Edición n° 2879 . 09/10/2024

Las Fotos del domingo/Tres historias/ Por Alejandro Malowicki

Director de cine,fotoperiodista y docente

LAS MUJERES DE LA FERIA

A las 2 de la madrugada, con frío, calor o llueva y a bordo de sus furgones los feriantes se dirigen al Mercado Central de Ezeiza a abastecerse de los productos que intentarán vender a los pocos clientes que con miradas deseantes y muy poco dinero puedan comprar lo imprescindible para el día (muchas veces menos) a causa de sufrir la economía inhumana del gobierno de Miley que los (nos) hunde en una penuria imprescindible para que los ricos llenen sus panzas con los alimentos que les roban a los padres y a más de un millón y medio de infancias que se acuestan a dormir mordisqueando apenas un pedazo de pan embebido en mate cocido.  

La futura ingeniera.

Su bonito rostro y su sonrisa fue lo que me impulsó a preguntarle si me permitía sacarle una foto. Aceptó, y luego le pregunté si siempre trabajaba en la verdulería y me respondió que solo los sábados ayudando a sus padres porque en la semana estudiaba ingeniería en la UBA. Desde ese día cuando iba a la feria y no la veía le preguntaba a su madre, ¿por qué no estaba su hija?, y me respondía orgullosa: se quedó estudiando porque el lunes tiene un examen difícil.

La carnicerita

Como todos los sábados vuelvo a la feria para comprar los alimentos imprescindibles para dos o tres días. Antes de que Miley fuera parte de mis cotidianas pesadillas le compraba carne picada y una tira de asado. Cuando me entregó la bolsita con la carne le pregunté si estaba de acuerdo en que le tomara una foto. Sonrió, hice la toma, inmediatamente la revisé, se la mostré y se la envié a su celular. ¿No es un rostro precioso

La vendedora de tortas fritas

Todos los domingos salgo por las mañanas a sacar fotos callejeras caminando por la Avenida Corrientes hasta la plaza Los Andes. A mitad de camino paso por delante de su quiosco y la última vez le pregunté si cuando regrese podría sacarle una foto al frente de su puesto: ¿a mí?, si, y si le gusta se la envío a su celular. Mientras me alejaba decidía que luego de tomarle la foto le compraría un par de tortas fritas. Pero no fue así porque no cumplí con mi palabra y me olvidé de comprarlas. El domingo que viene se las voy a comprar.