El también coordinador nacional de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) cree que con decisión política se pueden instalar en todo el país alimentos sanos y a precios accesibles.
Levaggi cuenta que la UTT nació en 2010 con cinco personas y actualmente son 25.000 familias. / Foto: Eliana Obregón.
El presidente del Mercado Central y coordinador nacional de la Unión de Trabajadores de la Tierra, Nahuel Levaggi, aseguró a Télam que «con decisión política» se pueden instalar en todo el país mercados comunitarios con «alimentos y a precios accesibles», y defendió la bandera de la organización que conduce al plantear que la «soberanía alimentaria es tierra y agua para el que la trabaja y alimentos sanos para el pueblo».
«Soberanía alimentaria significa tierra y agua para los que trabajan la tierra, pero también es que el pueblo se alimente, con alimentos sanos y precios accesibles», amplió Levaggi, titular del Mercado Central desde marzo de 2020 y quien durante la gestión de Cambiemos se convirtió en vocero ante los medios de los múltiples ‘Verdurazos’ que la UTT llevaba adelante en plazas muy concurridas de la CABA.
-Télam: ¿Cómo y cuándo nació la Unión de Trabajadores de la Tierra?
-Levaggi: La UTT nació a mediados de 2010 como una organización de tipo gremial, de base, con familias campesinas pequeñas y medianas, productoras de alimentos agropecuarios. Surgió hace 12 años, con iniciativas de un grupo de compañeros que veíamos la necesidad de construir la soberanía alimentaria, de construir una herramienta gremial para las familias pobres del campo y su articulación con la producción de alimentos sanos y la llegada con alimentos a los sectores populares, que también era una tarea pendiente. En 2010 éramos cinco personas, hoy somos algo más de 25.000 familias.
-¿Esas primeras cinco personas, qué procedencia venían?
-Veníamos de distintos lados, de distintas procedencias de la política y de experiencias en el cristianismo. Yo vengo de lo que es la militancia de los MTD (Movimiento de Trabajadores Desocupados) del Frente Darío Santillán, de una lógica de construcción de base en los barrios más pobres, y milité muchos años en la Villa 20 de Villa Lugano, siempre con una misma visión del laburo a partir de la tierra, la tenencia de la tierra y de que la tierra es la salida. Y esto que estamos hablando: de la necesidad de construir una herramienta que dispute tierra, que pelee por la tierra para todos, que plantee otro modelo agroalimentario, otro modelo agrario. Tanto para las familias que viven en el campo como para las familias que se alimentan de lo que se produce en el campo.
-El Mercado Central es un lugar muy particular, con tanta historia y tanta política detrás de esa estructura. Todo un mundo…
-Es el Mercado frutihortícola de abastecimiento más grande de la Argentina por lejos, donde todos los días circulan miles y miles de toneladas de frutas y verduras. Además, es un centro comercial mayorista y una ciudad comercial minorista, que es también lo que se conoce mucho. Un Mercado Central con elementos positivos y negativos, con una comunidad -la del mercado- muy endógena, con gente que vive en el mercado y del Mercado Central hace más de 30 años y donde las cosas estuvieron siempre haciéndose de una manera y nosotros llegamos a la gestión con una propuesta de mucho trabajo, de legalidad, de racionalidad, de transformar el mercado con un rol social determinado, poniendo por delante los alimentos de calidad y el derecho a los alimentos y a los sectores más postergados por delante.
-¿Cómo se articulan los intereses históricos del Mercado Central con los nuevos objetivos?
-La propuesta es un Mercado Central que nos sirva a todos y a todas, poniendo por delante el bien común. Hoy hay muchos actores que entendieron estos objetivos. Y quienes no lo entendieron son los que forman parte de la Argentina privada, especulativa y mezquina que nosotros queremos transformar. Esto forma parte de la lucha, y obviamente que oposición vamos a tener.
-Como responsable de la UTT, ¿qué le preocupa hoy a la familia campesina?
-La preocupación estructural para la familia campesina sigue siendo la tenencia de la tierra, el acceso a la tierra y al agua. En especial a las familias de monte adentro del interior del país, que defienden su tierra todos los días frente al negocio inmobiliario que los amenaza todos los días. También preocupa el acceso a la tierra para las miles y miles de familias que producen pero que alquilan la tierra en el lugar que viven y producen. Preocupa, además, el modelo de producción y comercialización agropecuaria, por el cual sale muy caro producir y donde casi siempre se recibe muy poco por la producción. Esas cuestiones, le diría, forman parte de las mayores preocupaciones y de nuestra lucha.
-¿A cuántos trabajadores y trabajadoras representa hoy la UTT?
-La Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT) representa a más de 25.000 familias en toda la Argentina. Son familias que producen frutas, verduras, ganado, leche, lácteos, carnes, granos… Y en conjunto con otras dos organizaciones, como la Federación de Cooperativas Federadas y el Movimiento Nacional Campesino Somos Tierra, conformamos la Mesa Agroalimentaria Argentina que es la construcción gremial que estamos levantando y llevando adelante en una alternativa a la Mesa de Enlace, que es la representación corporativa de las grandes patronales del campo.
-¿Cómo ve que haya gente que no come en la Argentina de hoy?
-Hace años que discutimos con distintos sectores la problemática de los alimentos y el hambre en el país, algo que tiene que ver con dos cuestiones: los que ven y creen a los alimentos solo como un negocio, un gran negocio, y los que creemos que los alimentos y la producción de alimentos tienen que servir para tener la ganancia, pero que fundamentalmente constituyen un bien para el pueblo, en especial para los que menos tienen.
-¿Se pueden instalar mercados con precios accesibles y alimentos sanos en otros municipios y provincias?
-Después de mucho tiempo de plantearlo, ya estamos articulando instancias de comercialización con municipios, el de Lomas de Zamora (provincia de Buenos Aires) es la primera experiencia, y se van a multiplicar otras experiencias en la medida en que los Gobiernos provinciales y municipales tengan la decisión política de hacerlo. Nosotros ponemos a disposición la capacidad de la gestión y de acercar los alimentos que producimos para ser comercializados.
-Si se pudo hacer en Lomas de Zamora, ¿se puede hacer en Tucumán o en Comodoro Rivadavia también?
-Absolutamente. Si se pudo en Lomas de Zamora se puede hacer en el resto del país. Con el mercado de Lomas de Zamora se demostró que con decisión política lo puede hacer el Estado, acercando alimentos sanos, de calidad y a precios accesibles.
– ¿Qué necesitan para multiplicar la experiencia comercial?
– Que haya decisión política de los Gobiernos para la transformación del modelo productivo; hacer realidad el acceso a la tierra y el agua; producción de semillas propias; la transformación del paquete tecnológico; mejores condiciones para el desarrollo de la ruralidad y del arraigo; créditos y financiamiento para las pequeñas cooperativas. Todo eso hace a la soberanía alimentaria: tierra y agua para los que trabajan. Soberanía alimentaria es que el pueblo se alimente, con alimentos sanos y con precios accesibles.
Marcelo Cena (Agencia de Noticias Télam/Prensa Mac)