Por Gabriel Fernández *
Los disparos suenan secos, duros. Quien desconoce ese sonido aguarda un estruendo amplificado por un eco envolvente; no sucederá. Sin embargo, su capacidad para dañar al destinatario es inequívoca, dramática, profunda.
Este narrador se dispone a escuchar. A aprender. E invita al lector a emular la intención: no todo lo que se ha dicho en materia política internacional tiene gran valor, pero si se evalúa el conjunto y se logra subrayar los factores significativos, es posible alcanzar una comprensión sesgada, aunque orientadora.
Veamos. Para esta edición de Fuentes Seguras se indagó en el saber de Hernando Kleimans. Analista internacional, especializado en Rusia, brindó el primer tramo interpretativo que le permitirá, lector, observar y absorber el proceso de modo abarcativo.
SI.
GF – Hernando, si fuera posible identificar los aspectos más relevantes de la reunión en Alaska, ¿dónde pondrías el foco?
HK – El primer hecho relevante es la reanudación de la diplomacia directa entre las grandes potencias mundiales. Si el 5 de septiembre en China se concreta la cumbre tripartita Xi, Putin, Trump y se la vincula con las actuales negociaciones del canciller chino Wang Yi en Nueva Delhi, donde se define un revolucionario cambio en las relaciones chino-hindúes (3.000 millones), el próximo paso, en detrimento de la UE, será la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta nueva estructura política internacional es la única capaz de evitar la apocalíptica guerra nuclear.
El otro hecho relevante de Anchorage es el tácito reconocimiento de Washington de la existencia de un orden multipolar y, por añadidura, de su “modesta” inclusión en él, como uno de los polos. Esto implica fácticamente la liquidación de la OTAN como ariete de la agresión imperialista. Lo más difícil aquí será lograr la aceptación de esta nueva realidad internacional por parte de estos ridículos líderes europeos (los que fueron a pasar vergüenza en Washington ya fueron calificados como “el octeto de miserables”), muy jaqueados por la “fronda” política interna y por la severa crisis económica.
El tercer hecho relevante, sin duda, es la necesidad de urgente restablecimiento de las relaciones diplomáticas y económicas entre EEUU y Rusia. Lo que abre las puertas para reinstalar los tratados antimisilísticos denunciados por los EE.UU. ahora con la incorporación de los países BRICS nucleares. En el plano “doméstico”, ese restablecimiento permitirá lanzar una serie de proyectos económicos conjuntos de gran importancia: el Ártico, la cibertecnología, el cosmos, etc.
GF – Los referentes de la OTAN y la UE se lanzaron, junto a Volodimir Zelensky, a cuestionar el acercamiento entre los Estados Unidos y la Federación de Rusia. ¿Tienen posibilidades y potencial para revertir esa tendencia?
HK – El “circo” reciente sobre la detención en Italia del super-ucraniano “autor” del sabotaje a los “Nord Stream” evidencia, por una parte, la tremenda debilidad política de los “líderes” europeos tirando sobre la mesa una fake que nadie puede tragar, y por la otra, el tácito reconocimiento de su abismal desastre económico y político. Europa se quedó sin economía, sin política y sin incidencia internacional alguna. En cuanto a la OTAN, hoy sólo es un sello … En cuanto a Zelensky, hoy es un muerto político listo para su reemplazo (en la mejor variante para él) ya decidido por sus mandantes.
La posibilidad para revertir esa tendencia está fuertemente condicionada y minada por las realidades internas en los propios países de la UE.
GF – ¿Qué necesita Rusia para desarrollar un proceso de paz en la frontera euroasiática?
HK – Que se cumplan los requisitos planteados por los documentos presentados por Moscú a la OTAN y a los EE.UU. en diciembre de 2021, sobre garantías cruzadas de seguridad. Que se cumplan las promesas reiteradamente violadas por parte del bloque euroatlántico, de no avanzar hacia el Oriente europeo. Creo que con los actuales “líderes” europeos, esto no se logrará. Habrá que esperar su inexorable cambio en la realidad política de los principales países europeos que facilite la recomposición de las relaciones entre la UE y Rusia. La posición de Trump en este panorama puede acelerar su desenlace, ante la presión de los compromisos financieros y las ataduras energéticas que Washington ejerce sobre Bruselas.
GF – ¿Será posible una amalgama económica entre los Estados Unidos y la Federación de Rusia?
HK – Sí.


¿UNIDOS?
El anhelo de adentrarse en las zonas complejas del presente -un presente en movimiento continuo y enfático-, llevó a este periodista a levantar las cintas de la persiana americana. Esto pudo lograrse a través de la conversación con un conocedor de los intersticios económico políticos de la nación del Norte.
En el intercambio generado desde los Especiales de Radio Gráfica, Walter Formento puso de relieve la importancia del duelo de cowboys entre las compañías financieras rentísticas y las orientadas al crédito productivo, entre globalistas y continentalistas.
La disección exige encender la linterna para atisbar el endemoniado interior de la potencia en dificultades y a percibir, más allá de las bravatas, el sentido del accionar del presidente Donald Trump y de algunos de sus colaboradores.
Entre otras cosas, Formento indicó que se ha consolidado una nueva relación internacional entre Rusia y “los Estados Unidos de Trump y Marco Rubio”. También, que el gran poder financiero internacional congregado en Davos, que tiene a la OTAN como brazo armado, ha padecido una derrota significativa.
El contraste posee trascendencia integral porque la Federación no expresa solo un país, sino al conjunto de los BRICS, reflexionó el investigador. Esto quedó evidenciado en los llamados posteriores al cónclave que realizó el presidente Vladimir Putin: Xi Jingpin y Narendra Modi fueron los interlocutores.
A partir de allí, se insertaron en el análisis otros protagonistas, sobre los cuales vale la pena prestar especial atención. Las referencias a países de América latina dejan una inquietud corrosiva en el corazón de quienes habitan estas tierras. Desde estas Fuentes se invita a recorrer sin prisa, con detenimiento, el conjunto de la entrevista. Aquí va.
VALORES.
Es lógico que, pese a la gran cantidad de información volcada, los interesados en el decurso de los acontecimientos insistan en averiguar qué sucederá con el conflicto desatado en la frontera euroasiática. Anchorage evidenció que, si se logran las condiciones adecuadas, la Federación de Rusia y los Estados Unidos pueden coincidir en el sendero de la pacificación.
Sucede que, como afirma el proverbio chino, un diamante con un defecto es mejor que una piedra común perfecta. O mejor aún: la perfección es la muerte, la imperfección es el arte. Del cruce de ambas consideraciones es posible aprehender la intrincada realidad. ¿Cómo llegar al objetivo tomando en cuenta los intereses de los protagonistas directos?
El encargado de responder fue el funcionario que arribó a Alaska con una camiseta de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, definió tres días atrás los puntos clave de la postura de Moscú para la resolución del conflicto.
En principio, recordó que los principios y las garantías de seguridad que se acordaron por iniciativa de la delegación ucraniana en Estambul en abril del 2022 fueron respaldados desde Moscú por basarse “realmente en el principio de la seguridad colectiva y en los principios de la indivisibilidad de la seguridad”.
No obstante, mencionó que los planes que se están debatiendo actualmente en Europa con el régimen de Kiev, en esencia, “están relacionados con la concesión de garantías mediante la intervención militar extranjera en alguna parte del territorio ucraniano”. Al respecto, remarcó que “esto sería totalmente inaceptable para Rusia y para todas las fuerzas políticas sensatas de Europa”
Enseguida, indicó que el régimen de Kiev demuestra a cada paso que no está interesado en un acuerdo de paz “sostenible y duradero” en su conflicto con Moscú. Como ejemplo, puso de relieve que la administración de Volodimir Zelensky solo habla de la necesidad de nuevas sanciones contra el Oso y de quebrar su economía.
De paso, lanzó una crítica a la demagogia: mediante sus llamados a reunirse con Vladímir Putin, Zelensky pretende relevar “el trabajo serio y difícil de acordar los principios para una resolución sostenible de la crisis por trucos de su pasado humorístico”. El canciller recordó que el presidente ruso está dispuesto a reunirse con un líder genuino del gobierno de Kiev.
Pero no obvió precisar que cuando se trate de firmar futuros pactos, “debe resolverse la cuestión de la legitimidad de la persona que firmará estos acuerdos por la parte ucraniana”. Y fue franco al plantear que muchas decisiones tomadas por Kiev son alentadas por sus “patrocinadores occidentales” y están dirigidas contra “los esfuerzos que está realizando el presidente Trump”, con quien Moscú colabora “de forma activa y concreta en la búsqueda de vías sostenibles a largo plazo para la resolución del conflicto, con el fin de eliminar sus causas fundamentales”.
Agregó que los aliados europeos de Kiev, con su postura sobre las garantías de seguridad de Ucrania, que se caracteriza por una total indiferencia hacia los intereses de Rusia, lo que en verdad anhelan es “alterar la agenda” destinada a lograr una paz a largo plazo.
Y puso el dedo en una llaga bien abierta: los países europeos -dijo- están satisfechos con la forma en que el régimen de Kiev quiere exterminar la lengua rusa, prohibe la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica y glorifica a los colaboracionistas ucranianos, que fueron condenados por el Tribunal de Núremberg por cooperar con la Alemania nazi.
El jefe de la diplomacia rusa concluyó que cuando la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y otros altos cargos en Bruselas “declaran con grandilocuencia que hay que apoyar a Ucrania hasta el final porque Ucrania defiende los valores europeos”, hacen “una confesión, un reconocimiento de lo que realmente son esos valores europeos”.


EJES.
Fíjese, lector, cuáles son los ejes del momento apasionante que le toca vivir. Pueden rastrearse en las puntualizaciones previas, y en el seno de la conversación sostenida por este decidor y el titular de la Federación Obrera de Telecomunicaciones de la República Argentina (FOETRA), Claudio Marín. Cuando las preguntas resultan sagaces, las respuestas surgen con naturalidad.
La densidad puede abrumar, claro. Pero el placer de entender el mundo sobre el que transita la vida también contiene sus beneficios.
Se viene el encuentro en Pekín. En sí mismo es de valía, pues evoca el cierre de la Segunda Guerra en Asia. Todos, sin embargo, estarán aguardando una eventual reunión tripartita. También se avecina el Foro Económico Oriental de Vladivostok (atenti: con actores públicos, pero también privados).
Nada ha concluido y nadie debería celebrar como si los éxitos constituyeran definiciones estratégicas. La capacidad evidenciada por Occidente para reposicionarse y limar adversarios está comprobada y no amerita desdén.
Pero está claro que el panorama ya no responde a los parámetros previos. Quien busque grandes estadistas tiene que orientar el enfoque lejos de los escenarios tradicionales.
En tanto, el Financial Times la emprende contra Lula. El jefe de Estado que ni siquiera se comunicó con los Estados Unidos para hablar de los aranceles; dialogó con los BRICS y señaló que, si los norteamericanos no quieren comprarle productos, que no lo hagan. Como si todo esto fuera poco, bajo la inspiración del Nuevo Banco de Desarrollo -presidido por Dilma Rousseff, con sede en Shanghái– las entidades crediticias estatales de tantos multipolares han acrecentado el volumen de los préstamos destinados a las actividades productivas.
“Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que sueña tu filosofía”.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal