La inflación es un problema económico que no depende de la voluntad gubernamental, sino de los dueños del dinero y de la distribución de productos, de los intermediarios que priorizan la ganancia conforme a las leyes del capitalismo, advirtió la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En el marco de uno de los índices inflacionarios más altos que ha sufrido México en su historia reciente, los académicos del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Arturo Ortiz Wadgymar y Moritz Cruz Blanco, discutieron posibles salidas para este desafío, así como la política de control de precios en la canasta básica que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador.
«Más que plantar árboles, es indispensable sembrar maíz, frijol, arroz y otros alimentos de primera necesidad que nuestro país importa actualmente, porque es tan importante la producción de granos básicos como de petróleo y energía eléctrica, se requiere darle al campo su papel prioritario», planteó la UNAM en un comunicado.
Tanto las consecuencias de la pandemia de COVID-19 como el conflicto entre Rusia y Ucrania generaron una escalada de precios en materias primas como el crudo y el gas, además de insumos básicos como el trigo y el maíz, y productos agrícolas, como los fertilizantes, recordó Ortiz Wadgymar.
México depende en gran medida de las importaciones de insumos por el modelo de libre comercio que introdujo el periodo neoliberal, una política económica que hoy se está pagando y para la que incluso se propone adquirir deuda en el exterior, señaló el especialista.
El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en México podría obstaculizarse por la disputa política que podría desatarse a finales del año, con miras a la elección presidencial de 2024, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y los amparos contra las obras prioritarias del gobierno federal, como la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, evaluó.
Si bien saludó la iniciativa presidencial de contener la inflación, recordó que el proceso no depende de los gobernantes, sino de quienes especulan en las bolsas agrícolas de Chicago o Nueva York, que no operan con criterios humanitarios sino priorizando las ganancias ante un panorama de incertidumbre.Incluso consideró que la prolongación del conflicto entre Moscú y Kiev puede responder a que es un negocio para muchos sectores.
En tanto, Moritz Cruz Blanco consideró que el mundo ha alcanzado niveles de especulación sin precedentes en las últimas dos décadas, un reto de control a largo plazo.Al escenario actual se suman problemas anteriores, como la insuficiencia alimentaria, el impacto del cambio climático y las variaciones de precios en los energéticos del mundo.
«Poco se habla de que la crisis económica en México tiene aspectos estructurales, la solución a este problema inflacionario no pasa por respuestas convencionales, como frenar la demanda a través de la tasa de interés y evitar en teoría que la demanda sobrepase la oferta», asentó el académico.«Se trata de un problema que data de hace 30 o 40 años, cuando México abandonó al sector primario en el ánimo del libre comercio y demás políticas neoliberales, hoy el campo vive esas consecuencias», subrayó la Universidad Nacional.