Edición n° 2721 . 04/05/2024

Libertad, igualdad, fraternidad

¿Qué quieren decir

con eso de la libertad?

Usted se puede morir,

eso es cuestión de salud,

 pero no quiera saber

 lo que le cuesta un ataúd

Alfredo Zitarrosa

¿Cuáles son los valores, las pasiones y necesidades que llevan a elegir uno u otro candidato?

( Ana Monsell, psicóloga, integrante de Proyección Consultora) En el escenario de la política nacional surgieron nuevas figuras que se autodenominan «libertarios», aspirando a desplazar aún más el centro de atención hacia un enfoque que propone ideas  más radicales en términos de liberalismo.

Muchas preguntas surgen frente a la conmoción de los fundamentos democráticos instituidos en 1983. Porque más allá de las razones que puedan explicar y justificar la decisión de un grupo sin dudas heterogéneo del electorado,  es la primera vez que un candidato con un discurso que promueve la violencia política y social, que reivindica la dictadura militar, tiene altas posibilidades de llegar a través del voto a ser presidente.

Desde la Revolución Francesa, la noción de libertad se ha erigido como uno de los valores fundamentales en la esfera política. Sin embargo, ¿qué significa realmente la libertad?, ¿Qué implica realmente ser libre?, ¿Cómo se relaciona con la justicia?, ¿de qué libertad habla Milei?

La libertad individual se considera un valor supremo y se aboga por limitar la intervención del Estado en la vida de las personas. Sin embargo,la libertad tiene sus límites, incluso los partidos más liberales dejan supeditada la libertad a la justicia para evitar explotación y desigualdad.

Así entonces, definir la justicia, especialmente la justicia social, es un tema que nosinterpela. La justicia social implica dar a cada uno lo que le corresponde, pero ¿qué es lo que corresponde?

La justicia social se ve afectada por las desigualdades iniciales en la sociedad. Cuando algunos individuos comienzan con ventaja debido a la herencia, el lugar en el que nacieron, la igualdad se desdibuja. En este contexto, la justicia social implica una corrección de estas disparidades iniciales para garantizar que todos tengan igualdad de oportunidades.

¿Qué quedó rechazado, excluido, desoído, vacante, para ser recogido por el discurso del neoliberalismo con tanto éxito?

Pobreza, exclusión y vulnerabilidad social de grandes sectores de la población dejaron el campo fértil para que la tentación se vuelva probabilidad. En este contexto la figura de Milei encarno propuestas ilusoriasincitando al individualismo y “la libertad”  que solo garantizan destrucción y desigualdad. 

En los discursos que respaldan a Milei, se puede identificar una fuerte necesidad de líderes con autoridad, sin prestar tanta atención a sus propuestas políticas específicas.  Se manifiesta un anhelo de encontrar a alguien que personifique el liderazgo y sea capaz de ofrecer soluciones y esperanza en medio de un contexto que se percibe como potencialmente catastrófico.

Aquí Milei, con la agresividad latente en su discurso refleja la furia, la indignación y el resentimiento que lo caracterizan y se presenta como una defensa apasionada de la libertad, en particular la libertad económica.  Aboga por una mínima intervención estatal y la eliminación de regulaciones. Atrae a aquellos que anhelan cambios inmediatos impulsados por deseosmeritocráticos e individualistas. 

Pero para Milei los limites no existen, la ley carece de autoridad. Parece creer que puede imponer su propia visión de la legalidad y así promueve una libertad desprovista de normativasen la que el fin es la barbarie, el desorden y la destrucción.

Su visión se asemeja a una suerte de “darwinismo económico”, en la que se sostiene que la competencia desenfrenada y la supervivencia del más apto conducirán al progreso y la prosperidad. Sin embargo, es crucial considerar si este enfoque de “libertad” sin restricciones encaja realmente con los principios de igualdad y fraternidad fundamentales en una sociedad justa.

Javier Milei repite como un credo una definición de libertad que socava la patria y perjudica a la sociedad queriendo representar la idea de “libertad adolescente”,bandera en donde la elección por la apertura e interacción con el mundo son pilares.

Milei representa un enfoque anarcocapitalista que defiende la propiedad privada pero no la intervención estatal, lo que podría llevar a la necesidad de recurrir a la violencia para proteger la propiedad privada, lo que irónicamente pone en riesgo lo que se pretende proteger.

Personifica un modelo de estado que no tiene su propia moneda y que introduce un nuevo paradigma político en el que los más poderosos pueden derrumbar las oportunidades de progreso sin un árbitro que haga cumplir las leyes, perjudicando no solo a la población en general, sino a cada individuo.

Este enfoque podría resultar en la pérdida de derechos laborales, la falta de acceso a educación pública, atención médica gratuita, seguridad y viviendas dignas.

Enfrenta a la sociedad con la cuestión moral de olvidar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar.

La pregunta es por el estatuto, el lugar de la libertad.

Desde la Revoluciónfrancesa “libertad, igualdad, fraternidad” son representantes de valores fundamentales, que juntos conforman un equilibrio necesario en cualquier sociedad democrática

 La libertad es esencial pero no puede existir en un vacío. Son necesarias la igualdad, fraternidad y justicia para garantizar que todas las personas tengan la oportunidad de ejercer sus derechos y vivir una vida digna.

Cabe preguntarse ¿Qué entienden sus seguidores por libertad? Para algunos la promesa de autonomía individual y oportunidades sin restricciones. Pero es esencial reconocer que “la verdadera” libertad debe estar mediada por la ley y la justicia para evitar que se convierta en una herramienta para la desigualdad.

Así, la justicia social y la igualdad de oportunidades se erigen como desafíos clave en la búsqueda de una sociedad más justa y libre. Comprender la relación entre libertad y justicia es esencial para forjar políticas y sistemas que aborden las desigualdades y promuevan un mundo más equitativo.

Como dijo el religioso francés del siglo XIX Henri Lacordaire: entre el fuerte y el débil, entre el rico y el pobre entre el amo y el servidor, es la libertad la que oprime y la ley la que libera.