Edición n° 2886 . 16/10/2024

Lanzan plan para exportar u$s180.000 millones y buscarán consenso con JxC

El Gobierno presentó un programa para duplicar exportaciones y reducir la pobreza a la mitad para el final de la década. Quieren discutirlo con la oposición.

El Gobierno lanzó un plan llamado “Argentina Productiva 2030”, que se propone objetivos ambiciosos de cara al final de la década: duplicar las exportaciones y llevarlas a más de u$s180.000 millones, disminuir la pobreza a la mitad, generar más de 3,5 millones de puestos de trabajo, reducir el desempleo al 5%, crear más de 100.000 empresas y que haya un crecimiento per cápita del 30% al 2030.

Para eso, la Secretaría de Industria, que encabeza José Ignacio “Vasco” de Mendiguren, presentó este martes los 11 ejes del plan, que se propone cambiar la matriz productiva, a través de 500 lineamientos de políticas, que incluyen desde proyectos de ley de alivio fiscal, baja de retenciones o libre acceso a divisas. Buscarán discutirlo con la oposición para lograr consenso, dada la proximidad de las elecciones presidenciales.

El detalle del plan fue presentado en el ex Ministerio de Desarrollo Productivo por su coordinador Daniel Schteingart. Explicó que el problema argentino es la “imposibilidad de crecer en forma sostenida, el insuficiente empleo de calidad y los elevados niveles de pobreza y desigualdad”. Desde 1974, Argentina fue el segundo país del mundo que más años pasó en recesión.

El diagnóstico del plan es que existen crisis recurrentes por “falta de dólares y una matriz productiva insuficientemente densa y desarrollada”. Es por eso que el programa, plasmado en un documento de más de 3000 páginas, cuenta con una radiografía de los problemas productivos del país, una revisión de qué ocurre en el mundo y una hoja de ruta con recomendaciones de política, con más de 200 metas cuantitativas medibles.

El plan fue anunciado hace un año, luego de cerrado el acuerdo con el FMI, en un gran acto en el CCK, en el que había participado hasta el Presidente Alberto Fernández. Allí, el ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anunció que su redacción llevaría un año. Durante la presentación de este martes, Schteingart aseguró que el programa está basado en 11 misiones, una metodología de la economista ítalo-estadounidense, Mariana Mazzucato.

Las 11 misiones son: duplicar las exportaciones; desarrollar la economía verde para una transición ambiental justa; producir más bienes y servicios ligados a la salud; impulsar la movilidad del futuro con tecnologías nacionales; robustecer la defensa y la seguridad nacional a partir de desarrollos nacionales de alta tecnología; adaptar la producción de alimentos; profundizar el avance de la digitalización; desarrollar el potencial minero con cuidado del ambiente; modernizar los sectores industriales tradicionales; crear encadenamientos productivos a partir del sector primario para generar más trabajo; y, finalmente, potenciar la actividad turística para el desarrollo territorial sustentable.

“Hoy la grieta más grande que tiene Argentina es entre la real y la potencial, es incalificable que estemos donde estamos con las posibilidades que tenemos”, aseguró de Mendiguren, ante un auditorio con investigadores, funcionarios y algunos pocos empresarios. “Estamos en un momento bisagra, podemos saltar al desarrollo en forma definitiva”, agregó. Pero resaltó: “Con los recursos que tenemos podemos decidir si queremos ser Nigeria o Noruega”.

Luego de leer en detalle cada una de las 11 misiones, Schteingart habló sobre el cómo llegar a las proyecciones: “Todo muy lindo, pero el cómo sería a través de lo que llamamos políticas de Estado, que incluya por un lado la estabilización macroeconómica. Sin estabilización es difícil invertir y crecer, pero también cambiar la matriz y generar divisas ayuda a la estabilización, es un perro que se muerde la cola”, afirmó. Además, agregó que se necesita la aprobación de proyectos de ley pendientes, algunos sin tratarse en el Congreso, y otros en elaboración: la ley de electromovilidad, de promoción del hidrógeno, de GNL, de hidrocarburos, una ley agroindustrial y una de grandes inversiones, que habiliten proyectos a gran escala en sectores como la petroquímica.

En la hoja de ruta para duplicar las exportaciones, la proyección es que para el 2030 el sector que siga aportando la mayor cantidad de divisas sea el agroindustrial, con u$s60.931 millones, aunque será el de menor crecimiento, debido a que en parte esperan una baja en el precio de los commodities. Los sectores que esperan que más sumen al aumento de las exportaciones son la energía, con Vaca Muerta y el GNL (u$s30.806 millones); los servicios, con el conocimiento y el turismo (u$s22.150 millones); y la minería, con el auge del litio, el cobre y el potasio (u$s15.931 millones).

Ante la cercanía con las elecciones presidenciales, de Mendiguren reveló, durante un almuerzo con la prensa, que tuvieron diálogo con parte de la oposición durante el armado del proyecto, tanto con el PRO como con el radicalismo. “Esto nos tiene que obligar a discutir en campaña si queremos un modelo exportador de materias primas o de agregado de valor”, afirmó de Mendiguren. Por su parte, Schteingart aseguró: “Hay muchos puntos de contacto, se puede diferir en cuánto invertir en política industrial, pero en los sectores potenciales hay más consenso que el que se cree”. De todos modos, el plan no incluye puntos que están en los programas económicos de Juntos por el Cambio, como el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur.

De Mendiguren también admitió las dificultades de la implementación del plan. Por un lado, políticas, con un Congreso prácticamente paralizado y sin acuerdo interno entre la misma coalición del Frente de Todos. “Estamos dispuestos a que las leyes salgan o, si no, las implementaremos de alguna forma”, anticipó. Pero, por otro lado, dificultades económicas, como la falta de dólares producto de la histórica sequía. Sobre ese punto, anticipó que el plan de este año es conseguir divisas desde Brasil y China, y asistir al sector agropecuario. “Estamos desesperados por bajar la brecha, pero no por una devaluación brusca”, concluyó.