Informe Especial sobre la destrucción de los gasoductos y reflexión sobre el interés profundo de los gobiernos
(Por Gabriel Fernández *) La destrucción de los gasoductos Nord Stream exige una observación político económica de fondo. Sin ella, indagar a quién beneficia y a quién perjudica puede forjar resultados oblicuos y confusos; inclusive inversos a lo que en verdad sucedió.
Nord Stream (1.224 km) y Nord Stream 2 (1.200 km) son gasoductos que conectan a la Federación de Rusia con Europa a través del mar Báltico. Facilitaban el suministro de gas sin necesidad de pasar por países de tránsito.
Cada uno de los gasoductos consta de dos líneas con una capacidad de unos 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año. La capacidad total de ambos era de 110.000 millones de metros cúbicos.
La inversión final en el proyecto ascendió a 7.400 millones de euros.
La obra se inició en el año 2010 y las acciones comerciales, en 2012. Proveyó gas a Europa durante más de 10 años. Las entregas se interrumpieron a finales de agosto de 2022, cuando la estatal rusa Gazprom detectó averías. Al conocerse el problema, la compañía alemana Siemens se manifestó dispuesta a reparar los daños, pero las sanciones occidentales contra Moscú lo impidieron.
El Nord Stream 2 terminó de instalarse en septiembre de 2021: se llenó de gas, pero no se puso en marcha debido a la suspensión de la certificación por parte de Alemania. La Federación de Rusia informó que se encontraba listo para el traslado de combustible. Resultó ostensible que había quienes deseaban su puesta en marcha y quienes tenían la decisión de frenar el proceso.
En 2018 el gobierno de los Estados Unidos se opuso a la realización del proyecto del gasoducto Nord Stream 2, considerando que su lanzamiento socavaría la seguridad energética de Europa. Según su Departamento de Estado, el Kremlin podría “utilizar la energía como instrumento político”. Como contrapartida la potencia del Norte ayudaría a Europa (a Polonia en particular) a diversificar las fuentes de suministro de energía proporcionando gas licuado estadounidense.
Incluso antes de las explosiones de 2022, el entonces presidente Joseph Biden advirtió: “Les prometo que seremos capaces de hacerlo”, refiriéndose a bloquear el funcionamiento del gasoducto si “los tanques y soldados rusos … cruzan la frontera de Ucrania”. El periodista estadounidense Seymour Hersh afirmó que Biden “consideraba los gasoductos como un medio por el que Vladímir Putin podía utilizar el gas natural como arma”. A diferencia de los Estados Unidos, el Gobierno alemán de Angela Merkel respaldó el proyecto.
TODO HECHO. El 26 de septiembre de 2022, a una profundidad de 80 metros en el mar Báltico, tres de las cuatro tuberías de los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2 fueron voladas y se detectaron cuatro fugas de gas. El ataque se concretó en la zona económica exclusiva de Dinamarca. Los sismólogos registraron dos explosiones en las rutas de los gasoductos. Las autoridades danesas, suecas y germanas estimaron, inicialmente, que pudo tratarse de un sabotaje. Las explosiones provocaron daños en la infraestructura.
El 28 de septiembre, la Fiscalía General rusa inició una investigación por acto de terrorismo internacional. El 30 de septiembre, Vladímir Putin declaró que la explosión tenía como objetivo “destruir la infraestructura energética europea”. Alemania, Dinamarca y Suecia pusieron en marcha sus propias investigaciones en octubre de 2022, excluyendo la participación de Rusia. El servicio de seguridad sueco confirmó el sabotaje al encontrar restos de explosivos en el lugar.
Moscú exigió en reiteradas ocasiones una investigación internacional con su participación y solicitó que se le facilitaran los materiales. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia calificó la situación como un fraude y una estafa.
En octubre de 2022, el periódico sueco Expressen publicó las primeras imágenes de los daños en los gasoductos Nord Stream. Un dron submarino registró rupturas significativas en la tubería. El 31 de octubre de 2022, el presidente Putin informó que la compañía rusa Gazprom había sido autorizada a inspeccionar el lugar de la explosión. De acuerdo con sus palabras, se produjeron dos vórtices en el lugar del incidente. Un pedazo de tubería de 40 metros se había desprendido y se había doblado unos 90 grados. Sus fragmentos, indicó el jefe de Estado, dañaron el tramo cercano del Nord Stream 2.
Apenas días después, el Ministerio de Defensa ruso declaró que representantes de la Armada británica, que se encontraban en la ciudad de Ochákov, en la región de Nikoláyev de Ucrania, participaron en la preparación y ejecución del atentado contra los gasoductos. El empresario alemán-finlandés y fundador del servicio de alojamiento de archivos, Megaupload, Kim Dotcom, declaró que la ex primera ministra británica, Liz Truss, envió al ex secretario de Estado estadounidense Antony Blinken un mensaje con el texto “Todo hecho”, una vez producida la explosión. El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, informó que esta correspondencia “confirma la implicación de la Armada británica en el atentado”. El director del Servicio de Inteligencia Exterior ruso, Serguéi Narishkin, también indicó que Rusia posee fundamentos para evaluar que ese mensaje hacía referencia al atentado contra el gasoducto.
En su investigación de 2023, el periodista estadounidense Seymour Hersh apuntó que el atentado fue una operación de la Armada de los Estados Unidos apoyada por Noruega y autorizada personalmente por Biden, y que la CIA, bajo la dirección de su ex director, William Burns, había elaborado el plan de sabotaje. Según Hersh, el ataque fue llevado a cabo por buceadores bajo la tapadera de los ejercicios navales Baltops. Las autoridades de los Estados Unidos y Noruega calificaron estas declaraciones de “tonterías”.
En el momento de registrarse el atentado, el ex primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, era el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). En la actualidad, tras dejar el cargo, funciona como ministro de Finanzas de esa nación.
Desde marzo de 2023, varios medios occidentales comenzaron a difundir la teoría de una huella ucraniana en los actos de sabotaje. Según las investigaciones (The Wall Street Journal, New York Times, Spiegel, die Zeit), la operación fue articulada por un núcleo de oficiales ligados a Kiev. Se supone que para llevarla a cabo se utilizó el yate Andrómeda. Los artículos indicaban que el ex comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeri Zaluzhni, “dio luz verde al sabotaje”, mientras que el presidente de ese país, Volodímir Zelensky no estaba informado.
En febrero de 2024, Suecia y Dinamarca concluyeron sus investigaciones sin presentar resultados ante el público. En agosto de 2025, el ucraniano Serguéi Kuznetsov, a quien la fiscalía alemana consideró el coordinador del grupo que había colocado los artefactos explosivos, fue detenido en Italia. El 16 de septiembre de 2025, el tribunal de Bolonia decidió entregar a Kuznetsov a las autoridades alemanas. El 25 de septiembre, su abogado apeló la decisión de extraditarlo ante la Corte Suprema de Casación de Italia.
Como se podía prever, Rusia consideró inadmisible la versión sobre explosiones de origen exclusivamente ucraniano y atribuyó la responsabilidad de las mismas a los Estados Unidos y sus aliados, incluido el Reino Unido. Por estas horas, Alemania finge seguir investigando el caso.
Vladímir Putin, en una entrevista con Tucker Carlson en febrero de 2024, explicó con sencillez los resultados de la investigación de su país sobre la destrucción el gasoducto Nord Stream.
Tucker Carlson: “¿Quién voló el Nord Stream?”
Vladímir Putin: “Ustedes, por supuesto” (se ríe).
Tucker Carlson: “Estaba ocupado ese día. Yo no volé el Nord Stream. Aunque gracias”.
Vladímir Putin: “Personalmente, usted puede tener una coartada, pero la CIA no tiene tal coartada”.


SEYMOUR HERSCH. Volvamos atrás. Esta secuencia considera esencial conocer la mirada de Seymour Hersch. Escasas horas después de su revelación, lo entrevistó la publicación Jacobin. Es, quizás, el diálogo más sustancioso ofrecido por el investigador.
Entrevista
El 26 de septiembre de 2022, el gasoducto Nord Stream, que transportaba gas natural desde Rusia hacia Alemania, quedó destruido en gran parte por varias explosiones en el mar Báltico. La semana pasada, el galardonado periodista de investigación Seymour Hersh publicó un artículo, basado en la información de una única fuente anónima, en el que sostenía que la administración Biden y la CIA eran los responsables.
Hersh ganó el Premio Pulitzer en 1970 por el papel que desempeñó al desvelar la historia de la masacre de Mỹ Lai, un incidente en el que soldados estadounidenses mataron entre trescientos y quinientos civiles desarmados. En esta ocasión conversó con Fabian Scheidler para Jacobin sobre las acusaciones que hizo en su artículo más reciente y la influencia que la CIA y el Estado de seguridad nacional tienen en la política exterior estadounidense.
FS
Por favor, empiece a exponer sus conclusiones en detalle. ¿Qué ocurrió exactamente según su fuente, quién estuvo implicado y cuáles fueron los motivos?
SH
Lo que he hecho es simplemente explicar lo obvio. Era una historia que pedía ser contada. A finales de septiembre de 2022 debían estallar ocho bombas; seis estallaron bajo el agua cerca de la isla de Bornholm, en el mar Báltico, en la zona donde es bastante poco profundo. Destruyeron tres de los cuatro gasoductos principales del Nord Stream 1 y 2.
Nord Stream 1 ha estado suministrando combustible gaseoso [a Alemania] durante muchos años a precios muy bajos. Y entonces volaron ambos gasoductos, y la pregunta era por qué y quién lo hizo. El 7 de febrero de 2022, en los prolegómenos de la guerra en Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una rueda de prensa en la Casa Blanca con el canciller alemán Olaf Scholz, dijo «podemos detener Nord Stream».
FS
Las palabras exactas de Joe Biden fueron: «Si Rusia invade, ya no habrá Nord Stream 2, le pondremos fin». Y cuando un periodista le preguntó cómo pensaba hacerlo exactamente, dado que el proyecto estaba bajo el control de Alemania, Biden se limitó a decir: «Prometo que podremos hacerlo».
SH
Su subsecretaria de Estado, Victoria Nuland, que estuvo muy implicada en lo que llaman la Revolución de Maidan en 2014, utilizó un lenguaje similar un par de semanas antes.
FS
Usted dice que la decisión de eliminar el oleoducto fue tomada incluso antes por el presidente Biden. Expone la historia desde el principio, cronológicamente desde diciembre de 2021, cuando el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan, según su artículo, convocó una reunión del recién formado grupo de trabajo de los Jefes de Estado Mayor Conjunto, la CIA y los departamentos de Estado y del Tesoro. Escribe: «Sullivan pretendía que el grupo elaborara un plan para la destrucción de los dos gasoductos Nord Stream».
SH
Este grupo se convocó inicialmente en diciembre para estudiar el problema. Trajeron a la CIA y demás; se reunían en una oficina muy secreta. Justo al lado de la Casa Blanca, hay un edificio de oficinas que se llama Executive Office Building. Está conectado bajo tierra a través de un túnel. Y en la parte superior hay un lugar de reunión para un grupo secreto, un grupo externo de asesores llamado la Junta Asesora de Inteligencia del Presidente. Solo informé de esto para que la gente de la Casa Blanca sepa que sé algo.
La reunión se convocó para estudiar el problema de qué hacer si Rusia entra en guerra. Esto es tres meses antes de la guerra, antes de la Navidad de 2022. Era un grupo de alto nivel; probablemente tenía un nombre diferente, yo solo lo llamaba «grupo interagencias»… no sé el nombre formal, si es que lo había. Estaba formado por la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional, que vigila e intercepta las comunicaciones; el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro, que suministra dinero; y probablemente algunos otros grupos implicados. El Estado Mayor Conjunto también estuvo representado.
La gran tarea que tenían era dar recomendaciones sobre qué hacer para detener a Rusia, medidas que son o bien reversibles, como más sanciones y presión económica, o irreversibles, cosas cinéticas, como explotar cosas, por ejemplo. No quiero hablar específicamente de ninguna reunión en particular porque tengo que proteger mi fuente. Por eso no sé exactamente cuántas personas asistieron a la reunión, ¿entiende lo que quiero decir?
FS
En el artículo, usted escribió que, a principios de 2022, el grupo de trabajo de la CIA informó al grupo interagencias de Sullivan y dijeron: «Tenemos una forma de volar los oleoductos».
SH
Tenían una manera. Allí había gente que entendía lo que en Estados Unidos llamamos «guerra de minas». En la Marina de los Estados Unidos, hay grupos que se dedican a los submarinos —también hay un comando sobre ingeniería nuclear— y hay un comando de minería. La minería subterránea es muy importante, y tenemos mineros cualificados. Probablemente, el lugar más importante para el entrenamiento de mineros está en esta pequeña ciudad turística llamada Panama City, en medio de la nada, en Florida.
Allí formamos a gente muy buena y la utilizamos. Los mineros son muy importantes. Si se atascan las entradas a los puertos, pueden volar todo lo que se interponga en el camino. Si no nos gustan los oleoductos submarinos de un determinado país, también podemos volarlos. No siempre hacen cosas buenas, pero son muy reservados. Para el grupo de la Casa Blanca, estaba claro que podían volar los oleoductos. Hay un explosivo llamado C-4, que es increíblemente potente, devastador, sobre todo en la cantidad en la que lo utilizan. Se puede controlar y operar a distancia con dispositivos de sonar submarino. Envían señales de muy baja frecuencia.
Así que era posible, y así se lo dijeron a la Casa Blanca a principios de enero, porque dos o tres semanas después, la subsecretaria de Estado Victoria Nuland dijo que podíamos hacerlo. Creo que esto fue el 20 de enero. Y luego el presidente también, con Olaf Scholz, dijo el 7 de febrero que podíamos hacerlo. Scholz no dijo nada concreto; fue vago. Pero una pregunta que le haría a Scholz, si tuviera una audiencia parlamentaria, es la siguiente: ¿Le habló el presidente Biden de esto? ¿Le dijo en ese momento por qué estaba tan seguro de poder hacerlo explotar? Aún no tenían un plan, pero sabían que tenían la capacidad de hacerlo.
FS
¿Qué papel desempeñó Noruega en la operación?
SH
Bueno, Noruega es una gran nación marinera, y tienen energía subterránea. También están muy ansiosos por aumentar la cantidad de gas natural que pueden vender a Europa Occidental y Alemania. Y ya lo han hecho, han aumentado sus exportaciones. Así que, por razones económicas, ¿por qué no unirse a Estados Unidos? También tienen una aversión residual a Rusia.
FS
En su artículo, usted escribe que el Servicio Secreto y la marina de Noruega estuvieron implicados, y dice que Suecia y Dinamarca fueron informadas pero no se les contó todo.
SH
La forma en que me lo explicaron fue la siguiente: si no les dijiste, no hacía falta que les digas. En otras palabras, estabas haciendo lo que estabas haciendo, ellos lo sabían y lo entendían, pero quizá nadie decía nunca que sí. Trabajé mucho en ese tema con la gente con la que hablaba. La conclusión es que, para llevar a cabo esta misión, los noruegos tenían que encontrar el lugar adecuado. Los buzos que estaban siendo entrenados en Ciudad de Panamá podían ir a trescientos pies bajo el agua sin un tanque de buceo pesado, solo una mezcla de oxígeno, nitrógeno y helio.
Los noruegos nos encontraron un lugar frente a la isla de Bornholm, en el Báltico, que solo tenía 260 pies de profundidad para que pudieran operar. Tendrían que regresar lentamente. Había una cámara de descompresión y utilizamos el submarino noruego Hunter. Solo se utilizaron dos buzos para las cuatro tuberías.
Uno de los problemas era cómo tratar con la gente que vigila el Mar Báltico. Está muy vigilado, y hay mucha información disponible abiertamente, así que nos ocupamos de esto; había tres o cuatro personas diferentes para eso. Y lo que hicimos entonces fue muy sencillo. Cada verano, durante veintiún años, nuestra Sexta Flota, que tiene el control del Mediterráneo y también del Mar Báltico, realiza un ejercicio para las armadas de la OTAN en el Báltico (BALTOPS). Y traíamos un portaaviones o grandes buques. Era algo muy abierto. Los rusos ciertamente lo sabían. Hicimos publicidad. Y en ésta, por primera vez en la historia, la operación de la OTAN en el Mar Báltico tenía un nuevo programa. Se iba a realizar un ejercicio de lanzamiento y búsqueda de minas durante diez o doce días.
Varias naciones enviaron equipos de mineros, y un grupo arrojaría la mina y otro grupo de mineros de su país iría a buscarla y la explotaría. Así que había un periodo en el que explotaban cosas, y en ese tiempo los noruegos podían recuperar buzos de profundidad. Los dos oleoductos están a una milla de distancia; están un poco bajo tierra pero no es difícil llegar a ellos, y habían practicado esto. No tardaron más de unas horas en colocar las bombas.
FS
¿Así que esto fue en junio de 2022?
SH
Sí, lo hicieron alrededor de diez días de junio, al final del ejercicio, pero en el último minuto la Casa Blanca se puso nerviosa. El presidente dijo que tenía miedo de hacerlo. Cambió de opinión y les dio la orden de que quería el derecho de bombardear en cualquier momento, de hacer estallar las bombas en cualquier momento a distancia por nosotros. Lo haces con un sonar normal, en realidad una construcción de Raytheon. Se sobrevuela y se deja caer un cilindro. Envía una señal de baja frecuencia (se puede describir como un tono de sonido de flauta, se pueden hacer diferentes frecuencias). Pero la preocupación era que una de las bombas, si se dejaba en el agua demasiado tiempo, no funcionaría; y de hecho dos no lo hicieron: solo consiguieron tres de las cuatro tuberías. Así que hubo pánico dentro del grupo para encontrar los medios adecuados, y tuvimos que acudir a otras agencias de inteligencia sobre las que no escribí.
FS
¿Y qué ocurrió entonces? Lo colocaron, encontraron la forma de controlarlo a distancia. . .
SH
Joe Biden decidió no hacerlos explotar. Fue a principios de junio, a los cinco meses de la guerra, pero luego, en septiembre, decidió hacerlo.
Le diré una cosa. La gente de operaciones, la gente que hace cosas cinéticas para Estados Unidos, hacen lo que dice el presidente, y al principio pensaron que era un arma útil que podía utilizar en las negociaciones.
Pero en algún momento, una vez que los rusos entraron, y luego cuando se hizo la operación, esto se hizo cada vez más odioso para la gente que lo hizo. Estas son personas bien entrenadas; están en el más alto nivel de las agencias secretas de inteligencia. Se volvieron contra el proyecto. Pensaron que esto era una locura. Y en el plazo de una semana, o tres o cuatro días después del atentado, después de que hicieran lo que se les ordenó, hubo mucha ira y hostilidad. Esto obviamente se refleja en el hecho de que yo me haya enterado.
Y te diré algo más. La gente de América y Europa que construye oleoductos sabe lo que pasó. Te digo algo importante. Las personas que poseen empresas que construyen oleoductos conocen la historia. No obtuve la historia de ellos pero aprendí rápidamente que ellos saben.
FS
Volvamos a esta situación en junio del año pasado. El presidente Joe Biden decidió no hacerlo directamente y lo pospuso. ¿Por qué lo hicieron entonces en septiembre?
SH
El secretario de Estado, Anthony Blinken, dijo unos días después de la voladura del oleoducto, en una conferencia de prensa, que se le había arrebatado a Vladimir Putin una importante fuerza económica y casi militar. Dijo que se trataba de una tremenda oportunidad, pues Rusia ya no podía convertir los oleoductos en armas, lo que significaba que no podía obligar a Europa Occidental a no apoyar a Estados Unidos en la guerra.
El temor era que Europa Occidental no seguiría adelante en la guerra. Creo que la razón por la que decidieron hacerlo entonces fue que la guerra no iba bien para Occidente, y tenían miedo con la llegada del invierno. El Nord Stream 2 ha sido sancionado por Alemania, y Estados Unidos temía que Alemania levantara las sanciones debido a un mal invierno.
FS
Según usted, ¿cuáles fueron los motivos cuando se mira entre bastidores? El gobierno estadounidense se oponía al oleoducto por muchas razones. Algunos dicen que se oponían porque querían debilitar a Rusia, debilitar los lazos entre Rusia y Europa Occidental, especialmente Alemania. Pero quizá también para debilitar la economía alemana, que, al fin y al cabo, es competidora de la estadounidense. Con los altos precios del gas, las empresas han empezado a trasladarse a Estados Unidos. ¿Qué motivos tiene el gobierno estadounidense para volar el gasoducto?
SH
No creo que lo hayan pensado bien. Sé que suena extraño. No creo que Blinken y algunos otros en la administración sean pensadores profundos. Sin duda hay gente en la economía estadounidense a la que le gusta la idea de que seamos más competitivos. Estamos vendiendo GNL, gas licuado, con enormes beneficios; estamos ganando mucho dinero con ello. Estoy seguro de que hubo gente que pensó «oye, esto va a ser un impulso a largo plazo para la economía estadounidense».
Pero en esa Casa Blanca, creo que la obsesión siempre fue la reelección, y querían ganar la guerra, querían conseguir una victoria, querían que Ucrania ganara de alguna manera mágica. Puede que haya gente que piense que quizá sea mejor para nuestra economía que la economía alemana sea débil, pero eso es pensar locuras. Creo, básicamente, que nos hemos metido de lleno en algo que no va a funcionar. La guerra no le va a salir bien a este gobierno.
FS
¿Cómo cree que podría terminar esta guerra?
SH
No importa lo que yo piense. Lo que sé es que no hay forma de que esta guerra acabe como queremos, y no sé qué vamos a hacer a medida que avancemos. Me asusta que el presidente estuviera dispuesto a hacer esto.
Y la gente que hizo esta misión creía que el presidente se daba cuenta de lo que estaba haciendo al pueblo de Alemania, que les estaba castigando por una guerra que no iba bien. Y a largo plazo, esto va a ser muy perjudicial no solo para su reputación como presidente, sino también políticamente. Va a ser un estigma para Estados Unidos.
Así que lo que tienes es una Casa Blanca que pensó que podría tener una carta perdedora: Alemania y Europa Occidental podrían dejar de darnos las armas que queremos y el canciller alemán podría cerrar el oleoducto… eso siempre fue un temor. Yo le haría muchas preguntas al canciller Scholz. Le preguntaría qué supo en febrero cuando estuvo con el presidente. La operación era un gran secreto, y se suponía que el presidente no debía hablar a nadie de esta capacidad. Pero él habla. Dice cosas que no debe decir.
FS
Los medios de comunicación occidentales se hicieron eco de tu historia con cierta moderación y críticas. Algunos atacaron tu reputación o dijeron que solo tienes una fuente anónima, y que eso no es fiable.
SH
¿Cómo podría hablar de una fuente? He escrito muchas historias basadas en fuentes anónimas. Si nombrara a alguien, lo despedirían o, peor aún, lo encarcelarían. La ley es muy estricta. Nunca he expuesto a nadie y, por supuesto, cuando escribo digo —como hice en este artículo— que es una fuente y punto. A lo largo de los años, las historias que he escrito siempre han sido aceptadas. He utilizado para esta historia el mismo calibre de expertos verificadores de hechos que habían trabajado conmigo en la revista New Yorker. Por supuesto, hay muchas formas de verificar la información oscura que me han contado.
Y un ataque personal contra mí no va al grano. El punto es que Biden eligió mantener a Alemania fría este invierno. El presidente de Estados Unidos prefiere ver a una Alemania congelada [por la escasez de energía] que a una Alemania que quizás no lo apoye en la guerra de Ucrania. Y eso, para mí, va a ser algo devastador para esta Casa Blanca. Para mí, y creo que también para la gente de la misión, fue espantoso.
FS
La cuestión es también que puede percibirse como un acto de guerra no solo contra Rusia, sino contra los aliados occidentales, especialmente Alemania.
SH
Seamos claros. Puedo decirle que las personas implicadas en la operación vieron que el presidente optó por mantener fría a Alemania para sus objetivos políticos de corto alcance, y eso les horrorizó. Hablo de personas intensamente leales a Estados Unidos. En la CIA se entiende que, como digo en mi artículo, trabajan para la Corona, no trabajan para la Constitución.
La única virtud de la CIA es que un presidente, que no puede conseguir que su agenda pase por el Congreso y nadie le escucha, puede dar un paseo por el patio trasero de la Rosaleda de la Casa Blanca con el director de la CIA y alguien puede resultar herido a ocho mil millas de distancia. Ese ha sido siempre el argumento de venta de la CIA, con el que tengo problemas. Pero incluso esa comunidad está horrorizada de que haya decidido congelar a Europa en apoyo de una guerra que no va a ganar. Eso, para mí, es atroz.
FS
Usted dice en su artículo que no se informó al Congreso de la planificación del atentado, como es necesario en otras operaciones encubiertas.
SH
Tampoco se informó a muchos lugares dentro del ejército. Había otras personas en otras instituciones que deberían haberlo sabido pero no fueron informadas. La operación era muy secreta.
FS
Hubo algunas críticas a su artículo por parte de personas que se dedican a evaluar la inteligencia de fuentes abiertas (OSINT) sobre barcos y aviones en la región del Mar Báltico, diciendo que no se detectó ningún avión noruego directamente en el lugar de las explosiones el 26 de septiembre o los días anteriores.
SH
Cualquier operación encubierta seria tiene en cuenta la OSINT y trabaja en torno a ella. Como ya he dicho, había gente en la misión que se ocupó de este asunto.
FS
¿Qué papel desempeña para usted el coraje en su profesión?
SH
¿Qué hay de valiente en decir la verdad? Nuestro trabajo no es tener miedo. Y a veces se pone feo. Ha habido momentos en mi vida en los que … prefiero no hablar de ello. Las amenazas no se hacen a gente como yo; se hacen a los hijos de gente como yo. Ha habido cosas horribles. Pero no te puedes preocupar, simplemente no puedes. Tienes que hacer lo que tienes que hacer.


REPRESENTACIÓN. ¿Cómo es posible que los gobiernos europeos hayan participado, directa o indirectamente, de un atentado que los privó de combustible a precios accesibles y los forzó a adquirirlo a costos muy elevados? Es necesario puntuar que este factor resultó uno de los ejes de la decadencia de las grandes naciones del centro occidental. Descenso que persiste y se ahonda a medida que las potencias emergentes acceden a la energía sin trabas e incentivan, mediante una vigorosa orientación estatal, la dimensión productiva de sus economías y las investigaciones científico técnicas más avanzadas.
La respuesta es la siguiente, lector. Esos gobiernos, sin tomar en cuenta la democracia que declaman, representan a las grandes corporaciones financieras y armamentísticas en vez de canalizar los intereses geo económicos profundos de sus pueblos. Los estados a los cuales regentean se encuentran absorbidos por esas mega empresas y son direccionados según las necesidades de las mismas.
Eso es. Las consecuencias son más graves de lo que pueden parecer a primera vista. El esquema político, económico y cultural, cruje. La insistente búsqueda de nuevos conflictos bélicos tiene como objetivo obtener ganancias para esos conglomerados; pero también disciplinar a las sociedades para que pospongan demandas y admitan regímenes de emergencia. Por estas horas la Federación de Rusia es utilizada por esos poderes en declive como la amenaza que obliga a elevar los gastos defensivos y a diseñar ataques preventivos. Es una falsa amenaza, como también lo son la República Popular de China y la República Islámica de Irán.
El 2025 que inicia su tramo final, deja una marca profunda en el espíritu de la humanidad: el genocidio del pueblo palestino a manos de Israel y sus aliados. Volveremos sobre la cuestión, sin olvidar que los responsables directos ameritan denuncia sin pausa, pero que gran parte del planeta ha sido cómplice por inacción.
Finalmente, tras un año abrumador, este periodista va a realizar un parate destinado a descansar lo que resulte posible con el objetivo de retomar las Fuentes Seguras y el programa radial La Señal en Radio Gráfica, con toda la energía que requiera el 2026. Cabe agradecer la paciencia y el interés evidenciado por quienes han llegado hasta aquí y proponerles repasar los textos, los audios y los videos generados durante el período que concluye.
Quizás, si las cosas se ponen espesas, habrá alguna nota fuera de borda.
Y atenti: en la física cuántica, el simple hecho de observar, modifica el resultado.
* Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal


