Por: Antolín Magallanes /Director general de Gestión Política y social de ACUMAR
El sábado celebramos la décimo segunda Remada x el Riachuelo, organizada por Fundación x La Boca y numerosos adherentes, entre clubes, ONGs, vecinos, ACUMAR, Gobierno de la Ciudad, Municipio de Avellaneda, Clubes de remo como el Almirante Brown, los dos cuarteles de Bomberos de la Boca
Creemos que la navegabilidad representa una buena oportunidad para la recuperación, urbanística y cultural de la zona. Sería potenciar una llamada hacia adelante que oficie no sólo como una obra de recuperación patrimonial. La navegación y el recuperado Transbordador Nicolás Avellaneda, como punto de llegada pueden simbolizar las posibilidades de las políticas de Estado integrales, dado que este pertenece a la Nación y sus patas se posan sobre la Provincia de Buenos Aires (Isla Maciel, Municipalidad de Avellaneda) y la Ciudad de Buenos Aires (barrio de La Boca).
Por eso es preciso completar el círculo, ofreciendo un punto de llegada a determinadas navegaciones que permitan establecer una poli modalidad de transporte, utilizando, puentes, transbordador, embarcaciones y automotores.
Habilitar la navegabilidad del Riachuelo desde su kilómetro cero hasta esa zona, con sus correspondientes controles, es un elemento imprescindible para poder recuperar un lugar hecho con ese sentido.
El Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación juntamente con el de la Ciudad de Buenos Aires, han solicitado al Juzgado Federal de Morón, la navegabilidad de este sector del Riachuelo.
Esta acción recupera ambas riberas, económica, social y culturalmente.
También hacemos la salvedad de informar que allí habitualmente hay actividad naval, por parte de distintas empresas.
Los ríos del mundo en su gran mayoría están contaminados, aquí abajo, en el sur somos de los pocos países que cuentan con un plan de recuperación como este, que inspira a otros a seguir, de allí las cantidades de consultas que recibimos a diario. Nos exigen, nos ponen a prueba, nos vituperan, nos felicitan, en esta hermosa tarea de recuperar un río, su historia y su presente, junto con el pueblo que vive a sus orillas.
La mayor dificultad del saneamiento es la idea de un río imposible de recuperar.
Aún hoy al hablar de la Cuenca Matanza Riachuelo, se invoca una realidad que no existe ya. Transitarlo es importante para apropiárselo y sentirlo nuestro. Desde allí surgirá su cura definitiva, porque como diría Don Atahualpa Yupanqui, “no se quiere lo que no se conoce”, He aquí nuestro desafío y nuestra opción.