El Gobierno autorizó el noveno incremento del año para las empresas de salud a pesar de la emergencia por la alta inflación. El sector reporta fuertes ganancias y constantes planes de expansión, con aportes del Estado. El caso pone en tensión al oficialismo.
(David Cufré) Swiss Medical está a punto de cerrar la compra del 30 por ciento de Medicus por 25 millones de dólares y analiza presentar una oferta por el total de la compañía. Es una operación resonante que consolida el crecimiento de la empresa de medicina prepaga que dirige Claudio Belocopitt (foto). La expansión del grupo es constante. En septiembre inauguró un nuevo centro de atención ambulatoria, el número 12, en el Dot Baires shopping, con 33 consultorios en 1390 metros cuadrados. El año pasado adquirió el 50 por ciento del paquete accionario del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).
La segunda prepaga del país por número de afiliados ya cuenta con 8 clínicas propias, 12 centros de atención ambulatoria, 7 centros de atención odontológica en Buenos Aires, 1 en Neuquén, otro en Salta y 1 avión sanitario. Atiende a más de un millón de personas, con una participación de mercado del 16 por ciento.
El nuevo incremento en las cuotas de las empresas de salud que autorizó el Gobierno para diciembre, del 13,8 por ciento, llevará la suba anual al 113,8 por ciento. La vicepresidenta Crisitina Fernández de Kirchner lo rechazó: «Resulta francamente inaceptable», señaló en un tweet, y mencionó que los aumentos acumulados superarán por 20 puntos la inflación general.
El ajuste de diciembre será el noveno del año. «Oportuna y reservadamente -recordó CFK-, manifestamos nuestra opinión contraria a seguir concediendo aumentos que afectan a las familias en un servicio imprescindible como el de la salud y que, además, agravan el proceso inflacionario».
La respuesta de Belocopitt, como vocero del sector, fue que el alza de tarifas obedece a la evolución de los costos del rubro salud, determinados por un índice que elabora la Superintendencia de Servicios de Salud, por lo cual no habría beneficios extraordinarios.
Sin embargo, los balances de las principales empresas reflejan otra realidad, con ganancias en aumento e inversiones millonarias que multiplican sus ingresos. No solo en centros médicos propios en distintas provincias, nuevas sucursales administrativas o compra de compañías más chicas, sino con la diversificación del negocio hacia la actividad financiera -Galeno es dueño de Efectivo Sí-, seguros -Omint, Galeno y Swiss Medical- o medios de comunicación -Swiss Medical-.
Cuotas vs. inflación
Entre 2021 y este año, las prepagas fueron autorizadas a subir las cuotas 216 por ciento, contra una inflación del 195,1 por ciento, según un relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). La diferencia a favor de las empresas de salud también se dio entre 2016 y 2019, con incrementos a los clientes del 326,2 por ciento, en un período en que la inflación general se ubicó en 291,1 por ciento.
En 2020 las prepagas también ganaron, a pesar de que los aumentos fueron del 10 por ciento y la inflación llegó al 36,1. En ese caso, el Gobierno compensó a las compañías con una serie de incentivos especiales, que justificó a causa de la pandemia. Por ejemplo, el pago de una porción de los salarios del personal mediante el programa ATP, la reducción de las contribuciones patronales y de Ingresos Brutos para sanatorios y hospitales -que se prorrogó hasta marzo de 2023- y recortes del Impuesto al Cheque -de 1,4 a 0,8 por ciento-, entre otros.
Entre enero de 2016 y el presente, las cuotas de las prepagas le ganaron por goleada a los salarios. El índice Ripte del Ministerio de Trabajo, que mide la evolución de los sueldos de los trabajadores registrados, quedó 17 puntos por detrás de lo que treparon las tarifas médicas en el mismo lapso, señala el informe del CEPA.
Ingresos y ganancias
«Al poner el foco sobre los ingresos de las principales empresas de medicina prepaga tales como Galeno, Medicus, Medifé, Omint, OSDE y Swiss Medical, la evolución muestra que en el período 2015 a 2020 alcanzaron, en promedio, los 6800 millones de dólares anuales y acumularon, entre las seis, 44.400 millones.
Ese nivel de ingresos les permitió alcanzar un resultado operativo de 100 millones de dólares anuales en promedio entre 2015 y 2020. En 2015 ganaron 132 millones de dólares en conjunto, cifra que bajó a 115 millones en 2016. El descalabro económico que produjo el gobierno de Juntos por el Cambio golpeó también a las prepagas, a pesar de que los incrementos de tarifas siguieron a la orden del día. En 2017 las seis prepagas perdieron 25 millones de dólares, en 2018 repuntaron con ganancias por 56 millones y en 2019 volvieron a perder 3 millones. En 2020, con los aportes del Estado mencionados más arriba, lograron un record con 252 millones de dólares de rentabilidad.
Emergencia inflacionaria
Ante la escalada inflacionaria, el Gobierno argumenta que una de las razones principales es el impacto de la guerra en Ucrania. En todo el mundo se observa un salto en los precios de los alimentos, la energía y los combustibles, provocando la suba más acelerada de la inflación en cuarenta años en países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña, España e Italia, entre otros.
Sin embargo, frente a la emergencia los distintos gobiernos responden con medidas excepcionales para poner límites a las ganancias empresariales.
El Gobierno nacional intenta alcanzar un ordenamiento macroeconómico que quite razones estructurales a la inflación. Sin embargo, es un camino que ha demostrado ser insuficiente en las actuales circunstancias, tanto dentro del país como en un contexto internacional difícil.
El hecho de que uno de los precios regulados, como el de las prepagas, se encuentre en el pelotón de lo que más aumenta, deja en evidencia la falta de decisión política para conducir a un poder económico que tiene como prioridad maximizar ganancias. Los resultados están a la vista.