La medición ajustada a la canasta de una familia trabajadora del instituto de estadísticas de la UMET refleja el grado de deterioro del salario real.
De acuerdo con la medición del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), la inflación de los asalariados registrados en enero fue del 5,5%. El alza de precios es dos décimas superior a la registrada en diciembre (5,3%) y fue impulsada, principalmente, por la suba de «paquetes turísticos y hotelería», 12%, «comunicaciones», 11,8%, por alzas en servicios de telefonía. El precio de los Alimentos, globalmente, evolucionó por debajo del índice promedio de inflación, aunque se observaron encarecimientos importantes de frutas, verduras, bebidas, dulces, pescado y lácteos.
La inflación acumulada en los últimos doce meses –enero de este año con respecto al mismo mes de 2022– alcanzó al 98 por ciento, «la máxima marca desde 1991», destaca el informe de la UMET. La medición del Instituto de Estadísticas del Trabajo parte de una canasta conformada con los productos más habituales de consumo de un trabajador y su familia, con una pondedración por rubro diferente a la que se toma habitualmente como lo que estadísticamente se define como un «hogar medio».
Nicolás Trotta, director del Centro para la Concertación y el Desarrollo, señaló que “la suba de precios de enero muestra que la inercia de la inflación no se va a detener sin acuerdos firmes y concretos entre todos actores sociales y económicos. En los últimos meses, con la llegada de Sergio Massa al ministerio de Economía, hemos visto un ordenamiento de prioridades y de estructuras en torno del objetivo de estabilizar la economía que aún es insuficiente».
En opinión del ex ministro de Educación en el primer tramo de la gestión de Alberto Fernández como presidente, «es importante continuar avanzando por un camino que debe tener como norte la recuperación de la capacidad de compra del salario, tanto de los trabajadores registrados a partir de la paritaria, como de los trabajadores informales”.
En un apartado del mismo informe se apunta que «el empleo formal del sector privado sigue creciendo», apuntándose en noviembre pasado el vigesimotercer mes consecutivo al alza, pero el salario real promedio continuaba, en ese mes, en un 12 por ciento abajo del nivel que tenía al inicio de la crisis cambiaria del macrismo (abril de 2018).
Motores de la inflación
Además de los ya mencionados aumentos en los rubros Recreación y Cultura (12 por ciento) y Comunicaciones (11,8%), hubo un fuerte salto en enero para Equipamiento del Hogar (9,1%). El comportamiento del rubro Alimentos y Bebidas muestra fuertes discrepancias a su interior. Mientras el promedio general tuvo un aumento más moderado que el índice general (4,3%), hubo variaciones fuertes en los siguientes productos: bebidas alcohólicas (12,2), Dulces (10,6), frutas (9,8), pescado (7,9), Verduras (7,5), bebidas no alcohólicas (6,7) y Lácteos (6,4).
Regtistraron aumentos más suaves Aceites y grasas (3,8) y Carnes (3,2) mientras que se se computó una baja estadística del 0,7% en panes. Curiosamente, son rubros en los cuales las noticias destacadas en las últimas tres semanas estuvieron dadas por las muy fuertes alzas que verificaron, lo cual seguramente quedará reflejado en el informe de IET-UMET para el mes de febrero.
Fabián Amico, coordinador general del IET, identificó el bajo crecimiento del precio de la carne vacuna en los últimos meses de 2022 como un factor relevante «en la relativa desinflación de noviembre y diciembre», pero coincidió en que «en los meses que siguen el precio de la carne tendrá un ajuste creciente; si a esto se agrega los potenciales aumentos de los servicios públicos, las perspectivas para la inflación de febrero son, como mínimo, inciertas».
El empleo crece, el salario no
Por otro lado, del análisis que hacen los especialistas surge que “el empleo formal en el sector privado continúa creciendo (lleva 23 meses seguidos al alza), aunque con cierta desaceleración dado que el nivel de actividad permanece estancado desde agosto. El salario real, por su parte, creció 1,1% mensual en noviembre respecto a octubre, que había sido el nivel más bajo de la última década. No obstante, contra el inicio de la crisis cambiaria de 2018 permanece 12% por debajo. También cae en la comparación interanual (-2,1%)”.
El informe concluye con un balance de lo ocurrido con el empleo y el salario real entre 2019 y 2022 para 56 sectores de actividad. “En 33 sectores (el 59%) el empleo está por encima de 2019, lo que muestra el buen desempeño en materia de generación de puestos de trabajo privados. En contraste, solo 14 sectores (el 25%) tuvieron salarios reales más altos en 2022 que en 2019”.
“Dentro de los sectores con crecimiento en ambas variables destacan software, servicios de I+D, la industria química, textil y la minería. En contraste, entre los sectores con bajas en ambos indicadores sobresalen cuero y calzado, servicios inmobiliarios y edición de libros y publicaciones”, detalla el documento.