Edición n° 2961 . 30/12/2024

Javier Milei abraza su suerte inicial a la casta de financistas de Caputo  

No habrá dolarización, no se dinamitará el Banco Central y el ajuste fuerte no será a la «casta política» sino que recaerá sobre la mayoría de la población. El programa económico es el típico ajuste regresivo. El equipo económico está siendo armado de forma improvisada. La causa judicial de Santiago Bausili, socio de Caputo y candidato a presidente del Banco Central.

( Por Alfredo Zaiat) Javier Milei no tenía plan ni equipo económico preparado para la gestión. Los lineamientos ofrecidos durante la campaña electoral fueron panfletos eficaces. No habrá dolarización, no se dinamitará el Banco Central y el ajuste no será a la «casta política» sino que recaerá sobre la mayoría de la poblaciónEl fraude político señalado en estas páginas ha quedado en evidencia en las semanas posteriores al triunfo en el balotaje:

1. El equipo económico está siendo armado con un nivel de improvisación impactante. En realidad, es un equipo de financistas liderado por Luis Caputo con escasa formación para el diseño de la política económica, que sólo promete conseguir dólares con financiamiento externo. Existe la sospecha acerca de que el primer presidente economista piensa ser en la práctica el ministro de Economía. De alguna forma lo dice en diálogos informales: «quién sea el ministro se va a tener que aguantar que esté encima de él todo el tiempo».

2. El programa económico es el típico ajuste regresivo aplicado en tres ocasiones en los últimos 50 años (dictadura militar y gobiernos de Menem y de Macri), sólo que ahora Milei promete que lo hará con más rigor. La carencia de un programa integral queda al descubierto cuando adquirió a libro cerrado el plan de reforma del Estado y desregulación que había preparado Federico Sturzenegger para la candidata presidencial Patricia Bullrich.

3. El ajuste fiscal de 5 puntos del PIB que adelanta Milei será de no más de 0,5 puntos sobre lo que denomina «casta política». El resto será un recorte brutal de subsidios a los servicios públicos, lo que se conoce como «tarifazos», de subvenciones al sector privado, paralización de la obra pública y eliminación de las transferencias a las provincias. En la práctica se verá si lo puede concretar.

Las anteojeras ideológicas provocarán un daño innecesario a la mayoría de la población

La obsesión fiscalista y la miopía monetarista extrema pueden llevar, en caso de que Milei cumpla con lo que ha dejado trascender, a una crisis económica de proporciones. Avisó que hay que prepararse para una estanflación (recesión con inflación) para los próximos 18-24 meses.

Al partir de un diagnóstico equivocado sobre el tipo de crisis que está atravesando la economía argentina, con una concepción ultraortodoxa y con diversas muestras de desconocimiento sobre cómo funciona el Estado y la relaciones económicas en la vida real, promete un sacrificio socioeconómico que es innecesario, además de injusto, sobre una mayoría de la población que ya está castigada por una crisis de ingresos (inflación) de 8 años.

El economista Carlos Rodríguez, quien abandonó el lugar de asesor de Milei aunque mantiene el apoyo entusiasta al libertario, lo dijo en forma brutal: «Van a tener que sufrir, no hay más remedio». No dijo «vamos».

Como se mencionó, el fraude político de Milei se efectivizó pero también existe una estafa emocional, que consiste en convencer a un amplio grupo social que tiene que sufrir para luego estar mejor. Los integrantes de los sectores populares –incluyendo a la clase media- son precisamente los que han estado padeciendo la extensa crisis, no hay motivo para que siguen arrastrando penurias y sin embargo una parte de ellos ha sido convencida o engañada de que tendrá que soportar más sacrificio para purificarse en el altar del ajuste.

Milei pierde el equilibrio con los keynesianos, entonces puede escuchar a los ortodoxos con prestigio

Ricardo Arriazu es uno de los economistas ortodoxos más respetados en el mundo empresarial y de las finanzas. No participa en los medios y sus opiniones son muy consideradas entre los hombres de negocios.

Como la discusión económica ahora no pasa entre ortodoxos y heterodoxos, resulta interesante ingresar en el debate al interior del grupo dominante en la construcción de sentido acerca de las cuestiones económicas.

De esto modo se puede identificar a qué fracciones del capital defienden unos y otros, y en especial a cuál beneficiará inicialmente el gobierno de Milei. La elección de Luis Caputo con su equipo de mesadineristas para el manejo de la gestión económica (Ministerio y Banco Central) revela el abrazo al capital financiero internacional. Al tiempo de ofrecer a grupos económicos locales e internacionalizados el bocado de las privatizaciones o directamente entregar a uno de ellos (Tecpetrol de Techint) el manejo de YPF.

Se trata de la repetición de la triple alianza conformada durante el gobierno de Menem (banca acreedora, grupos locales y multinacionales de servicios) para asaltar el patrimonio del Estado.

Arriazu, en el VI Congreso de la Cámara de Agentes de Bolsa, saludó el marco general de las propuestas de Milei, incluso elogió el alineamiento internacional planteado por el Presidente electo, pero señaló que existen una enorme discusión interna (se refiere al equipo del libertario pero también entre miembros de la ortodoxia), y advirtió que «no podemos equivocarnos en dos temas».

El primer tema: cuál será el sistema cambiario

Arriazu admitió que es partidario de la dolarización desde la década del ’90 pero indicó que ahora no se puede hacer y, por lo tanto, «no tiene ningún sentido proponerla en este momento».

Mencionó que algunos economistas sugieren entonces la flotación cambiaria e interpeló a la audiencia: «Se imaginan la flotación con una deuda de 40 mil millones de dólares por el no pago de importaciones, y tirando ese monto al mercado al mismo tiempo. Esto es garantía de hiperinflación«.

Indicó que otros aconsejan un fuerte salto cambiario. Provocó a la audiencia de este modo: «dicen que el tipo de cambio está atrasado, también dicen que las tarifas están atrasadas, y que los salarios están atrasados. Entonces cuál de ellos está adelantado, porque la economía sólo fija precios relativos», explicó.

Para sentenciar que lo que se llama atraso es lo que a cada sector le gustaría tener como máximo precio histórico. Calculó que la suma de estas aspiraciones es de tres veces la participación que tiene cada uno en el PIB, «lo cual implica que es una imposibilidad y entonces hay que definir quiénes van a ser los ganadores y los perdedores en este momento».

Postula entonces que para la actual coyuntura el mejor camino son los viejos programas de estabilización de la década del setenta: aplicar un salto cambiario, de tarifas y de salarios, para luego fijarlos y de esta manera poder bajar la tasa de interés y romper la indexación. En este sentido fue terminante: «si no se rompe con la indexación no se podrá bajar la inflación».

El segundo tema: las Leliq

Arriazu califica como pseuda bomba de las Leliq, para afirmar que «no hay cosa que me dé más furia que la liviandad de esta discusión y la ideología». La legión de libertarios dedicada a emitir mensajes de odio para quienes cuestionan el análisis de Milei sobre el supuesto peligro de las Leliq, tendrán que incluir al ortodoxo Arriazu en la catarata de comentarios violentos con la que inundan las redes sociales.

Explicó con varios cuadros numéricos que los pasivos de corto plazo del Banco Central han estado creciendo, aclarando que con una tasa de inflación del 150 por ciento anual no se puede tomar en serio los valores nominales.

Estimó que en moneda constante el stock de Leliq ya no es tan grande y menos si se lo convierte a dólares. En concreto, Arriazu señaló que en términos reales el monto de las Leliq se está licuando porque la tasa de interés tiene un recorrido por debajo de la tasa de inflación.

Además indicó que el Banco Central además de tener estos pasivos tiene activos, como títulos públicos emitidos por el Tesoro Nacional (es el principal tenedor de estos bonos del país), por un monto total convertido a pesos de 8 billones, monto que devenga una tasa de interés. Por lo tanto, reduce el denominado déficit cuasifiscal generado por la tasa de interés que paga por las Leliq.

Concluye que el stock de las Leliq se está licuando en términos reales y además del déficit cuasifiscal no es tan elevado como dicen, y pese a la contundencia de esta evidencia «estamos por hacer un enorme lío para sacarse la bomba de las Leliq que no existe como tal». Para agregar: «Es un tema que me preocupa porque endeudarse en dólares para resolver este problema que no existe es sumamente peligroso».

La casta de mesadineristas al poder del Ministerio de Economía y del Banco Central

El desembarco de Luis Caputo en Economía junto a su equipo de financistas de la agencia Anker Capital es impresionante por el desastre financiero que dejó cuando estuvo en el gobierno de Mauricio Macri, desempeño que Milei denostó con virulencia en su momento.

Caputo fue jefe de trading para América latina del JP Morgan y de Europa del Este y América latina en el Deutsche Bank. En 2008 asumió el cargo de director del Deutsche Bank.

Milei está por elegir para presidente del Banco Central al socio de Caputo en Anker, Santiago Bausili, con un criterio que arroja al cesto de basura el falso principio de independencia de la entidad monetaria, concepto que la ortodoxia ha estado insistiendo desde hace tres décadas.

Bausili es economista especialista en finanzas, trabajó 11 años en JPMorgan y 9 años en Deutsche Bank, en Nueva York, especializándose en financiamiento de mercado de capitales y manejo de riesgos financieros.

Bausili fue secretario de Finanzas del gobierno de Macri, y mano derecha de Caputo, quien lideró el vertiginoso endeudamiento 2015-2019. Fue procesado por el juez Sebastián Casanello. Lo hizo por haber contratado al Deutsche Bank como gestor de la colocación de bonos de la deuda. Bausili trabajó y tenía acciones de ese banco al momento de asumir en la función pública.

En los dos lados del mostrador

Casanello precisó que Bausili fue empleado del Deutsche de 2007 a 2016. El 31 de enero de 2016, al desvincularse recibió, en cuotas, un total de 13.025 acciones de la entidad, con un valor nominal en la bolsa de Nueva York de 13,80 dólares cada una, que terminó de cobrar en septiembre de 2018. Este paquete accionario a ese precio sumaba 180 mil dólares, dinero que fue cobrando mientras le entregaba negocios a su anterior empleador y a la entidad de la que también pasó a ser accionista. Las acciones las vendía en el mercado a medida que las recibía, según confesó ante el juez, reconociendo que en ese período cobró además dividendos por esas acciones.

Bausili fue acusado de presunta comisión del delito de «negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública». Casanello le trabó un embargo por 10 millones de pesos (unos 106 mil dólares, al cambio oficial del momento), monto que seguramente a Bausili no le alteró su estado patrimonial.

En una audiencia en forma remota y pese a que Bausili alegó que sus intervenciones fueron insignificantes, el juez concluyó en base a las pruebas acumuladas que se «demuestra el desapego por parte de Bausili de los altos estándares de ética y transparencia que su rol le exigían».

En el fallo se indicó que «el encausado en su defensa dijo que siempre sus intervenciones fueron nimias, pero lo cierto es que no sólo fueron comunicaciones intergubernamentales, que también tenía vedado efectuar, sino que aquí directamente prestó conformidad para que, entre otras cosas, el Deutsche Bank, entidad de la cual él tenía acciones y otras por recibir, fuese designado como banco colocador y reciba, por ello, de 0,12% a 0,18% del monto colocado, 7 mil millones de dólares».

Milei eligió a financistas con causas judiciales abiertas

Bausili es un caso emblemático del abierto conflicto de intereses y operaciones financieras opacas con el desembarco en el Estado durante el macrismo de un grupo de ejecutivos del sistema ligado a las finanzas internacionales.

Macri lo designa a Bausili cuando todavía seguía siendo ejecutivo del Deutsche. Él alegó que la relación laboral había finalizado informalmente por haberse tomado vacaciones antes del decreto que lo nombrara.

Casanello indicó que Bausili «no podía intervenir en ningún asunto relacionado o vinculado a su ex empleador hasta septiembre de 2021». Se debía haber abstenido de reunirse con el Deutsche. Pero lo hizo en cinco oportunidades entre abril de 2016 y agosto de 2017. Además en el expediente hay correos electrónicos de Bausili con el Deutsche Bank entregando información (contactos y cuentas bancarias) de diferentes bonistas del acuerdo con los buitres. El juez sentenció: «En otras palabras, todas las acciones llevadas a cabo por el nombrado, en ese período, se encontraban prohibidas por ley«.

Como no podía ser de otra manera, de acuerdo a los antecedentes de causas que involucran a funcionarios macristas, la Cámara Federal revocó el procesamiento de Bausili, en un fallo dividido. Los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah entendieron que faltaban elementos para poder resolver sobre su presunta responsabilidad en los hechos y determinar si hubo un interés especial en el resultado de la operación. En cambio, el juez Roberto Boico se inclinó en minoría por confirmar la decisión del juez Casanello.

La causa judicial sigue abierta, mientras Bausili se está probando el traje de presidente del Banco Central del gobierno de Javier Milei.