El dólar versus el euro. Contra quién es la guerra. China y las finanzas. La ruptura del eje franco alemán. Kiev y Londres quebraron el acuerdo alimentario. La década más peligrosa e impredecible.
El dólar versus el euro. El bloque anglosajón tensiona sobre Europa. Contra quién es la guerra. China y las finanzas. La ruptura del eje franco alemán. Kiev y Londres quebraron el acuerdo alimentario. Rusia plantó bandera. La década más peligrosa e impredecible.
Por Gabriel Fernández *
Dinero viene de la moneda romana de plata, denarius (diez ases). Por lo que se sabe, deriva del adjetivo deni (‘cada diez’), que surge del numeral decem (‘diez’). Con el correr del tiempo se fue imponiendo como medio de pago, unidad de cuenta y depósito de valor. Por estos años, se concreta en monedas, billetes, tarjetas de débito y de crédito, y criptomonedas.
El asunto es quién lo posee, pero sobre todo, quién lo emite. Aunque se indica con buen tino que su utilización tiene vínculo estrecho con la confianza, este periodista, que poco y nada sabe de economía, supone que a esta altura tal relación está ligada a la imposición. El poder, más poderoso –valga la ostensible repetición- que el dinero, resuelve que todos deben admitir el valor y la función que dispone, según sus conveniencias.
También se ha indicado que la moneda es un «bien público», pues presta servicios de intercambio en la comunidad. Por eso, necesita ser regulada por las autoridades estatales (mediante los bancos centrales) como representantes del interés social, y no solamente a través de los mecanismos de mercado. Pero, de nuevo, para eso hace falta poder: cada Estado necesita vigor para domar a los grandes emisores y a los grandes tenedores. A los poderosos, en realidad.
Cuando concluyó la Segunda Guerra, los aliados definieron un sistema financiero plasmado en los acuerdos de Bretton Woods. En ese poblado de New Hampshire se resolvió que todas las divisas serían convertibles en dólares estadounidenses y solo el dólar estadounidense sería convertible en lingotes de oro: 35 dólares por onza para los gobiernos extranjeros. Resultó que todo el mundo era extranjero.
En 1971, los Estados Unidos necesitaron muchas máquinas impresoras para afrontar el gasto que implicaba la invasión a Vietnam. Esto generó una sobre abundancia de dólares, lo cual damnificó su convertibilidad en oro. Los bancos centrales europeos intentaron salir de un juego que ya intuían riesgoso y pretendieron convertir sus reservas de dólares en oro, limando así el poder de la creciente nación imperial.
Los norteamericanos se entristecieron por la ingratitud europea: encima que recibieron los recursos del Plan Marshall, se les dio por administrar soberanamente sus monedas. ¡No comprendían que eran extranjeros! Entonces, en diciembre de 1971, el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, suspendió unilateralmente la convertibilidad del dólar en oro y devaluó el dólar un 10 %. En 1973, el dólar se devaluó otro 10 %, hasta que, finalmente, se terminó con la convertibilidad del dólar en oro para todo el orbe.
-Qué se han creído. Esos extranjeros.
-Eso. Qué se han creído.
Imagine, lector, estas líneas a la vista de un egresado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.
LOS SANGUINARIOS ANTECEDENTES. En 1990 este narrador abordó en varios medios la Guerra del Golfo. Pese a la intensa propaganda fue posible sacar a luz que la avanzada de Saddam Hussein sobre Kuwait no era otra cosa que la recuperación de un distrito propio, secesionado por la familia Al Sabah e impulsado por el Reino Unido. Los Sabah pasaron de ser una banda de salteadores del desierto a configurarse como casa real, con títulos y oropeles. Sobre todo, con un mar de petróleo bajo la arena, listo para proveer en sus necesidades a las naciones centrales. Sin embargo (por eso), “el mundo” estimó que la absorción del territorio iraquí no era otra cosa que una guerra dispuesta por quien fuera ayer nomás aliado de Occidente para combatir a la República Islámica de Irán.
Aunque el tema de la moneda empezaba a rondar, el petróleo resultó determinante en ese primer crimen televisado vivo directo. Pero más de una década después (2003), la brega tuvo otra derivación. Una coalición liderada por los Estados Unidos, el Reino Unido, Australia y Polonia, sin que mediara siquiera una declaración de guerra, se lanzó a desmembrar Irak. Por supuesto, todo fue presentado ante la opinión pública como una obra humanitaria: La potencia del Norte acusó a Irak de poseer armas de destrucción masiva, de colaborar con el terrorismo y, de ser cómplice de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Macanas que se siguen repitiendo aún hoy.
Por entonces quien escribe recordaba el litigio anterior e intentó, junto a otros colegas, entender la ofensiva desde la ecuación manada de los recursos naturales y las necesidades de los invasores. Pero las cuentas no reflejaron ese sentido: la fenomenal inversión bélica de las potencias anglosajonas resultó equivalente a los recursos petroleros extraídos. Entonces ¿para qué? El martirio del pueblo iraquí superó cualquier previsión; todos los delitos de guerra conocidos y varios en verdad innovadores, fueron cometidos por estadounidenses y británicos, con una saña feroz. Seguimos indagando y saltó una liebre del desierto, cuya piel era acariciada por vientos cálidos y su cuerpo desesperaba por un oasis: antes de la invasión, Irak había resuelto pasar sus reservas al naciente euro, en detrimento del hegemónico dólar.
El problema se reiteró en 2011. La invasión a Libia fue una intervención militar encabezada por las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y ejércitos de mercenarios en contra del gobierno legítimo de Muammar Al Gadafi. El conflicto se extendió entre febrero y octubre de ese año y terminó con el asesinato del líder libio y la descomposición nacional. Aunque fue presentado como un respaldo externo a corrientes opositoras democráticas, hasta los más alineados terminaron admitiendo que el verdadero objetivo de la Operación fue tomar posesión de sus reservas de petróleo, privatizar la industria petrolera del país, transfiriendo el control y propiedad de su riqueza natural a manos extranjeras y evitar el traslado de sus reservas al euro.
DURMIENDO CON EL ENEMIGO. De todos estos asuntos conversamos, a lo largo de las jornadas recientes, con nuestro columnista, el misterioso Gauchito Gil. El hombre tenía mucho para decir al respecto y, como se verá, lo dijo. Para eso hay que remontarse otra vez en el tiempo. Usted, que nos acompaña semana a semana, acérquese. Le va a interesar.
Apunta el Gauchito: “Desde el fin de la edad media, la mirada de Inglaterra estuvo en la costa europea. El principal enemigo era Carlos V, los Habsburgo, el Sacro Imperio Romano Germánico, un conjunto católico que incluía a Alemania, el Imperio Español, el Vaticano y zonas de Italia. Las riquezas de América, la industria naviera más grande del mundo, la ruta comercial más grande, la conexión entre Ámsterdam y el Mediterráneo, y la principal acumulación de capital, con una filosofía común. La paz de Westfalia marcó el declive de la Europa continental en sus factores de unidad, incluyendo el retroceso del catolicismo, la decadencia de los Habsburgo, la emergencia de los Países Bajos, la implosión del Sacro Imperio, la destrucción de Alemania y el fin de la Europa continental con algún intento de unificación gracias a la Iglesia Católica”.
Ahí entra en juego una de las incógnitas del presente. “Los alemanes supieron reconstruirse como prusianos, al mando de Bismarck, y no solo reconstruir territorios alemanes, sino también reconstruir sus capitales, el ferrocarril, la siderurgia, la industria química. Para el 1900, Inglaterra era un imperio maduro con tres competidores importantes: Estados Unidos, Alemania y Japón. Inglaterra eligió enemistar con Alemania, y la liquidó en la Primera Guerra Mundial, haciéndole pagar el conflicto. Tan caro, que Keynes, inglés, pero sobre todo burgués, pedía que paren un poco que los alemanes se iban a hacer comunistas. Ni así aceptaron los ingleses. Prefirieron los comunistas eventuales a la competencia capitalista real”. Como verá, vamos rumbeando.
“Después de la Primera Guerra –se entusiasma el pensador oculto- Alemania se reconstruye de la mano del nazismo y el supremacismo esclavista. EEUU sumaba protagonismo, Japón seguía su proceso de desarrollo, pero el enemigo se convirtió en Alemania. Nuevamente. Alemania (además del nazismo) fue aplastada. Tanto por la Unión Soviética como por Inglaterra y los Estados Unidos. Y nuevamente fue humillada, siendo partida en dos por 40 años. Insisto, Alemania, más allá del nazismo. Solo partida recibió el plan Marshall y el milagro alemán. Prefirieron entregar el mandato a los estadounidenses y la frontera a la URSS que salvar a Alemania”.
Después, sabemos, se impuso la Guerra Fría. Luego, la hegemonía del Consenso de Washington. “Las Alemanias fueron unificadas en pleno fin de la historia y control de EEUU y neoliberalismo. Ya para entonces, ninguno de los países europeos aislados podía confrontar con EEUU en términos económicos. Y fue entonces cuando se aceleró fuertemente la Unión Europea y el euro, como mecanismos de integración regional. Salió mal, pero logró la única moneda verdaderamente internacional además del dólar”. Es pertinente revisar las Fuentes ofrecidas acerca de los dilemas de la Europa política, el supra gobierno financiero y la desterritorialización forzada.
Como en una saga de suspenso, el Gauchito añade que “allí empezaron las intervenciones extrañas. La guerra de los Balcanes acorraló a los rusos, pero también a la UE. Y luego toda una serie de acciones difícilmente explicables si no tenían como objetivo bloquear proveedores regulares de energía a Europa: la guerra de Irak (cuando Sadam Hussein iba a cobrar su petróleo en euros), las sanciones a Irán (proveedor casi natural de los europeos), la invasión de Afganistán (en la cual la UE participó, pero todos los proyectos de gasoductos para abastecer a los europeos vía mar Caspio, Turquía o incluso Irán fueron bloqueados), la primavera árabe (que afectó a los grandes proveedores de petróleo del Norte de África, naturales proveedores de Italia, España y Francia, y Ucrania I (2014) y II (2022) y Siria (por donde pasan gasoductos que abastecen a Europa)”.
CONTRA QUIÉN ES LA GUERRA. Como no podía ser de otra manera, el columnista introduce la pregunta que alguna vez se hizo este narrador: “¿Puede que parte de todos estos quilombos sean para extraer petróleo? En Afganistán no pudieron sacarlo, en Irak salió más cara la invasión, en la primavera árabe no lograron controlar el recurso, aún hoy está bajo territorios en guerra civil”. Y más: “Puede ser que haya sido para subir el precio internacional y así poder estimular la producción de shale? En la mayor parte de ese proceso, EEUU era deficitario y ´perjudicado´”. Otra, de yapa: “¿Podía ser para encarecer los costos chinos? Difícilmente, dado que las sanciones llevan a que todos esos países estrechen lazos con China en detrimento de Europa. Todas estas acciones solo tienen sentido si el objetivo es uno solo: perjudicar a la Zona Euro”.
Deje pasar por su mente, lector, el reciente ataque al gasoducto Nord Stream. Claro, casi por fórmula se dijo que el autor había sido el presidente ruso Vladimir Putin; como la idea carecía de pies, aunque también de cabeza, quedó flotando en compañía de las tantas humoradas que repiten con seriedad los medios occidentales y sus sesudos analistas. Una vez descartada la tontería y admitido el génesis de la acción en la cúspide del bloque anglosajón que orienta la OTAN, cabe indagar ¿contra quién fue el atentado? Si vale indicar a la Federación de Rusia como damnificada, bien puede incluirse a buena parte del Viejo Continente, empezando por Alemania.
El Nord Stream fue emplazado para transportar gas natural desde Víborg, en Rusia, hasta Graifswald, en Alemania. La empresa que le insufla combustible es Gazprom, y el mismo es extraido del raión (comarca) de Krasnoselkup, en el Óblast (región) de Tiumén. El primer ramal empezó a construirse en abril de 2010. Fue inaugurado el 8 de noviembre de 2011 por la canciller alemana Angela Merkel y el presidente ruso Dmitri Medvédev. Con satisfacción plena de ambas partes. De entrada, la condena a su realización fue liderada por los Estados Unidos y Ucrania. ¿Los argumentos? Básicamente complicaciones ecológicas, otra humorada como la citada en el párrafo precedente.
Sigamos. El Gauchito indaga. “¿Pero, por qué el mundo anglosajón estaría tan ensañado con Berlín como para incluso perjudicarse a sí mismos o beneficiar a China con tal de hundirlo? Acaso no son los aliados de la OTAN? Es simplemente una memoria histórica de lo que pasó hace 100, 200, 300 años?”. Introduce más tensión a la saga y responde: “Si y no. Lo que es una constante histórica es que Europa Continental ha sido competidora del mundo anglosajón. Pero el tipo de capitalismo es diferente. Con el Sacro Imperio, la competencia era por ganar la carrera de la acumulación originaria. Con el imperio alemán y Hitler, por ganar la competencia imperialista. Y hoy, por ganar la competencia por el capital financiero”.
Se indicó en líneas anteriores con otros conceptos, y vale reforzar con el comentario del anónimo decidor: “Desde la ruptura del patrón oro, EEUU se ha convertido en la moneda hegemónica a nivel global, New York y Londres, las cities financieras y sus países, han dominado la circulación de capital (blanco y negro), han controlado a los bancos, al sistema swift y al sistema de clearing (chips). La única competencia es del euro. Y yo sé que muchos estarán emocionados por el yuan y el rublo, pero la realidad es que la única moneda que casi iguala al dólar en pagos internacionales es el euro, la única moneda que implica algo así como un 20% de las reservas de los bancos centrales del mundo es el euro. La única moneda con la cual hacen peg muchos países fuera del dólar es el euro. Ni el yen ni el yuan ni el real”.
Esto es importante: “Internacionalizar una moneda, ponerla en una competencia internacional, no es fácil. La base de una moneda es el poder productivo y los recursos de la Nación que la emite, el poder militar, la autoridad, la estabilidad, la credibilidad, la capacidad de crear centros seguros de depósito y de financiamiento. Para eso necesitás tener libre movilidad de capitales y bancártela, es decir, no sucumbir cómo barrilete a los ciclos financieros. Para colmo, tu moneda tiene que ser dura, esto significa que se aprecia y hace que seas poco competitivo en términos productivos. Para China, esto es difícil”. Pero ¿por qué? “Internacionalizar muy rápido su moneda sería abrirse a la fuga, a ataques especulativos onshore y offshore, como sucedió con Rusia, con Corea, con Japón, con la libra. Y sería perder su gran ventaja productiva actual. Por eso el proceso de internacionalización del yuan es lento y meandroso”.
Como verá, lector, vale adentrarse, darse tiempo y concentrarse. “Dentro del paradigma del capitalismo financiero, neoliberal, especulativo, la única competencia real de EEUU es el euro. Un proyecto fallido hacia adentro, pero exitoso hacia afuera. Hasta hace poco, cualquiera en el mundo podía ahorrar en euros de forma estable. Y hemos dicho que en este capitalismo financiero, el poder de EEUU es su dinero, además de su poder militar. Es decir, si el euro se consolida, EEUU pierde el monopolio del latigazo y la chequera”.
EL COLUMNISTA MISTERIOSO INVOCA AL FANTASMA. Es preciso repasar la crisis del año 2008. “Cómo otras, tiene que ver con una suba de las tasas de interés en EEUU, que drena recursos del mundo y genera quiebras hipotecarias en su propio terreno. Pero sale con bastante dignidad de la crisis. Imprime un montón de dinero y rescata su city, su centro financiero. Pero no mueve un dedo para salvar a los europeos, que sufren la crisis por su culpa. Al contrario, los deja hundirse”. Lo que viene ha sido explicado en estas páginas al hacer referencia a la configuración la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) y otras asociaciones emergentes: “Y China, por el contrario, sale al rescate, primero de Grecia y demás países periféricos, con swaps y compras de bonos masivas. Rusia, mientras tanto, comienza a cobrar en euros sus ventas de energía hacía la región, y a acumular reservas, hasta que un tercio de las mismas fueron en dicha moneda”.
Añade el analista que “Lo mismo sucede en china y entre China y Rusia. No sé sabe la posición de reservas del Banco Popular Chino pero se presume que un tercio es en euros. Es decir, los chinos y los rusos parecen contentos con no internacionalizar su moneda y a su vez sostener el euro como moneda internacional limitando la hegemonía del dólar”.
Falta un elemento de gran curiosidad. “Otro golpe de gracia del mundo anglosajón, poco explicable si no es en este sentido, es el brexit, que deja a la UE sin plaza financiera, elemento indispensable para la construcción de una moneda internacional rival del dólar”.
A todo esto, en 2021, Europa relanzó el proyecto de internacionalización del euro, con una emisión masiva de bonos, que prometían crear un mercado financiero estable y seguro sobre el cual desarrollar una plaza alternativa a Londres. “A su vez, prometieron desarrollar el E-euro, una moneda digital de banco central que podría saltearse el swift y el clearing norteamericano, entre otras cosas, para comerciar con Irán, y han avanzado en la colaboración con los chinos para generar acuerdos entre el euro y el yuan digitales”.
Es preciso agudizar la mirada para observar las motivaciones reales del avance atlantista sobre el Este, una provocación que derivó en esta contienda. “Si lo pensamos desde la búsqueda de la hegemonía financiera, podemos ver que con las sanciones a Rusia, se limita el rol internacional del euro, se genera una crisis económica europea con inflación y recesión y pérdida de valor y estabilidad de la moneda, se impide el ingreso de Ucrania a la UE (tema no menor: habría sido una solución pacífica a la crisis militar), se fragmenta y divide el bloque económico en varias partes con intereses diversos, y se fuerza a China y Rusia a internacionalizar sus monedas, lo cual será más lento que usar una moneda ya internacional, en el mejor de los casos, creando un bloque monetario regional, y sosteniendo EEUU dominación en Occidente”.
Si bien la perspectiva es estrecha, anti histórica y perjudicial para los pueblos en su conjunto, “tan obtusa como el capital financiero que la conduce”, el negocio cierra: “EEUU retiene el poder de su arma económica más potente, destruye al principal competidor y demora la construcción de una alternativa. De ser así, el fantasma de Volcker se aproxima”.
¿Y eso? ¿Con qué nos inquieta el Gauchito Gil? Este periodista lo invita a evocar la gestión de Paul Volcker al frente de la Reserva Federal (FED). Volcker, como presidente de la entidad entre 1979 y 1987, dispuso llevar la tasa de los Fed Funds a 6-7% anual y la tasa de 10 años a 9-10% anual. Su accionar, glorificado por los halcones de Wall Street, estableció un escenario que insufló crecimiento económico y un Mercado de Valores alcista. Pero la contracara de su pétrea política monetaria fue una intensa recesión y un fuerte incremento de la desocupación, que llegó al 11 % de la fuerza laboral, la más alta desde 1940.
(Los encuentros con el columnista se concretaron en espacios acordados a través de mensajes crípticos, con una buena dosis de café a disposición. La insistencia del misterioso por concurrir con barbijo para evitar exponerse a la consideración pública, fracasó cuando una inesperada ráfaga le arrebató el paño y lo dejó al descubierto. Enseguida pasaron algunos amigos que le dijeron, ante su angustia, “qué hacés Gauchito, ¿viste el partido?” y cosas sin sentido estratégico a las que también se llevó el arrebolado aire primaveral. Para completar la dosis de clandestinidad, este periodista concurrió con una campera de Gimnasia y Esgrima La Plata.)
LA RUPTURA DEL EJE FRANCO ALEMÁN. Una de las instituciones menos conocidas es el Consejo de Ministros franco alemán. Funciona a través de reuniones periódicas con la participación de los jefes de Estado y de Gabinete de las dos potencias europeas y según las temáticas, incluye a los ministros involucrados. La imbricación ha sido receptáculo de sorna por parte de los analistas, pues se la ha evaluado como aburrida y demasiado equilibrada. Sin embargo, esa armonía benefició al continente; las decisiones consensuadas mostraron un sendero. Angosto, pero sendero al fin.
Bueno, al menos la cuestión del aburrimiento se ha resuelto. Los más recientes encuentros bilaterales han sido recios puertas adentro y las discusiones de tal magnitud que la reunión prevista para la semana pasada fue postergada. Franceses y alemanes ni siquiera se pudieron sentar a conversar. En un intento por evitar versiones sobre un conflicto abierto el canciller Olaf Sholz viajó a Francia para entrevistarse con el presidente Emmanuel Macron. Se sacaron un par de fotos juntos y efectuaron una breve conversación reservada, de la cual no surgió avance alguno. Sus equipos de comunicación tuvieron que suspender sin explicación la conferencia de prensa conjunta anunciada previamente.
Es la primera vez, desde 1963, que se cancela una reunión del Consejo de Ministros franco alemán. Pero ¿dónde están los desacuerdos? La iniciativa de la Comunidad Política Europea a través de la cual el Ejecutivo galo pretende un espacio de intercambio sin la presencia directa de la OTAN, posee perfiles que complican el alineamiento que su colega germano ha adoptado en beneficio del atlantismo. La asignación de recursos para la “Defensa” de Kiev, el modo de operar ante la suba del gas y la electricidad, los acuerdos con los Estados Unidos por el abastecimiento de petróleo, la posible construcción de un nuevo gasoducto para transportar hidrógeno, son otros de los puntos que separan a los dos amigos.
Vale prestar atención. Hace pocos días, Macrón indicó públicamente que “no es bueno para Alemania ni para Europa que Alemania se aísle”. La cuestión es ¿se aísle de qué? porque los alemanes replican que con estos gestos Francia se diferencia de una Unión Europea que ya ha definido su camino. El Instituto Franco – Alemán de Luisburgo es la entidad que coordina los encuentros y la publicación de sus resoluciones. Stefan Seidendorf, subdirector del mismo, reconoció que “Ambas partes están molestas entre sí. Alemania cree que puede encontrar un consenso más allá de Francia y multilateralmente con los países más pequeños. Y Francia pretende que Alemania se comprometa a una mayor integración europea”.
Vamos más a fondo. En materia de “Defensa” el canciller alemán ha mostrado su preferencia por los proyectos norteamericanos, como los cazas F-35 o su iniciativa de crear un nuevo sistema europeo de defensa antiaérea, apodada escudo antimisiles (se sumaron varias naciones de la OTAN, pero no Francia) en detrimento de las iniciativas comunitarias, como el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS) o el Tanque de batalla principal europeo. Desde el Instituto, que se ve obligado a explicar lo que sucede ante los requerimientos periodísticos, surgió una sinceridad inusual: “Lo cierto es que, desde la caída del Muro de Berlín, hemos tomado una serie de decisiones en Europa, pero sin revisar el planteamiento general ni dar suficiente impulso a la Unión Europea. Y ahora los dos sistemas económicos y financieros, tanto en Francia como en Alemania, se esfuerzan por adaptarse a las exigencias actuales”.
En cuanto a la energía, París, como la mayoría de capitales europeas, lamentó no haber sido informada del paquete de ayudas para responder al alza de los precios energéticos desplegado por el Gobierno alemán, con un valor de 200.000 millones de euros, anunciado a finales de septiembre. La decisión fue cuestionada por los socios europeos, que abogaban por lo que llaman “un esfuerzo solidario” para amortiguar la crisis de los precios; temen que la medida suponga un desequilibrio para el mercado interior del continente. Mientras más presiona el suprapoder anglosajón al Gobierno alemán, este más se disciplina. Un verdadero problema.
Vale: “El conflicto de Ucrania ha desencadenado una crisis de identidad política en Alemania”, dijo el politólogo Ivan Kratsev, director del Centro de Estrategias Liberales en Sofía. “Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, la política de Alemania se ha basado en confiar en Estados Unidos para la seguridad, en preservar su competitividad mediante el gas ruso a bajo coste y en centrarse en China como su principal mercado de exportación: Estos tres ejes se han roto”. Qué significa: “El eje de Europa se desplaza hacia el este y Alemania, como país situado en el corazón del continente, hará todo lo posible para unir el este y el oeste, el norte y el sur de Europa. Un cambio de equilibrio en la UE en el que Berlín podría dejar de mirar hacia París”.
ALIMENTOS. MOSCÚ, LONDRES Y KIEV. Ya se sabe: las malas noticias arriban en tropel. Como si las cosas no estuvieran complicadas, Moscú suspendió ayer por tiempo indefinido su participación en el acuerdo alimentario luego de que Kiev atacase buques de la Flota del Mar Negro y barcos civiles que participaban en su implementación. Desde el Ministerio de Defensa de Rusia aseguraron que el ataque terrorista fue cometido con la participación de especialistas británicos.
“En vista del acto terrorista llevado a cabo por el régimen de Kiev el 29 de octubre de este año con la participación de expertos británicos contra los buques de la Flota del mar Negro y los buques civiles que participan en la seguridad del corredor de cereales, la parte rusa suspende su participación en la aplicación de los acuerdos sobre la exportación de productos agrícolas desde los puertos ucranianos”, indica el comunicado.
Con rapidez, el portavoz del secretario general de las Naciones Unidas, Stephane Dujarric, apuntó que la organización mantiene contacto con Rusia tras su decisión. “Hemos visto los mensajes de la Federación de Rusia sobre la suspensión de su participación en la Iniciativa de Grano del Mar Negro tras el ataque a la Flota rusa del mar Negro. Estamos en contacto con las autoridades rusas sobre el tema”, comentó.
El 22 de julio, Rusia, Turquía y la ONU suscribieron en Estambul un acuerdo para desbloquear la exportación de granos y fertilizantes de Ucrania en medio de las hostilidades. Los representantes del Gobierno ucraniano firmaron un documento similar con Ankara y representantes de la ONU. Además, Rusia firmó con la ONU un memorando para facilitar la exportación de fertilizantes y productos agrícolas rusos a los mercados internacionales. Vale repasar el proceso aquí.
IMPREDECIBLE. La primavera es alocada ¿no? Los cambios de temperatura sorprenden. Se puede pasar de anhelar un vaso de agua bien fresca a requerir unos mates humeantes. No fue esa la razón por la que Putin dijo “la próxima década será la más peligrosa e impredecible desde la Segunda Guerra Mundial”. El líder ruso estimó que “el dominio único de Occidente está llegando a su fin” porque “la mayoría de los pueblos del mundo no lo soporta más”.
Es probable. Aunque la expresión impredecible no debe ser menoscabada.
Las grandes potencias no se retiran del juego así nomás.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal