(Por Estefanía Cendón) Tras el rechazo del Senado a los decretos de necesidad y urgencia dictados por el gobierno de Milei, los que tenían impacto en las estructuras de organismos clave como el INTA y el INTI, fueron despedidos 400 trabajadores de dichas instituciones. Persecución y destrucción impulsadas por el mileísmo.
El pasado jueves el Senado rechazó cuatro decretos delegados y un DNU de relevancia entre los que se destaca el que establecía la disolución de Vialidad Nacional y los que modificaban las estructuras del INTI y el INTA. Por esta vía, las resoluciones del Poder Ejecutivo que fueron impulsadas desde el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, conducido por Federico Sturzenegger, quedan sin efecto ya que contaban con el rechazo previo de la Cámara de Diputados.
La respuesta ante el revés legislativo se hizo escuchar a la brevedad: más de 400 trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) fueron despedidos. ¿Cómo continúa el desguace estatal instrumentado por el gobierno?
Caso INTI: ataque a la producción nacional
«Actualmente el INTI no está funcionando o lo está haciendo en su mínima expresión. Este año se vence el Plan Estratégico 2025, el que tuvo inicio en 2020, y no hay ninguna instancia en donde se esté debatiendo un nuevo plan estratégico. Tampoco hay directivas claras desde la presidencia de la institución hacia dónde o cómo deberíamos orientar las capacidades de acción tecnológica que tiene el instituto», indicó Matías Parra Visentin, sociólogo y gestor tecnológico del INTI, en diálogo con Motor Económico.
Visentin explicó que el instituto se va visto «herido en sus capacidades técnicas y en la continuidad de muchas de sus líneas de trabajo por los retiros voluntarios otorgados en 2024 y por la no renovación de contratos». «Esta situación implicó una caída del 30% del personal: se pasó de aproximadamente 3100 a unas 2.300 personas», especificó.
Quien integra la Dirección de Gestión de la Innovación del INTI aseguró que «existe la intención de romper las capacidades técnicas del organismo porque quienes más años permanecieron en la institución, quienes estaban más formados y contaban con mayor experiencia, fueron tentados con mayor cantidad de dinero para retirarse».
En consecuencia, Visentin explicó que esta situación generó que muchas de las cabezas de equipos se fueran de manera desordenada, «sin un plan de transferencia de esos conocimientos hacia sus equipos de trabajo». «El INTI está sufriendo por varios frentes, especialmente aquellos compañeros que quedaron fuera por no renovación de contratos: unas 700 personas en total», detalló el técnico electrónico.
¿En qué grado la caída de la producción industrial afecta al INTI y viceversa?
«No es menor la caída que está sufriendo el sector industrial con el cierre de aproximadamente unas 16.000 pymes y la reducción de la actividad de su capacidad instalada en hasta un 40%, según algunos informes. Una situación que claramente repercute en la demanda que puedan hacer las industrias sobre el propio INTI», señaló Visentin.
El especialista destacó que se está dando «la baja o cancelación de las regulaciones». «Un ejemplo es el Certificado de Homologación de Autopartes de Seguridad (CHAS). Esto implica que, en el caso de las autopartes que ingresan al país vamos a tener que confiar en sus certificados de origen y no en el Estado argentino asegurando la calidad industrial de esas partes y, además, lo que esto genera en términos de seguridad pública», mencionó.


El maestrando en Ciencia, Tecnología y Sociedad graficó en un caso concreto los efectos de la baja o cancelación de regulaciones desarrollados por el INTI: «En donde podemos ver el sello del CHAS es en las cubiertas de los autos: imaginemos que no ingresen al país cubiertas de la calidad necesaria o que incumplan con el tiempo de uso estipulado, generalmente 100.000 km, y que, además, se pongan en peligro la seguridad de las rutas argentinas al interrumpirse la obra pública. Todo se convierte en un riesgo para la vida misma».
Ataque al INTI, ataque a un modelo productivo de inclusión
«El INTI cumple dos funciones primordiales: un rol de mantenimiento de la situación industrial, herramientas que hacen que la industria cumpla determinadas condiciones de calidad y tenga precisión en sus mediciones; y otro rol más activo, vinculado a la generación de valor agregado», detalló Visentin.
Además, destacó el técnico: «El instituto, en su rol de mantenimiento, funciona como un asesor técnico de las normas que impone el Estado ya que permite instrumentalizar dichas políticas y evaluar con qué elementos técnicos se pueden constituir esas normas».
«Cabe destacar que no es la primera vez que vivenciamos este tipo de ataques a organismos de ciencia y tecnología, pero esta ocasión sí es la más violenta. Vivimos un proceso de degradación de la Argentina industrial que comenzó con la dictadura de 1976, en donde el INTI sufrió dos desapariciones de sus trabajadores», contextualizó Visentin.
«Este proceso tuvo continuidad en la segunda etapa del gobierno de Alfonsin ya que, si bien en la primera etapa se intentó una reindustrialización, ya se había comenzado ese proceso de desindustrialización que volvía a poner a la Argentina en un lugar de proveedor de materias primas, donde la industria pasa a segundo plano», añadió.
«La desindustrialización se profundizó con el menemismo y con el gobierno de De la Rúa, volviendo al nivel de persecución política que se dio durante el gobierno de Macri, sumado a la caída del aparato industrial», indicó Visentin, para luego concluir: «Hoy es la propia constitución del INTI lo que se está poniendo en juego, algo que no había pasado nunca».