Edición n° 2707 . 20/04/2024

Japón volvió a importar petróleo de Rusia

La petrolera Taiyo Oil Co. de Japón fue la compradora del más reciente cargamento de petróleo crudo procedente de Rusia.

Japón decidió volver a comprar petróleo ruso por primera vez en ocho meses, según se desprende del informe publicado por el Ministerio de Economía, Comercio e Industria del país

De acuerdo con datos publicados por ese organismo el pasado martes, Japón importó en enero 747.706 barriles de crudo ruso del tipo Sakhalin Blend.

Bloomberg informó anteriormente que el Gobierno japonés está presionando a los importadores de energía para que almacenen combustible con el fin de evitar futuros desabastecimientos.

La japonesa Taiyo Oil Co. fue la compradora del más reciente cargamento de petróleo procedente de Rusia, que, según un portavoz de la compañía citado por S&P Global, formaba parte del volumen de crudo restante de su contrato a plazos de 2022.

Las importaciones del Sakhalin Blend en enero fueron las primeras desde que Japón adquiriera 650.793 barriles de ese crudo en mayo de 2022, cuando el país asiático decidió suspender las importaciones desde Rusia en represalia por la guerra en Ucrania.

Tras la imposición de las restricciones, varios empresarios japoneses opinaron que el país no podría sobrevivir sin las compras del petróleo y gas de Rusia. «A diferencia de Europa o EE.UU., Japón depende de las importaciones energéticas casi completamente, por lo que no es posible romper los vínculos con Rusia debido a las sanciones», explicó Masahiro Okafuji, director general de la empresa Itochu, en noviembre.

Itochu es una de las compañías inversoras en el proyecto energético ruso Sajalín-1, calificado como «extremadamente importante para la seguridad energética de Japón», según confirmpo ese mismo mes el ministro de Industria, Yasutoshi Nishimura.

Mientras tanto, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las exportaciones rusas de petróleo aumentaron en enero hasta llegar a 8,2 millones de barriles diarios, acercándose «al récord histórico» establecido en febrero de 2020, pese a las sanciones impuestas por Estados Unidos y países de la OTAN contra Moscú.