Sin embargo, la inflación núcleo, que es un objetivo central de la política económica, se mantuvo en el 3,2 por ciento, por encima del promedio general.
La inflación de abril finalmente mostró una desaceleración respecto a marzo. Mucho tuvo que ver con ese resultado el comportamiento de los precios de los alimentos, que según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), tuvieron una variación del 2,9%. Si bien se trata de un valor que estuvo por encima del IPC general (2,8%), implica una baja en relación a lo ocurrido en el tercer mes del año, cuando el ítem de “alimentos y bebidas no alcohólicas” registró un aumento del 5,9%.
Según el economista Gabriel Caamaño, fueron justamente los “productos estacionales” los que condicionaron la desaceleración del Índice de Precios al Consumidor (IPC). En su cuenta de X, explicó: “Estacionales y regulados corriendo bastante por debajo de 2% mensual. Los estacionales desaceleraron fuerte versus marzo (+8,4%). Los regulados también, pero menos (+3,2% en marzo). Ahí está la explicación de por qué la general bajó a +2,8% mensual con núcleo estable”.