El Presidente brindó un discurso en el marco de la CPAC Argentina 2024, el foro que reunió a los principales líderes conservadores del mundo en el hotel Hilton de Puerto Madero.
El presidente Javier Milei brindó un encendido discurso en el marco de la Conferencia Política de Acción Conservadora Argentina 2024 (CPAC Argentina 2024), un foro que reúne a los principales líderes de la derecha internacional, donde llamó a organizarse internacionalmente para «terminar de una vez por todas con la basura del socialismo».
«Debemos organizarnos internacionalmente para que los zurdos no nos entren por ningún lado. Si no damos la batalla cultural, no importa cuán buenos seamos gestionando. Debemos terminar de una vez por todas con la basura del socialismo», arengó Milei en el cierre del evento que se realizó este martes en el hotel Hilton de Puerto Madero.
Frente a un nutrido auditorio libertario, el jefe de Estado sostuvo que «en el mundo se respiran nuevos vientos de libertad», aunque advirtió que «para cambiar el mundo» no alcanza con hacer una buena gestión.
“Los socialistas, luego de caído el muro de la vergüenza, el muro del terror, se metieron en las universidades, en los medios de comunicación, y ganaron la batalla cultural. Se organizaron y fueron muy exitosos. Lograron imponer la agenda de lo políticamente correcto. Fueron exitosos en lo cultural, en lo político. Pero como sus ideas son un espanto, adonde van generan miseria», consideró Milei.
«Hoy, de la mano de (Donald) Trump, de (Nayib) Bukele y de nosotros acá en Argentina, en el mundo se respiran nuevos vientos de libertad. Estamos ante una oportunidad histórica para cambiar el mundo, pero no alcanza como en los ’90 con gestionar bien: hay que dar la batalla cultural», afirmó el líder libertario.
«Los comedores de pochoclos deben estar bien gordos»
El mandatario recordó que, a pocos días de haber asumido el 10 de diciembre de 2023, «todos daban por hecho» que su gobierno «iba a fracasar en lo político». Sin embargo, destacó que «algo de lo que hizo» en su primer año en la Casa Rosada «funciona».
«Dijeron que no teníamos el volumen político para gobernar, que éramos una fuerza política fácilmente infiltrable, que no conocíamos el palacio, que no sabíamos negociar… okeeeey», se burló Milei.
«También dijeron que nos iban a llevar puestos. Comían pochoclos porque nos íbamos a caer primero en marzo, después en abril… Los comedores de pochoclos deben estar bien gordos, porque no les hemos dado el gusto», ironizó el mandatario, en una clara referencia al video que hizo circular el empresario kirchnerista Enrique ‘Pepe’ Albistur en enero de este año, en el que se lo veía bronceado en las playas de Cariló, vaticinando un inminente fracaso para el gobierno libertario.
Milei advirtió que muchos dirigentes políticos «hoy reconocen estar sorprendidos con el manejo del poder» que tiene su gobierno. «¿Creen que es posible lograr lo que hemos logrado sin política? Evidentemente algo de lo que hacemos funciona», preguntó y se respondió a la vez el Presidente.
Luego aclaró que él no se considera político y que «siempre» despreció a los políticos. «Eligieron a un presidente que pasó 51 años de su vida sin tener contacto con esta colonia de leprosos que es la política«, disparó. «Los políticos terminaron subestimando a la gente, que los echó a patadas», resumió.
“Estamos protagonizando una verdadera revolución”
A lo largo de su discurso, Milei enumeró diez consignas políticas, una suerte de decálogo de acción política «para los argentinos y para todos los que compartan estas ideas en el mundo».
Entre las arengas más destacadas, el líder libertario advirtió que «cuando el adversario nos canta retruco, nosotros cantamos quiero vale cuatro». También recurrió a metáforas futboleras al advertir que «la mejor defensa siempre es un buen ataque».
«Si cedemos ellos lo percibirán como una señal de debilidad», señaló Milei, quien aseguró también que «cuando recibimos un golpe, hay que subir la apuesta y responder con tres».
Por último, el jefe de Estado consideró que “no puede haber consenso entre el bien y el mal» ni «entre lo moral y lo inmoral”, y afirmó que «nunca hay que negociar las ideas para rascar un voto».