Edición n° 2924 . 23/11/2024

La presidenta de la CNEA destacó la estrecha relación que tienen con el sector productivo

Adriana Serquis resaltó las contribuciones del organismo en la generación de energía eléctrica hasta tratamientos para el cáncer, pasando por la producción de componentes para baterías de litio y las imágenes para diagnóstico médico.

La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis, destacó la activa participación del organismo en desarrollos de distintos sectores productivos de la economía, desde la generación de energía eléctrica hasta tratamientos para el cáncer, pasando por la producción de componentes para baterías de litio y las imágenes para diagnóstico médico.

También remarcó los avances en la fabricación de los reactores Carem, actividad en la que aseguró que la Argentina “está a la vanguardia” a nivel mundial, y el RA-10 en el Centro Atómico Ezeiza, que “va a poder aumentar y multiplicar por diez nuestra capacidad de generar isótopos” de múltiples usos en la industria.

Serquis subrayó el trabajo que se hizo desde la Comisión en la reactivación de Atucha II, al señalar que “las empresas que podrían tener injerencia en resolverlo en el exterior, proponían una solución entre 10 y 100 veces más cara y que iba a llevar varios años resolverla». mientras que en Argentina «se pudo resolver en diez meses”.

Los siguientes son los tramos principales de la entrevista con Télam:

– ¿Qué análisis hace de la primera exportación argentina de componentes nucleares a China?
– Es muy importante pensar en un país con el desarrollo que tiene China. Poder hacer este tipo de exportaciones de materiales muy complejos que han requerido todo un conocimiento, es demostrar la efectividad de esa capacidad tecnológica que se fue generando a lo largo de tantos años. Somos parte de Conuar, Combustibles Nucleares Argentinos, y el conocimiento tecnológico en general que maneja la empresa surge justamente del que hay en la Comisión, sus ingenieros desarrollaron toda la tecnología de los combustibles nucleares que le dio a la empresa la que se llama la estampa nuclear, o sea, el poder calificar como componentes nucleares.

– ¿Cuál es la relación de la CNEA con el sector productivo?
– Es una relación muy estrecha. Empezando porque a lo largo de sus 73 años de vida, la CNEA ha dado lugar a varias empresas, la primera de ellas fue Invap, después Conuar y luego FAE (Fábrica de Aleaciones Especiales). Aparte está ENSI, la empresa neuquina de servicios de ingeniería, en la que participamos con el 49% y que es la que está a cargo del manejo de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) en Arroyito, Neuquén. También está Dioxitek, que se ocupa de procesar el dióxido de uranio para ser utilizado en los combustibles y que además está a cargo de las bombas de cobalto que se utilizan para la radiación, tanto en el área de medicina como en áreas industriales. Y por último, y no menos importante, está la producción de radioisótopos, que es un conocimiento que nace en la Comisión. El reactor RA+3 sigue produciendo los radioisótopos para todo el país y sin eso, el desarrollo de la medicina nuclear y las imágenes de diagnóstico no serían posibles.

– ¿Hay alguna vinculación de la CNEA con el desarrollo del litio?
– En el área del litio ya tenemos varios grupos de investigación que vienen trabajando en energías o materiales para energías alternativas de hace mucho tiempo, como hidrógeno, litio, solar. En el caso particular del litio, somos parte de un consorcio en el cual tenemos el rol de desarrollar lo que se llama el electrolito de las baterías de litio, en conjunto con YTEC que es quien tiene el desarrollo de las baterías. El desarrollo de uno de los componentes de las baterías es el electrolito, y va a ser posible gracias a las capacidades que teníamos generadas antes para otro sector, que era el de enriquecimiento de uranio. El poder haber manejado el fluoruro de uranio nos permite ahora manejar el hexafluorofosfato de litio, un componente fundamental para los electrolitos de esas baterías. Más allá de eso, hay otras investigaciones también relacionadas con otro valor agregado que tiene el litio, que es en la fusión nuclear. En la fusión nuclear es necesario uno de los isótopos de litio, que es el litio seis. Poder llegar a la parte de la etapa comercial de lo que es el enriquecimiento de litio para tener litio seis tendría un valor agregado enorme. Y venimos trabajando en ese sentido.

Foto Victoria Gesualdi
Foto: Victoria Gesualdi.

– ¿En qué instancia está el proyecto Carem?
– El proyecto Carem es una de las grandes oportunidades que tenemos como país, ya que en el mundo existen estos desarrollos de reactores modulares pequeños. Pero al venir haciendo el proyecto hace mucho tiempo, estamos a la vanguardia de esto. El proyecto en sí mismo tiene aproximadamente un 62% de desarrollo total. En el resto de los países la mayoría todavía está en papeles, hay muy pocos que realmente están en construcción, sólo dos o tres. El nuestro puede tener la demostración real, datos reales que nos van a permitir también hacer el estudio de mercado de cómo viene, de cuáles son los costos reales de funcionamiento y además de demostrar que pueden funcionar estas capacidades. Así que el proyecto anda muy bien. Se está también evaluando en paralelo cómo sería un desarrollo comercial, de mayor envergadura. Hay que pensar que el proyecto actual tiene sólo 32 megavatios que parecen poco comparados con una gran central que en general es de más de mil.

– ¿Hay otros reactores en desarrollo?
– Sí, el RA-10 en el Centro Atómico Ezeiza, que va a poder aumentar y multiplicar por diez nuestra capacidad de generar isótopos, y además está diseñado para poder tener otros usos, como es la irradiación de semiconductores para la industria microelectrónica. Va a tener también la capacidad de irradiar combustibles nucleares, pero sobre todo va a tener otro fin asociado, que es el Laboratorio de Haces de Neutrones, que va a ser el primero en América Latina y va a dar lugar al desarrollo de muchísimas líneas de investigación.

Foto Victoria Gesualdi
Foto: Victoria Gesualdi.

– ¿Cómo marcha la construcción del Centro Argentino de Protonterapia?
– Es otro de los grandes proyectos que tenemos en danza y que también nos llena de orgullo. Es un gran edificio que tiene como dos partes, una que deberíamos estar inaugurando, que es la convencional, aunque de convencional tiene muy poco, porque ahí está desarrollado lo que sería el centro de radioterapia avanzado más importante del país. La otra mitad es la parte civil del proyecto, que está muy avanzada. Se espera que la obra en sí misma termine el año que viene. La protonterapia es una tecnología única que va a permitir hacer tratamientos de cáncer para reducir los tumores sin afectar otros órganos que se encuentren alrededor. Cuando uno piensa en el tratamiento con radiaciones para un tumor, la radiación impacta en toda una zona muy grande, tratando de focalizar en el tumor. Pero en general, por cómo es la física de esa interacción en general se irradia más lo que está más cerca de la superficie, entonces es muy difícil atacar tumores que están más adentro y sobre todo, evitar que las zonas de alrededor sean afectadas.

– ¿Cómo fue el trabajo para la reactivación de Atucha II?
– Fue un trabajo que nos llena de orgullo como país, porque cuando se produjo el problema que sacó de funcionamiento a la central y se consultó a las empresas que podrían tener injerencia en resolverlo en el exterior, proponían una solución que era, digamos, entre 10 y 100 veces más cara y que iba a llevar varios años resolverla. Y acá se pudo resolver en diez meses con capacidad propia, con ingenio propio y con una capacidad que se demostró que era muy efectiva.

Fuente: Télam