Los intendentes del Área Metropolitana de Buenos Aires ya tomaron la decisión de aumentar el reparto de bolsones de comida y la asistencia a los comedores. Crece el temor a un desborde social si no hay contención.
“Imaginate que si ya estábamos entregando bolsones de comida a los vecinos de los barrios más humildes con un país con una inflación mensual del 10%, con un aumento de precios que llega en algunos casos al 110% no nos queda otras que aumentar los bolsones de comida”, así le explicó a C5N.com un funcionario municipal del conurbano profundo sobre el esfuerzo que están haciendo los municipios para hacerle frente a las necesidades de los que menos tienen para que puedan pasar las Fiestas con un plato de comida en la mesa, en un contexto en donde la desregulación de la economía que inició el gobierno de Javier Milei produjo una suba descontrolada de precios.
Desde las escalinatas del Congreso, el día de su asunción como presidente Javier Milei empezó a delinear el relato libertario sobre que recibieron la peor herencia de la historia argentina de parte del gobierno de Alberto Fernández. Dos días después el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo reveló mediante un mensaje grabado la puesta en marcha de un paquete de emergencia económica.
La desregulación de los precios por parte del gobierno libertario produjo una aceleración de los precios, que el actual equipo económico justifica asegurando que lo que se está viviendo es «el sinceramiento de los precios» que la gestión de Sergio Massa mantuvo reprimida.
Para Javier Milei y equipo es necesario que los argentinos atraviesen este desierto la economía se cure de la enfermedad del déficit y la emisión monetaria descontrolada, con la promesa de que al final sí habrá recompensa.
“Hay que conocer el territorio, los barrios, a la gente no le podemos decir que aguante. Esta suba de precios sobre todo en los alimentos pone a muchos vecinos en una situación de vulnerabilidad total”, alerta un intendente del conurbano. “Si la gente no puede llevar un pan dulce a la casa, a los primeros a los que nos van a venir a reclamar es a los intendentes”, agrega.
La referencia es a la ayuda social de los municipios que se traduce en bolsones de comida y asistencia a comedores, un trabajo diario que al menos compensa en parte las necesidades alimentarias básicas de miles de familia que viven en barrios populares.
Si se considera que en noviembre –antes de la disparada descontrolada de precios– una familia necesitó 390 mil pesos para no ser pobre, la situación empieza a ser dramática para los vecinos que viven los barrios más populares del conurbano en donde el trabajo no abunda y la informalidad está a la orden del día.
“Por ahora estamos monitoreando con mucha atención como sigue la situación económica tras las medidas del gobierno de Milei. Lo que es seguro es que vamos a seguir ayudando a los que lo necesitan. Vamos a seguir dando la ayuda que damos siempre, la decisión del intendente es que eso no se toca nada”, anticipa funcionario municipal la primera sección electoral bonaerense.
Télam
Tan complejo es el panorama que ya hay municipios que están extendiendo su radio de acción para llegar con la contención social a todos los que lo necesitan. “Si antes se daba en barrios de bajos recursos, ahora hay que dar en el que siempre se dio y ampliar a otros barrios que antes no se sospechaba que teníamos que asistirlos”, explica un funcionario municipal y agrega que “ahora hay gente que el mango no le alcanza para nada, estamos viendo vecinos muy angustiados”.
“El municipio está reforzando todas las partidas de ayuda a los espacios municipales y los de la sociedad civil que sostiene habitualmente”, explica un funcionario de desarrollo social de un partido de la tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires.
A la delicada situación que se vive en los barrios, se suma que diciembre es un mes muy significativo porque se cumple un nuevo aniversario de la mayor crisis económica, social y política que vivió la Argentina en 2001, y que son las fiestas de Navidad y Año Nuevo lo que genera una necesidad extra para poder festejar en familia.
Como la gravedad de la situación económica no entiende de colores políticos, un funcionario de un municipio gobernado por Juntos por el Cambio, confrontó la actualidad con diciembre del año pasado: “Si lo comparás con el año pasado para las fiestas estábamos en Disney, ahora hay gente que no va a tener un peso para comprar ni siquiera un pan dulce”, alertó