Edición n° 2953 . 22/12/2024

Más Odio más Deuda

( Por Marcelo Bilezker. 12.02.2022 @marcebil)

Muchos nos preguntamos cómo es posible endeudar tanto pero tanto al país en sólo cuatro años, y aun así ser votados por una cantidad enorme de gente, más del 40% del electorado.Por gente que tal vez cree que endeudar al país no los endeuda a ellos, que eso no tiene ningún efecto sobre su vida personal. Se puede entender de clases sociales super altas que tienen su vida económica y la de su descendencia resuelta por varias generaciones. Pero son unos pocos en proporción. ¿Y los que no la tienen resuelta?

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La derecha va fue instalando el odio y la grieta como formato para «reinventar» un relato contra el peronismo y el Kirchnerismo

Además de la deuda,el gobierno macrista dejó un país donde la justicia es una vergüenza, donde se persiguió y espió a medio mundo, propios y ajenos, empresarios y sindicalistas, jueces, fiscales, periodistas, empresarios de medios, políticos amigos o adversarios, incluso familiares del ex presidente. Claro que este tema, a los votantes macristas no les mueve el amperímetro, por distintos motivos.

Uno de ellos es que la economía,para el común de la gente, es agobiante. El día a día, absorbe todas las preocupaciones, y no hay ni tiempo ni energía para ir más allá de la economía personal y cotidiana.

El gobierno macrista duplicó el desempleo, duplicó la inflación, logró que cierren cientos de miles de pequeñas y medianas empresas, desindustrializando el país, sextuplico el valor del dólar, la pobreza aumentó un 50% y  se duplicó la indigencia. Se hicieron negociados con las autopistas, con los parques eólicos, con la propia deuda, y la lista continúa casi hasta el infinito.

La lista de desastres es tan larga, que el tema de la deuda parece solamente una más. Sin embargo, por las consecuencias en todos los planos, corto mediano y largo, la enorme deuda que nos dejaron, es lo que más condiciona a la Argentina y la coloca en una posición de debilidad extrema y de cercanía vertiginosa a un precipicio.

Y, aun así, a más del 40% del electorado eso no le importó, o no se enteró, o no se quiso enterar. Y lo volvió a votar.

Para poder al menos intentar comprender el porqué de este voto casi suicida,vamos a categorizar al votante macrista en tres grandes grupos, y uno más:

  • *Odiadores del peronismo.
  • *Desinformados.
  • *Moralmente indignados por el robo de uno o más PBI’s por parte de Cristina, el kirchnerismo y el peronismo en general. 
  • * Un mix de todo.

El primer grupo,los odiadores del peronismo, además de ser el más numeroso, constituye el núcleo duro que es capaz de resistir no sólo cualquier contradicción con la realidad, sino de perjudicarse personalmente con tal de no votar peronismo.

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Muchos de ellos se beneficiaron y vivieron mejor con gobiernos populares y se fundieron con el macrismo, y aun así…

Vieron crecer sus sueldos si eran empleados y sus jubilaciones más allá de la inflación, vieron cómo bajó la mortalidad infantil, aumentó el empleo, se distribuyeron notebooks a los niños con el plan conectar igualdad, y una lista grande de beneficios que no vamos a enumerar para no aburrir. Y los que son independientes o empresarios vieron como en el gobierno popular su negocio o empresa crecía día a día al mismo tiempo que podía aumentar el sueldo de sus empleados, y estos podían compararse primero una moto, después un autito, enviar a sus hijos a la universidad… etc.

En comparación, durante el gobierno del “mejor equipo de los últimos 50 años”,perdieron dinero, trabajo, beneficios, empleos, poder adquisitivo, etc. En el gobierno popular les fue mucho mejor.

Pero el odio es el odio. El odio ante todo, incluso ante la propia conveniencia.

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El segundo grupo, el de los desinformados,en el sentido estricto, literal, de la palabra, en realidad no existe. El mundo hiperconectado de hoy no permite estar desinformado. La información fluye por todos lados y es inevitable enterarse. ¿Pero enterarnos de qué y cómo? Los mal llamados desinformados, en realidad, son personas que reciben la información malintencionada y manipuladora que proporcionan los dueños de los parlantes. Y mientras el gobierno no haga nada al respecto, y deje la tarea de contrarrestar ese flujo incesante de manipulación y mentiras al por mayor, este grupo va a seguir estando “desinformado”, mientras la militancia de a piey la militancia comunicacional hacen lo que pueden con lo que tienen, pero no alcanza. Porque la esperanza de que si los desinformados se enteran de la realidad entonces ahí sí cambiarían de parecer, sigue siendo una ilusión ante el bombardeo constante de mentiras y el poder del dinero invertido en manipular mentes acostumbradas a dejarse llevar por la corriente. Sin contar con que los medios comunitarios luchan por sobrevivir sin recibir del gobierno el mismo apoyo económico inexplicable que en un síndrome de Estocolmo difícil de entender, éste les da a los medios hegemónicos, que además no lo necesitan.

Los “desinformados” siguen apoyando al macrismo. Algunos por falta de deseo de conocimiento más allá de su metro cuadrado, otros por un deseo incontenible de ser indiferente a todo lo que lo rodea más allá de su metro cuadrado, y otros porque es casi una religión no querer saber ni enterarse de nada y producir un bloqueo mental fulminante ante lo que contrarreste sus ideas previas. Y muchos de este grupo,porque en realidad también pertenecen al grupo de odiadores y lo disfrazan de “no sabe/no contesta”.

Finalmente, los que creen que los K “se robaron todo”, al igual que los desinformados, tampoco están interesados en explicaciones que demuestren que sus creencias son ficcionales. Pruebas de persecución judicial, mentiras flagrantes, desmentidas a veces en los mismos medios que las crearon (pero algunos meses y páginas más adelante), no tienen ninguna importancia. Más aún, el robo sistemático realizado por sus propios representantes, por Macri y la mafia que lo rodea, no despiertan ninguna indignación. Ni siquiera mínima. Se escandalizan si un peronista se roba un alfiler (que obviamente no debería ocurrir) pero no les afecta en lo más mínimo si un macrista se roba una mercería entera. Porque en el fondo, su indignación o proviene del odio, o lo produce. Pero el odio también está sin dudas en este grupo.

La conclusión es que el desastre que produjo el gobierno macrista, en todos los sentidos, económico, institucional, industrial, educativo, salud, etc. no tiene prácticamente una consecuencia electoral como merecería. Sí, es cierto que perdieron las elecciones en el 2019, pero las volvieron a ganar en el 2021.

Los tiempos se han acortado tanto, se ha fragmentado tanto la mirada y la capacidad de análisis conceptual de tal maneraque, en un amplio sector de la sociedad, no solo se ha eliminado la historia como referenciao materia de reflexión,sino que en esa fragmentación del tiempo, donde las causas de los problemas son ignoradas, tampoco existe el futuro como materia para la reflexión. Si no importan las causas, entonces con el mismo espíritu destituyente del razonamiento, también dejan de importarlas consecuencias.

Ese es el gran descubrimiento de la derecha. No importa la historia, ni tampoco importan las consecuencias de lo que ellos hacen. Lo único que importa es el relato permanente y repetido por miles de parlantes a todo volumen. Y por eso no se hacen cargo de nada. Porque si no hay relación entre los hechos, sus causas y sus consecuencias, entonces no hay culpables, salvo los que señalan los medios, con o sin argumentos.

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Y así,de la nada, de ser uno de los países mas desendeudados del mundo o con una deuda muy baja en relación a su PBI, – no sólo del país sino de las empresas y de las familias, según señaló en una entrevista el propio ex ministro de economía neoliberal Dujovne – llegamos a tener 100.000 millones más de deuda bruta e impagable en dólares, con vencimientos además en el corto plazo,duplicando en porcentaje del PBI  a la que había en el 2015.

¿Por qué? Porque el odio no necesita justificación, y al odio no le importan las consecuencias, ni tampoco se hace cargo de nada. No lo necesita para seguir recibiendo el apoyo increíble del 40%.

Y así estamos, con más odio y con más deuda.