Por Alejandro Malowicki/, director de cine y docente/
A veces una fotografía mal tomada es buena observarla bien antes de descartarla. Me había propuesto visitar un espacio dónde se bailara el tango para sacar fotos con la intención deapropiar instantes atrapando movimientos para que posteriormente y por el solo hecho de detenerme unos minutos ante las tomas consumadasalguna de ellasme transmitierala vibración de los bailarines al ritmo del tango que bailaban. Todas las fotografías que hice y que estaban correctamente tomadas no me generaban nada parecido a lo que buscaba salvo esta foto “movida”que rescaté cuando estaba a punto dedesecharla. ¿Casualidad, suerte, coincidencia o simplemente hacer fotos?Mientras escribía este comentario escuchaba
El poder de la fotografía no está en la calidad técnica sino en su capacidad de emocionar