La foto del Domingo/ La bandera, el cartonero y sus perros
Por Alejandro Malowicki, director de cine , fotoperiodista y docente
LA FOTOGRAFÍA CALLEJERA.El ejercicio de la fotografía callejera me genera dos diferentes sentimientos antagónicos entre sí: el afectivo antes de “ver la imagen” en la pantallita del celular y a la vez un distanciamiento al realizar los aprestos y capturar la imagen. Sin duda es una redundancia afirmar que para hacer fotografía de calle es necesario “caminar la calle”, pero hago este énfasis porque no es lo mismo salir a caminar como un placer o un ejercicio saludable que decidir salir a caminar con la intención de hacer fotografías. Y es en esa importante diferencia dónde se manifiesta el deseo de que las fotografías que vaya haciendo en mi caminar intenten ser una expresión que ahonde en mi necesidad artística de reconocerme y en la de mostrar mis sentimientos, mi ideología y mi lugar en el mundo, que como fotógrafo son todos aquellos en los cuales puedo rescatar fotografías que vayan formando parte de mi corpus fotográfico. La fotografía callejera es también un poderoso recurso para profundizar los conocimientos de la vida social de los habitantes, me refiero a destacar que la “mirada” del fotógrafo callejero, justamente por estar muy atenta a todo aquello que podría transformarse en una foto ahonda en sus sentimientos humanitarios. Expresar, narrar, comunicar son términos que al conjugarse al momento de gatillar el disparador de la cámara conciertan, no siempre, el milagro que persigue el fotógrafo de calle cuando obtiene una fotografía callejera que lo conmueva.