», Klejzer cree que «la calle está para mucho más», porque que no haya alimentos para los chicos y las chicas en un país productor de alimentos «es el fracaso de la clase política en su conjunto», según el dirigente. 

«No es solamente responsabilidad de Milei, sino de los empresarios, los exportadores, la sociedad rural, los concejales y los intendentes, porque si un pibe no come en un país productor de alimentos es porque estamos ante un saqueo planificado«, agrega.

Klejzer sostiene que «si no hay respuestas esto termina mal», y apunta que «jugar al desgaste de un Gobierno ya desgastado genera mucho daño en las bases». «Milei deshumaniza, genera un veto a jubilados y encima te lo festeja en la cara», se queja. 

«Hay una remarcación del ajuste oligárquico al cual el sistema político no estaba acostumbrado, porque antes se daba entre bambalinas», agrega el dirigente de la UTEP, que apunta sobre la lectura que subestimó a La Libertad Avanza y al propio Javier Milei: «La tesis de que este tipo iba a estar tres meses no sé de donde salió, pero desorganizó, desordenó y confundió a la militancia». 

Pérez añade que el Potenciar Trabajo «quedó congelado y las propuestas de Milei son irrisorias», y sostiene que «los salarios indignos de 68 mil pesos generan un deterioro completo en familias ya complicadas». «El Gobierno nacional viene a sacarnos todo, pedimos que paren y queremos que dejen de avanzar contra el pobre, porque todos los acuerdos que hacen son a espaldas de la gente y hasta los compañeros que trabajan en relación de dependencia están perdiendo poder adquisitivo todos los meses», se queja la oriunda de Almirante Brown.

La dirigenta asegura que «es una locura» que haya una suba del 50 por ciento en los servicios esenciales, que los maestros cobren lo que cobran, y que veten la ley de movilidad jubilatoria para festejarlo con un asado. «Nuestra lucha siempre fue dignificarle la mesa a los compañeros, para que lleven el pan y tengan a sus hijos como corresponde», cierra Pérez.

Luca Fernández

@LucaFdez