Edición n° 2720 . 03/05/2024

Los perros de Milei comen, los hijos de los pobres no

  • La ministra Pettovello no está entregando alimentos. Liquidaron el remanente y no repusieron nada. Suspendieron un programa de Naciones Unidas que abastecía y auditaba los comedores. Con cada comedor que cae, hay cien pibes que no comen. Cuando caigan todos, serán unas cinco millones de personas sin alimentos.

por Juan grabois

Hoy marcha la red de comedores comunitarios porque hace dos meses no hay alimentos. Como vengo diciendo, hoy mi rol está en la oposición política y no en el movimiento social, pero no puedo más que unir mi voz al grito de estos hermanos pacíficamente movilizados y advertir la gravedad del desabastecimiento deliberado de los comedores por parte de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. 

No están entregando alimentos. Liquidaron el remanente y no repusieron nada. Suspendieron el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo que abastecía de alimentos y auditaba los comedores. 

Con cada comedor que cae desabastecido, hay cien pibes que no comen. Cuando caigan todos, serán unas cinco millones de personas sin alimentos. 

Te van a decir que están auditando comedores para evitar irregularidades. Mentira. No auditaron ninguno de los 41.253 mil comedores y merenderos inscriptos en el Registro Nacional de Comedores Comunitarios de Organizaciones de la Sociedad Civil (ReNaCOM), cuyos beneficiarios tienen el derecho adquirido a comer ahí hasta que estos genios inventen un sistema mejor y más transparente que el de Naciones Unidas. 

Te van a decir que hay gente que roba con los alimentos o cosas por el estilo. Seguro que la hay, así como hay legisladores ladrones y no por eso cerramos el Congreso, funcionarios ladrones y no por eso cerramos el Ejecutivo, jueces ladrones y no por eso cerramos los tribunales, policías ladrones y no por eso cerramos las comisarías. 

No estoy diciendo nada demasiado complicado ni ideológico: ¡no cerremos los comedores hasta que haya un sistema mejor!

La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, en su primera conferencia de prensa. Anunció que no habría ayuda social para quienes corten la calle. Captura de video

La gente que delinque con la ayuda social o la organización comunitaria son criminales comunes que deben ser denunciados uno por uno por los hechos punibles, investigados adecuadamente, juzgados y condenados. La generalización es la anulación de la justicia y, si se convierte en política de estado en boca de los funcionarios, una peligrosa incitación a la violencia. 

Te van a decir que están dando ayuda directa para cortar la intermediación porque aumentaron el Programa Alimentar. Mentira. El Programa Alimentar llega a 3 de cada 10 niños pobres, y a 1 de cada 10 familias pobres. Es un programa que llega a 1,9 millones de niños, mientras los comedores alimentan entre 4 y 5 millones que no tienen nada de nada. El aumento, además, está muy por debajo de la inflación proyectada duplicada por la megadevaluación que —como todos saben— impacta fundamentalmente en el precio de los alimentos.

Te van a decir que ellos van a solucionar los problemas de fondo y no quieren repartir polenta. Que se van a tomar sus veinte años, pero lo solucionarán… sacrificios hoy, libertad mañana. Pero sus hijos comen todos los días, y los perros de Milei comen mejor que los pibes de los barrios. 

Te van a decir que me quejo porque soy el gerente de la pobreza. Mentira. No soy gerente de nada. No gerencio ningún recurso público ni cobro del Estado. Simplemente digo ahora, como dije en todos los gobiernos anteriores, que el hambre es un crimen. Como ciudadano consciente de mi pertenencia a un pueblo, sin ejercer la responsabilidad de la función pública, hago lo que puedo para enfrentar las consecuencias de las cagadas que hacen otros. 

Hacen mucho más que yo, miles y miles de cocineros de los comedores comunitarios, militantes de los movimientos sociales, voluntarios de la juventud solidaria, laicos y sacerdotes de las organizaciones eclesiales, que hoy tienen que decirles a los últimos de la fila: no queda más nada.  Son los héroes y heroínas que no mencionan en Davos. 

Sandra Pettovello, CUIL virgen hasta los 48 años, sí gerencia recursos públicos y cobra del Estado. Lo digo y lo pruebo, a diferencia de ustedes que hablan porque es gratis. Es fácil: sacan un informe laboral como cualquier empleador y ven la experiencia de cada cual. 

Sandra Pettovello no registra aportes hasta el 2017, cuando consigue su primera chamba de monotributo categoría B con un ingreso de hasta 300 mil pesos. Entre los 18 y los 48 tuvo el CUIL reservado. 

En la página web de la Oficina Anticorrupción no aparecen sus paupérrimos antecedentes laborales como indica la ley. Ficha 100% limpia. 

Sandra Pettovello es la gerenta oficial de la pobreza, la reparte-polenta perfumada con salario millonario. Esta mujer sí gerencia recursos públicos y obtiene dinero a cambio. Hoy cobra diez veces más que lo que ganaba hace dos meses, mientras la gente que ella debería proteger gana  un 30% y come la mitad de las calorías desde que asumió. 

Sandra Pettovello es un bodoque inepto cuyo mérito es haber trepado al círculo íntimo del presidente. Te habla de meritocracia y deja sin alimentos a millones de personas, en su mayoría niños que, si antes comían mal, ahora no comen, no pueden estudiar, no desarrollan sus capacidades cognitivas. 

Semejante ineptitud, “con tanta gente preparada en el sector privado”, como diría Benegas Lynch, habla de la continuidad de la práctica política propia lamentable de este país: repartir ministerios, secretarías y subsecretarías a los amigos sin experiencia vital, sin antecedentes que justifiquen el nombramiento, sin conocimiento de la materia, sin un plan previamente diseñado. No es una cuestión de clase social, no es una cuestión de credenciales académicas. Es saber hacer, es saber distinguir lo urgente de lo postergable, lo necesario de lo accesorio. Es la sabiduría que se adquiere en la praxis, la facultad de escucha al distinto, la sensibilidad de comprender el dolor ajeno, la capacidad de trabajo colectivo. 

Esta mujer no sabe. No siente. No hace. 

Su omisión es un crimen moral… y probablemente un crimen legal. 

Milei. El hambre no. 

Aclaración: no contrato servicios de inteligencia, no me meto con la vida personal de nadie, no pido información privada. Todo lo que estoy publicando es información de acceso público —antecedentes laborales— cuya publicación es obligación de los funcionarios. El resto es mi caracterización política sobre una funcionaria que no funciona. 

Aclaración II: Para cualquier gil que diga “se acordaron ahora”, le recomiendo recurrir a Google, al Chat GPT o a una hemeroteca para ver las acciones y denuncias efectuadas por el suscripto y las organizaciones sociales durante el gobierno anterior.