En quince días se licitará el reversal del Gasoducto Norte, y en septiembre se licitará el segundo tramo. Los cálculos de ahorro de divisas.
Desde Salliqueló
Fue un objetivo desafiante en 2022. Al calor del aumento del precio del gas a nivel mundial desatado por la guerra entre Rusia y Ucrania, el gobierno prometió que la primera etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner iba estar operativa «antes del próximo invierno». Y lo concretó. Pasaron 235 días desde ese 16 de noviembre en que comenzó la soldadura del primero de los más de 47.700 caños que salen de Tratayén, en la provincia de Neuquén y llegan a Salliqueló, en Buenos Aires atravesando 573 kilómetros que atraviesan las provincias de Río Negro y La Pampa. En el acto de inauguración, el ministro de Economía anunció que en 15 días, se licitará el reversal del Gasoducto Norte y en septiembre se licitará el segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner, obras necesarias para seguir evacuando el gas de la cuenca neuquina.
Es que el primer tramo del gasoducto es tan solo un (gran) primer paso para seguir aprovechando el potencial de los 36.000 kilómetros de esa roca que en algún momento fue un mar y contiene el segundo reservorio de gas y el cuarto de petróleo no convencional del mundo. “El norte argentino va a estar alcanzado por el gas de Vaca Muerta porque en 15 días licitaremos la reversión del Gasoducto del Norte”, aseguró Sergio Massa, primer orador del evento que este domingo 9 de Julio consiguió lo que no se había logrado en el último año de gobierno: la foto entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
La reversión del gasoducto norte –dar vuelta las bombas que hoy hacen presión para que el gas baje desde Bolivia–, permitirá abastecer al norte del país y convertirse en una opción para exportar a Brasil. En los despachos oficiales calculan que la obra podría estar lista en menos de un año (ponen como fecha tentativa mayo del año que viene), y buscan financiamiento para cubrir una inversión total de 713 millones de dólares. La Cooperación Andina de Fomento (CAF), el Banco de Desarrollo de América Latina, aportará 540 millones de dólares. El resto podría salir de financiamiento privado o del Tesoro.
Con la etapa 1 del gasoducto Néstor Kirchner terminada, obra financiada íntegramente por el Tesoro Nacional gracias a fondos propios y la recaudación del impuesto a las grandes fortunas, el ejecutivo busca financiamiento para el segundo tramo que permitirá llevar el gas desde Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires, hasta San Jerónimo, en Santa Fe. De acuerdo al ministro de Economía, se licitará en septiembre. Un poco más a largo plazo y de manera estratégica aguardan la construcción de plantas de GNL para abastecer al resto del mundo. En petróleo la apuesta más inmediata es la de ampliar la capacidad de transporte del ducto Oldelval y de Puerto Rosales en Bahía Blanca, así como la reactivación del ducto Otasa para evacuar hacia Chile. Podrían estar listas en un periodo de tres a cinco años.
Massa insistió en el financiamiento del primer tramo del gasoducto: «Gracias a los argentinos que pagaron el aporte solidario, les vamos a mandar una carta agradeciendo la finalización de la obra. A los que no pagaron se los vamos a cobrar igual, y se perdieron la posibilidad de formar parte de un hito para los próximos 30 años».
«Esta obra empieza con el coraje de Cristina Fernández de Kirchner de recuperar YPF», valoró Massa en Saliquelló. El punto de partida que terminó en esta obra celebrada por oficialismo, oposición, sector público y privado fue en 2012, cuando la entonces presidenta presentó un proyecto de ley para expropiar el 51 por ciento de las acciones de YPF. Fue al año siguiente de que el país tuviera que importar energía por primera vez en 17 años y CFK apuntó directamente contra Repsol: “Ahí están exactamente, en la distribución de dividendos y en la no inversión, las claves de por qué hoy tenemos que estar importando».
Durante el gobierno de Mauricio Macri la licitación, que tenía un espíritu mucho más dadivoso para las empresas, se postergó en dos oportunidades. A diferencia de la actual, en que la empresa pública Energía Argentina (Enarsa) es la responsable de planificar y ejecutar la obra y por ello adjudica la construcción y el transporte a empresas privadas, la gestión anterior pensaba un formato de concesión por 17 años al estilo década del 90. Es por este motivo que Alberto Fernández la derogó. Un ministro de Desarrollo Productivo más tarde -recordar que el off posterior a la exposición pública en la que CFK pidió que Techint produzca las láminas de los caños en Argentina, que sugirió que había algún acomodo en la licitación de los caños, eyectó del gobierno a Matías Kulfas- las firmas Techint, Sacde y BTU ganaron la licitación para construirlo en tres tramos que luego se soldaron.
Paolo Rocca y la familia Mindlin conformaron la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que estuvo a cargo de la construcción de los primeros tramos del ducto. BTU realizó la construcción del último, desde el kilómetro 440 de la traza, en La Pampa, hasta la localidad bonaerense de Salliqueló. Los caños de acero de 12 metros de largo que transportarán el gas se elaboraron en la fábrica que Techint tiene en Valentín Alsina.
«Cuando hablamos de ahorro ya no vamos a importar gas en barco, sino que vamos a usar el de nuestro subsuelo», aseguró Massa. La obra permitirá transportar la producción de Vaca Muerta, en principio, a los centros de consumo. De acuerdo a los precios actuales, desde Economía calculan que este año se podrán ahorrar divisas por 2000 millones de dólares y, lo más importante, lograr revertir el inusual déficit de balanza energética que el país tuvo en 2022 – no lo tenía desde el 2015-. Para 2024 y en adelante el ahorro calculado es de 4000 millones de dólares por año.
Natalí Risso.