Edición n° 2952 . 21/12/2024

Las importaciones de gas complican las cuentas del Banco Central

Los embarques de GNL para paliar el déficit de energía demandaron U$S 1500 millones en el primer cuatrimestre. La suba de reservas prometida al FMI, cada vez más en duda.

Por: Marcelo Di Bari

El fuerte crecimiento de las importaciones, sobre todo en concepto de gas natural y licuado, están complicando severamente los planes del gobierno en cuanto a acumulación de divisas e incremento de las reservas del Banco Central. El último mes, la entidad apenas pudo comprar U$S 790 millones en sus operaciones en el mercado abierto. La suma es magra si se considera que es plena época de liquidación de la cosecha gruesa y que los agroexportadores volcaron al mercado oficial U$S 4231 millones, en lo que las cámaras de sector (CEC y CIARA) consideraron «el mejor mes de mayo desde que se llevan los registros mensuales de divisas».

El ítem que sobresale en todos los análisis es el de los pagos que realiza el gobierno por la importación de energía. Se trata de un mercado que se vio alterado sensiblemente por la guerra entre Rusia y Ucrania, que disparó todos los precios internacionales. Como la Argentina no tiene autosuficiencia en ese rubro, se ve obligada a traer gas desde el exterior, muchas veces a operadores privados que solo comercian de contado. Por ese canal es donde se van gran parte de los dólares.

De acuerdo a los datos oficiales a los que Tiempo tuvo acceso, la empresa oficial Enarsa contrató entre enero y abril 18 cargamentos de GNL (gas natural licuado) por un total de U$S 1491 millones. De ellos, nueve ya llegaron a los puertos de Escobar y Bahía Blanca, dos están entrando por estas horas y otros siete lo harán durante este mes y la primera semana de julio. Los proveedores contratados fueron las empresas Vitol, Total, Gunvor, Trafigura, Naturgy y Petrochina. Se prevé que a lo largo del año se necesitarán unos 57 embarques para compensar el déficit en la provisión de gas, lo que elevaría la salida de divisas a un piso de U$S 4500 millones.

Por la volátil situación de los mercados globales, los precios pactados para cada compra variaron mucho: hubo picos de hasta 45 dólares por millón de BTU (medida británica de comercialización), aunque los últimos bajaron hasta 28 dólares. Aun así, la llegada de cada buque significa entre 60 y 130 millones de dólares cash que el Banco Central tiene que desembolsar. En las próximas cuatro semanas, los compromisos ya asumidos significarían una salida de U$S 530 millones.

A ello se suman las importaciones de gas natural desde Bolivia. Una negociación llevada a cabo por el Ministerio de Economía con las autoridades de ese país, apenas comenzadas las hostilidades en el este europeo, aseguró la provisión durante todo el año a precios mucho más convenientes (entre 11,08 y 14,95 dólares) que los del mercado internacional. De todas maneras, la estimación oficial indica que el suministro costará unos U$S 1369 millones entre mayo y diciembre. De acuerdo a la adenda firmada entre Enarsa y la empresa boliviana YPFB, entre junio y julio habrá obligaciones a cubrir por U$S 411 millones.

Otros rubros

Pero no todas las cuitas del Banco Central se deben al gas y al petróleo. La mejora de la actividad económica tracciona una mayor demanda de bienes del exterior, tanto de consumo final como insumos productivos. Los informes del Indec muestran que entre enero y abril las importaciones crecieron al 41,6% interanual, ritmo muy superior al 28,5% al que lo hicieron las exportaciones. Por eso, el saldo comercial se redujo a U$S 2830 millones, un tercio menos que en el mismo período de 2021. En particular, el organismo alertó por la fuerte suba que se verifica en el rubro de servicios y puso como ejemplo el valor del flete internacional, que de 59 dólares por tonelada en abril de 2020 casi se duplicó a 113,8 dólares hace dos meses.

A este ritmo, son muy pocos los que confían en que el gobierno pueda cumplir la meta pactada con el FMI, de llegar al 30 de junio con un incremento de U$S 4100 millones en sus reservas netas. Para lograrlo, el Central debería culminar el mes con una compra promedio de U$S 130 millones diarios: según fuentes del mercado, entre jueves y viernes sumó apenas U$S 12 millones.

¿Qué pasaría si la entidad decide priorizar la acumulación de dólares para respetar lo prometido al Fondo y retacea la venta a las empresas que necesitan importar? En el sector privado creen que eso derivaría en un enfriamiento de la actividad económica. Un informe de la consultora OJF lo explica así: «En cuanto a las perspectivas, los próximos meses no auguran una salida del aparente estancamiento que empieza a mostrar la industria. En este sentido, la falta de dólares podría significar una traba para el avance de la industria, y la disponibilidad de energía para los meses del invierno no está garantizada para el sector. Con todo, esperamos que la tendencia positiva pueda retomarse en los últimos meses del año, si el contexto no evoluciona negativamente». «