Lo que está en juego, es la soberanía y la libertad para generar una estrategia de industrialización digital versus una estrategia de colonialismo digital que somete a regiones enteras a ser simples consumidores de tecnología y productos basados en datos.
( Por Alfredo Moreno*/ Especial para Motor Económico ) En este presente de capitalismo digital, los datos son la nueva materia prima que alimenta la industria tecnológica. Esos datos están teniendo una creciente importancia en términos de valor, pero sobre todo en términos estratégicos. Las corporaciones que crean y concentran el tráfico digital transfronterizo desconocen la presencia de los Estados en lo jurídico, comercial y económico.
Así, las empresas se cuestionan dónde almacenar sus datos de forma tal que sea seguro, accesible y barato. Esta necesidad se ha traducido en la firma de diversos Acuerdos de Libre Comercio con la cláusula de libre movilidad de datos, que determina que las empresas pueden transportar los datos a través de las fronteras libre de restricciones y aranceles. Dicha cláusula se está firmando en una creciente cantidad de Acuerdos entre países, pero, sobre todo, entre países pertenecientes a la lista de paraísos fiscales.
Las grandes empresas de tecnología no solo están almacenando sus datos en locaciones paradisíacas, sino que además existe una creciente relación entre las mismas y la evasión impositiva a nivel global. Nunca antes en la historia se vio empresas con tasa de ganancia tan elevadas como las que obtienen las corporaciones digitales, y sin embargo son famosas por la evasión fiscal que hacen anualmente.
Los gobiernos de todo el mundo pierden anualmente alrededor de 427.000 millones de dólares a causa de la evasión y la elusión fiscal por parte de compañías y personas físicas que mueven su dinero a paraísos fiscales, publica en junio de 2001 Forbes USA. Según datos de la OCDE, compañías como Amazon, Apple, Facebook, Google, Microsoft y Netflix han utilizado este tipo de estrategias de evasión de impuestos y lagunas legales para ahorrarse miles de millones. La cifra ascendería a más de 100.000 millones en impuestos entre 2010 y 2019 entre las seis firmas, según el grupo activista británico FairTax Mark.
En efecto, existe una relación que no es directa pero sí que se está afianzándose entre los paraísos fiscales y los centros de almacenaje de datos. El poder financiero occidental se está fusionando con el poder tecnológico occidental en los mismos sitios geográficos.
La pulseada mundial entre dos únicos actores por el control de la economía digital suele describirse como una lucha entre EE.UU. y China. Pero la Unión Europea (EU), pretende quedarse dentro de un espacio que le permita ser parte del modelo extractivista donde se enmarca la región del sur global.
Comose documenta enel informe, publicado por TransnationalInstitute, Amsterdam, enJulio 2021, la UE ha hecho grandes esfuerzos por ponerse al día utilizando lasnegociaciones y las normas comerciales para hacer valer sus propios intereses.
La UE pretendeafianzarse sobre las espaldas de los países en desarrollo, socavando la posibilidadde que todos compartan equitativamente los beneficios del desarrollo tecnológico.Para dar protagonismo a sus propias corporaciones tecnológicas, la UE está tratando de imponercláusulas en las negociaciones comerciales que obstaculizarán la industrialización digital, restringiránla necesaria supervisión estatal de las empresas y expoliarán los derechos de los ciudadanos enotros lugares, en particular en los países en desarrollo.
Cláusulas Comerciales que favorecen la concentran la digital
Transferencia transfronteriza de datos
Significa que los datos, materia prima de la inteligencia artificial, y otras tecnologías dela nueva revolución industrial pueden cruzar las fronteras y el Estado pierde el acceso a ellos.Implica que las empresas que comiencen a tener operaciones en el territorio con el quefirmó el acuerdo, puede extraer datos de los consumidores y ciudadanos locales y llevarlosa otro territorio sin ningún tipo de restricción. La resultante es que una vez que losdatos atraviesan la frontera, no se puede exigir acceso o repatriación porque el país pierdejurisdicción sobre los mismos. Es el equivalente de cualquier bien físico que conozcamos.
Prohibición de la localización de datos y su procesamiento
Los datos como materia prima tienen diversas instancias en su cadena de valor. El movimientodel dato que lo hace atravesar la frontera conforma la exportación de esa materia prima.Pero la cadena de valor también tiene como componentes fundamentales el procesamientoy alojamiento del dato. Estos pueden ocurrir independientemente de la exportación delmismo. Claramente esta cláusula, es colonialismo digital ydependencia económica. Un país podría poner en su sistema de compras públicas, al contratarproveedores digitales, cláusulas contractuales que pidan que esos datos se queden en elpaís y se le dé acceso al Estado a fin de diseñar políticas públicas o, en un futuro, sus propiossistemas que puedan reemplazar al proveedor y lograr independencia económica y contribuir ala industrialización digital.
No divulgación del código fuentey de losalgoritmos
En laeconomía digital todo se maneja con algoritmos. Es la herramienta de software que realmente procesa la enorme cantidadde datos que generamos a diario. Los algoritmos son instrucciones lógicas que junto a ecuaciones matemáticasque procesan información y devuelven un resultado, sea una maximización u optimización(predicción estadística), un ordenamiento, una decisión o un menú de opciones. Cuandohacemos una búsqueda en Internet, un algoritmo decide qué resultados veremos primero;cuando ingresamos a Netflix, un algoritmo decide qué películas mostrarnos; un algoritmoprocesa imágenes médicas e indica cuál es la probabilidad de que determinada mancha seaun tumor; un algoritmo asigna pedidos a repartidores que trabajan en plataformas cuando transitan por las calles entregando pedidos. Un algoritmo esta escrito con un lenguaje de programación, es un programa, es una Apps es un software.
Eliminación de los derechos de aduana
Sobre los productos digitales y/o lastransmisiones electrónicas. El avance la tecnología digital, aumenta la proporción de la economía va a poder ser distribuida a travésde Internet. De hecho, el 5G planea crear ciudades, fábricas y hogares inteligentes,con maquinaria y electrodomésticos que se manejan de manera remota desde otros países.Ciudades donde los autobuses no posean choferes y el conductor esté probablemente en uncentro de datos en algún territorio alejado y sea un algoritmo. Las impresoras 3D permitencomercializar diseños a través de la web que pueden ser impresos directamente en el país
que adquiere el diseño. Esto abre un mundo nuevo en las exportaciones de servicios digitales,desplazando a las exportaciones manufactureras.
En una economía cada vez más digital y globalizada, no poder cobrar impuestos aduaneros a lastransmisiones electrónicas es quitarle al Estado su principal fuente de financiación y su capacidadde industrialización digital nacional y soberana, perdiendo empresas tecnológicas nacionales a
manos de la competencia internacional.
Contratación pública electrónica
En los sectores de finanzas y telecomunicaciones es donde más se ven ejemplos de este tipo.Muchas veces los Estados exigen autorización previa para ingresar al mercado local. Estopermite regular la cantidad de competidores que va a haber y el tipo de servicio que van a
brindar. Se hacen exigencias de requisitos mínimos y, en el caso de las telecomunicaciones,hasta se debe licitar espectro para poder empezar a ofrecer el servicio de telefonía móvil. Esteprincipio promueve que no se pueda exigir autorización previa de este tipo para ningún servicioque sea brindado por medios electrónicos. Con la excepción delos sectores financieros y telecomunicaciones.
Mejor cabeza de ratón que cola de león
Con la emergencia del 5G a nivel global se espera que, a través del Internet de las Cosas, los electrodomésticos que utilizamos todos los días puedan generar datos y estos sean analizados, generando nuevos productos como servicios.
Los autos inteligentes, por ejemplo, no solo nos trasladan, sino que nos sugieren hacerle el mantenimiento al vehículo, nos indican dónde podemos realizarlo cercano a nuestro domicilio, y nos avisan si algo está fallando.
Si todos esos datos viajan y se almacenan en centros de datos localizados en la Unión Europea, es allí donde se generarán nuevos puestos de trabajo más productivos de venta ycomercialización de nuevos productos publicitarios y se ´pueden hacer los procesos (predictivos, asociativos, cluster, etc.) de la inteligencia artificial.
La principal ventaja de la UE en estos acuerdos, es la capacidadde poder procesar datos y desarrollar esos nuevos servicios de puertas adentro del territorio quesignifiquen nuevas exportaciones de la UE hacia los países periféricos.
Difícilmente a esta alturala UE puede superar a gigantes como Google o Amazon en el procesamiento de datos y en el desarrollo deinteligencia artificial, pero sí puede aspirar a conseguir que las empresas se instalen en su territoriopara almacenar, procesar y entregar datos que describen comportamiento y puedan ser utilizadaspara venderse a otras empresas, generando servicios digitales nuevos.
A su vez, y este punto no es menor, con la llegada de los autos autónomos al mundo, las automotriceseuropeas podrían controlar los datos que se generan y mantener bajo su control estos servicios súperproductivos de control de vehículos a través del “cerebro” y los sensores incorporados a los autos.
Toda una industria del procesamiento de datos se está gestando, tanto en recursos humanos, enlogística, en servicios médicos, de entretenimiento, educación, transporte urbano inteligente, pormencionar algunos. Quedarse con los datos es permitir que las empresas locales europeas crezcan aexpensas de un sur global cada vez más sometido, con unos términos de intercambio que se siguendebilitando, vendiendo materias primas a cambio del consumo tecnológico de la cotidianeidad.
Estos datos son llevados, en definitiva, de manera extractivista, sin dejar ingresos de ningún tipo,y sin poder siquiera cobrar aranceles por los servicios digitales importados. Un resultado perversopara la mayoría de la población global.
El posicionamiento europeo en los TLC (Tratados de Libre Comercio), tiene ventajas sobre los países menos desarrollados. Pero, a escala global en la Organización Mundial del Comercio (OMC), la agenda europeajuega a favor de las grandes corporaciones norteamericanas unidas en GAMAM (Google, Apple, Meta (Facebook, WhatsApp e Instagram), Amazon y Microsoft) y en contra de China.
La reglamentación de formamulti o plurilateral de la OMC, tiene un carácter mucho más extensivo, poniendo a Europaa competir con empresas norteamericanas en la capacidad de extraer datos del sur global. Es indudable que la capacidad de EEUU de absorber datos es infinitamente superior a la europea en los tópicos de vigilancia en la red, protección a los consumidores, autorizaciones para operar, licitaciones públicas. Los acuerdos para superar la competencia, buscan dar acceso a mercados del sur global a las empresas europeas en detrimento de laspequeñas empresas locales que puedan surgir en los países en vías de desarrollo.
La UE, buscaexpandir sus inversiones extractivistas hacia los países del sur, posicionando a sus empresas comolíderes indiscutidos de un mercado que supo ser industrial y hoy se transforma a un capital cibernético.
Es indudable que Europa comprendió que, en el presente devenir económico, el capitalcibertnético subsumirá al capitalindustrial. Subirse a la agenda de libre comercio digital les permite a las empresas dar el salto tecnológico y transformarse en grandes empresas que desarrollen suspropios servicios digitales sin tener que tercerizar ese servicio a empresas norteamericanas
Esta agenda se impulsa en diversos foros y se utilizan excusas como promoción de las pequeñasy medianas empresas o igualdad de género. Existe un “lavado rosa” de la agenda de comercioelectrónico, argumentando que las mujeres van a poder encontrar mejores empleos en la web,vendiendo productos y convirtiéndose en exportadoras a través de plataformas digitales.
Locierto es que las mujeres a nivel global son las que menos acceso tienen a Internet y, cuando lotienen, son las que hacen usos económicamente menos productivos de la herramienta. Además,exportar implica no solamente tener Internet sino tener infraestructura y habilidades para sobrellevartrabas idiomáticas, informáticas, impositivas, de estándares, por mencionar algunas.
El verdaderoimpacto es más subdesarrollo en la mayoría de los países del mundo para que unas pocas mujeresen países desarrollados puedan convertirse en exportadoras. Existe fuerte evidencia que indica que
la agenda de comercio electrónico agrandará la brecha de género. No solo eso, sino que diversasorganizaciones de mujeres ya se han manifestado en contra de la agenda de comercio digital.
Por otro lado, también se argumenta que las PYMES se benefician al abrirse mercados internacionalesque les permitan localizar productos. Con las reglas de comercio internacional propuestases claro ver quiénes serán los grandes jugadores en el comercio global, desplazando a las pequeñasy medianas empresas de países periféricos, teniendo que competir con la entrada indiscriminadade productos internacionales al mercado local.
En definitiva, se abren las puertas a poder insertarse en una economía cada vez más dinámica,pero lo hace a expensas de quitarle esa posibilidad a muchísimos países del sur global. De puertasadentro, beneficia a empresas transnacionales de tecnología y grandes empresas industriales localesenproceso de transformación digital.
El pueblo del sur global sigue quedando rezagado, sin posibilidad de teneruna soberanía digital.Dependiente del consumo tecnológico de productos producidos con unalógica extractivista y el objetivo claro de maximizar ganancias por sobre la sostenibilidad biológica.
La disputa que libran la UE, Estados Unidos y China es por los datos que generamos cadavez que nos conectamos a internet ya que conforma la materia prima básica para su proceso de producción. El verdadero valor no reside en los datos en sí, sino en el procesamiento de los mismos para ofrecer y vender explicaciones algorítmicas del comportamiento humano.
Los perdedores en la batalla por la hegemonía tecnológica son los ciudadanos de a pie. Las normascomerciales no se están construyendo para fortalecer los derechos de los ciudadanos o la democracia, sino para beneficiar a las grandes tecnológicas, dándoles mercados y recursos de forma gratuita, monopolios ilimitados y sin responsabilidad social o fiscal.
Contra este robo de recursos patrimoniales, el único remedio es conservar la libertad de los Estados para regular, de modo que la gente pueda a su vez hacer valer su voluntad. Por lo tanto, es fundamental que los Estados se nieguen a firmar estos acuerdos como un primer paso hacia un proceso de industrialización y soberanía digital
Alfredo Moreno*/ Director de Sistemas en Univ. Nacional de Avellaneda UNDAV/Profesor TIC en Univ. Nacional de Moreno UNM/Integrante de la red PLACTS
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