CRECE LA POLARIZACIÓN
En la recta final hacia la definición del próximo 19 de diembre entre Gabriel Boric José Antonio Katz, que determinará quien es el sucesor de sebastián Piñera en la presidencia trasandina, la invocación al miedo y la dicotomía fascismo-comunismo son los discursos dominantes en la búsqueda de sufragios.
El recurso de invocar al miedo y la dicotomía fascismo-comunismo como herramienta de captura de votos caracterizó «como nunca antes desde el retorno de la democracia» el último tramo de las elecciones chilenas de cara al balotaje del próximo domingo 19, según una politóloga chilena, y en medio de una creciente polarización.
El inesperado resultado de las primarias realizadas el 18 de julio, en las que la joven guardia (el líder de izquierda Gabriel Boric y el oficialista Sebastián Sichel) desbancó a los favoritos (el comunista Daniel Jadue y el conservador Joaquín Lavín), dejó claro que el panorama eleccionario sobrevendría muy polarizado.
«La apelación al miedo es un elemento central en esta campaña, como nunca desde el retorno a la democracia, desde el Plebiscito de 1989 (cuyo resultado significó el fin de la dictadura de Augusto Pinochet)»
Claudia Heiss
Sin embargo, el desplome de Sichel, tras varios tropiezos e inconsistencias en debates y declaraciones a los medios, encumbró a un inesperado protagonista que se había restado de la primaria, el líder de ultraderecha José Antonio Kast, quien en pocas semanas logró nuclear a gran parte del voto conservador y ganar la primera vuelta con leve ventaja sobre Boric.
Así planteada la segunda vuelta, un candidato de izquierda y otro de ultraderecha, estaba todo servido para que una fuerte polarización e invocación a los dos grandes miedos que atraviesan la historia reciente chilena -el comunismo y el fascismo- se pusieran nuevamente en el centro de la escena mediática, en redes y en la charla pública.
«La apelación al miedo es un elemento central en esta campaña, como nunca desde el retorno a la democracia, desde el Plebiscito de 1989 (cuyo resultado significó el fin de la dictadura de Augusto Pinochet)», destacó en diálogo con Télam Claudia Heiss, analista integrante de la Red de Politólogas de Chile.
Para Heiss, un ejemplo que ilustró la relevancia de este recurso fue la invitación a Chile del opositor venezolano, Leopoldo López, quien en clave electoral se reunió con Kast, para arengar sobre el presunto peligro comunista que se cierne sobre Chile, en caso de ganar Boric.
«Es cierto que se ha movilizado el temor a la izquierda, sobre todo en sectores empresariales que temen lo que representa Boric, mientras este último también alimentó el miedo, en este caso al fascismo»
Claudia Heiss
«Leopoldo viene de ese futuro al cual nosotros no queremos ir como chilenos. Ese es un futuro de dictadura, de represión y nosotros queremos un futuro de libertad», sostuvo Kast, flanqueado por el venezolano.
«Entonces -prosiguió la experta- es cierto que se ha movilizado el temor a la izquierda, sobre todo en sectores empresariales que temen lo que representa Boric, mientras este último también alimentó el miedo, en este caso al fascismo».
En este punto, sin embargo, la politóloga y directora de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Chile, dejó en claro que la movilización a partir del miedo de ambas campañas «no es simétrica».
«Porque efectivamente las cosas que producen miedo de un eventual triunfo de Kast están escritas en su programa. Son propuestas concretas, amenazas reales, mientras los temores que se levantan en contra de la izquierda son conjeturas que no tienen el mismo nivel de sustento empírico, son conjeturas», explicó.
Por un lado, Kast «se ha declarado abiertamente en contra del derecho de las mujeres a abortar, de las minorías, de las disidencias sexuales y de las identidades de género. Él plantea que la ideología de género es más peligrosa qué el comunismo y se declara anti inmigrantes y anti comunidad internacional porque los derechos humanos los defienden instituciones internacionales que son asociaciones de izquierda qué adoctrinan, etcétera».
«Boric, en cambio, no es comunista, no apoyó sistemas autoritarios de izquierda en América Latina, más bien directamente ha criticado a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Se trata de un tipo moderado con credenciales democráticas bien profundas», sostuvo.
«Kast se ha declarado abiertamente en contra del derecho de las mujeres a abortar, de las minorías, de las disidencias sexuales y de las identidades de género»
Claudia Heiss
Pese a ello «ha sido objeto de una retórica que busca instalar un empate entre extrema izquierda y extrema derecha», un empate con escasos fundamentos -para Heiss-, pero que ilustra inequívocamente sus poderosos efectos eleccionarios.
«Esta campaña del terror -concluyó- tiene efecto en la población y tuvo repercusión también en la primera vuelta de noviembre, incluso quizás en la parlamentaria. Y está por verse cuánto va a influir el balotaje».
El caso de los votantes del candidato Franco Parisi, el sorpresivo tercer lugar de la primera vuelta, que cosechó un 12,8%, amerita otro análisis para Heiss.
Se trata de un grupo que muchas veces apunta a demandas específicas, un electorado que navega muy por fuera de la izquierda y la derecha, del anticomunismo y las antinomias planteadas anteriormente: «Se definen como ni de derecha ni de izquierda, aunque tienen afinidad con la derecha».
En este colectivo fue muy relevante el tema migratorio, un punto muy fuerte en la agenda de Parisi, y fue en las regiones del Norte -donde la llegada de extranjeros se sintió con más fuerza- dónde obtuvo una votación muy fuerte.
En cambio, para Julieta Suárez Cao, doctora en Ciencia Política, profesora e Investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile, esta influencia fue relativa.
«Es importante entender, sobre todo en la Argentina donde el voto es obligatorio y los niveles de votación altos, que acá (en Chile) votó menos de la mitad del padrón, es decir votaron en general minorías intensas, lo que complica sacar conclusiones generales al no ser muestras representativas», sostuvo.
Suárez Cao propone, en cambio, bucear en la composición del voto a Kast.
«Boric, en cambio, no es comunista, no apoyó sistemas autoritarios de izquierda en América Latina, más bien directamente ha criticado a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Se trata de un tipo moderado con credenciales democráticas bien profundas»
Claudia Heiss
«Hay estudios que indican que capitalizó completamente el voto del ‘Rechazo’ (el 22% que en octubre de 2020 votó en contra de una nueva Constitución), y algún voto más conservador del ‘Apruebo'», indicó.
Este componente muy conservador, explicó, «siempre estuvo en Chile, en la derecha pinochetista, en partidos como la UDI (Unión Demócrata Independiente) y algunos diputados de RN (Renovación Nacional) que reivindican la dictadura».
Lejos de interpretar que el resultado de la primera vuelta guarda relación con la campaña del miedo, consideró que en las sociedades donde rige el voto obligatorio -como en Argentina-, «los ciudadanos no acompañan posturas tan extremas y hay más representación de votantes moderados».
En resumen, planteó que cualquier lectura debe empezar con la precaución de que votó «apenas el 47% del padrón electoral, y no sabemos nada del 53% que no lo hizo».