La AFIP evitó la exportación fraudulenta de 504 toneladas de maíz partido con destino a Chile. Los operativos fueron en Mendoza tras analizar los perfiles de los operadores y solicitarles las facturas de compra para acreditar la trazabilidad del producto que pretendían vender al exterior. Fueron 18 camiones de mercadería incautada gracias al trabajo conjunto entre la Aduana y la DGI.
La maniobra detectada se originó cuando la Aduana avanzó en las tareas de verificación y control de la documentación necesaria previa a la exportación. Por esta razón, solicitó a los operadores que presentaran las facturas de compra en el mercado interno para constatar la trazabilidad de la mercadería.
Del análisis del perfil de cada operador y la documentación presentada, se detectaron inconsistencias e indicios de maniobras fraudulentas. La Aduana solicitó a la DGI para el análisis de las personas involucradas. La fiscalización llevada a cabo arrojó en un caso que el exportador presentó facturas apócrifas para intentar justificar la adquisición de los granos y, en el otro, que se trataba de un operador sin capacidad económica.
Mecanismos de control
La noticia acompaña a la del decomiso récord que realizó la DGI-AFIP la semana pasada, cuando secuestró más de 8.100 toneladas de maíz almacenadas en distintos depósitos del puerto de Campana. Pone en evidencia la existencia de circuitos de contrabando en el principal negocio de comercio exterior del país -granos y sus derivados- a la vez que pone a a prueba la capacidad de fiscalización del sector agrícola por parte de los organismos de control.
Tras detectar una maniobra con la misma particularidad, es decir productores sin capacidad operativa y económica para comercializar grandes cantidades de granos, el organismo decomisó maíz equivalente a la carga de 300 camiones con un valor de mercado por encima de los 160 millones de pesos, de acuerdo a los precios de plaza. La evasión estimada con la operatoria desarticulada por la DGI-AFIP supera los 65 millones de pesos.
La AFIP puso en marcha desde el primero de noviembre la Carta de Porte Electrónica, declaración digital obligatoria del traslado por tierra de granos, a la vez que avanza el desarrollo del control satelital de la producción. Ambos mecanismos apuntan a limitar las operaciones irregulares que afectan la recaudación y alimentan el contrabando.
La Carta de Porte Electrónica tiene como objetivo evitar maniobras de adulteración de las mismas que es más simple hacer en formato papel; además de asegurarse que se registren todas los traslados de granos. También sirven para simplificar los trámites a los mismos trabajadores.
El monitoreo satelital permitirán no solamente saber qué campos están efectivamente en producción, aunque no estén declarados, sino además con qué productos y hasta con qué nivel de rendimientos. A partir de allí, el monitoreo sigue a través del control de la CPE para saber cuánto se cargó para su traslado, con qué destino y quién lo recibió.
“Los flujos financieros ilícitos, como la evasión y la elusión fiscal, constituyen un problema sistémico que afecta a los países en desarrollo”, advirtió la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, durante un evento internacional donde participaron representantes de las administraciones tributarias de toda la región. La funcionaria destacó que el intercambio de información entre países es una herramienta fundamental para combatir la evasión y recordó que últimamente le permitió a la AFIP recaudar más de 600 millones de pesos de argentinos que habían fugado dinero al exterior.