Edición n° 2953 . 22/12/2024

Fuentes Seguras. El diseño de Shangai y los conflictos internos de la Multipolaridad

Por Gabriel Fernández *

La Declaración de Samarcanda, completa. Todo un plan de gobierno global. Los conflictos internos de la Multipolaridad: Kirguistán y Tayikistán, Armenia y Azerbaiyán. Transcaucasia. El Papa en Kazajistán: la paz como herramienta. Cómo leer la actualidad ubicando los sucesos según sus proporciones.

La situación internacional se ha complejizado. Un poco más, si esto fuera posible. Hace pocas semanas cerramos una edición de Fuentes Seguras advirtiendo que “En este lapso extraordinario que nos toca vivir pueden suceder muchas cosas; varias de ellas, a contrapelo de la historia. Todos los protagonistas poseen tremendo poder de fuego y, aunque el devenir se está delineando con más claridad, intentan golpear donde más duele”. Bien, mientras se avanzó en la consolidación y el desarrollo de la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) en Samarcanda, se re desplegaron dos conflictos harto perniciosos para Eurasia.

Por un lado, el histórico contraste entre dos miembros de la gran coalición, Kirguistán y Tayikistán. Por otro, el también lejano litigio sobre Nagorno Karabaj protagonizado por Armenia y Azerbaiyán, naciones cercanas al andar multipolar pero con percepciones muy distintas sobre la propiedad de la región. Estos desencuentros, pletóricos de ataques, polémicas y víctimas, ocuparon una parte de las reuniones que por fuera del encuentro general llevaron adelante en la mítica ciudad uzbeka chinos y rusos, necesitados de apaciguar fogatas funcionales al interés occidental.

LA OCS EN SAMARCANDA. Los representantes de las naciones que integran la OCS firmaron y publicaron este viernes, en la ciudad uzbeka, la Declaración de Samarcanda del Consejo de Jefes de Estado de la OCS. Las definiciones resultaron trascendentes y contrastan con el espíritu belicista lanzado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Madrid. Entre las claves vale realzar la integración de Irán, el acercamiento de nuevos estados observadores, las posturas sobre el tema alimentario y energético, así como la búsqueda de resolución de conflictos por la vía negociada.

El texto emitido por la 22ª reunión del Consejo de Jefes de Estado de la OCS señala que “el mundo enfrenta cambios globales y ha entrado en un nuevo período de rápido desarrollo y gran transformación, mientras la tendencia hacia un mundo multipolar se ha intensificado, la interdependencia de todos los países se ha profundizado, y la información y la digitalización se han acelerado”.

Puntualiza que los desafíos y amenazas internacionales actuales son “cada vez más complejos, la situación internacional se deteriora, y los conflictos y crisis regionales siguen surgiendo y agravándose”. Con base en los principios de la Carta de la Organización de Cooperación de Shanghai, los Estados miembros “se oponen a la agrupación y a los enfoques ideológicos y de confrontación para resolver los problemas internacionales y regionales, y se adhieren a una manera coordinada ante las amenazas de seguridad y los desafíos en campos tradicionales y no tradicionales”.

Teniendo en cuenta las opiniones de los asistentes, la declaración reafirma que “es de gran importancia práctica trabajar juntos para construir un nuevo tipo de relaciones internacionales, caracterizadas por el respeto mutuo, la equidad y la justicia, así como una cooperación beneficiosa para todos, a la vez que se construye una comunidad de futuro compartido para la humanidad”. Por eso se pretende defender  “el respeto del derecho de los pueblos de todos los países a elegir, de forma independiente, sus propios caminos de desarrollo político, económico y social”.

Los integrantes de la OCS destacan que “los principios de respeto mutuo a la soberanía, la independencia, la integridad territorial, la igualdad y el beneficio mutuo, la no injerencia en los asuntos internos y el no uso de la fuerza o la amenaza de la misma, forman la base para el desarrollo sostenible de los lazos internacionales”. Así, ponen de relieve que “las diferencias y disputas entre los países deben resolverse de forma pacífica a través del diálogo y la consulta”.

Asimismo, los Estados miembros subrayan la importancia del 15° aniversario de la firma del Tratado de Buena Vecindad, Amistad y Cooperación a Largo Plazo entre los Estados Miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai. Los líderes presentes resolvieron adoptar el Plan Integral para la Implementación del Tratado sobre Buena Vecindad, Amistad y Cooperación a Largo Plazo entre los Estados Miembros de la OCS para 2023-2027.

Mediante la Declaración, reafirman su “firme compromiso de luchar contra el terrorismo, el separatismo y el extremismo”. Entrando en detalle, advierten que “es inaceptable la injerencia en los asuntos internos de otros países con el pretexto de combatir el terrorismo y el extremismo, así como la utilización de grupos terroristas, extremistas y radicales para fines propios”.

Estos protagonistas multipolares afirman que reforzarán la cooperación entre sus autoridades nacionales en el campo de la alfabetización digital, a fin de reducir la brecha digital. Sobre el mismo perfil, indican que “las Naciones Unidas tienen un papel clave que cumplir en respuesta a las amenazas en el espacio de la información, y deben convocar a crear un espacio de información seguro, justo y abierto sobre la base del respeto a la soberanía y la no injerencia en los asuntos internos de otros países”. Y plantean su “oposición a la militarización de las tecnologías de la información y la comunicación”.

LA OCS corre con la vaina a Occidente: sus miembros instan, mediante el manifiesto que venimos glosando, a la comunidad internacional a que dé rienda suelta al papel central de las Naciones Unidas.

Además, destaca “la importancia de conformar una posición común y equilibrada sobre la lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sus precursores, señalando que es importante implementar las convenciones internacionales de control de drogas y otros documentos legales relevantes”.

¿Y las armas? Los Estados miembros signatarios del Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares se comprometen al “estricto cumplimiento de las disposiciones de dicho acuerdo y a la consolidación del régimen internacional de no proliferación nuclear”. También apoyan “la prevención de la militarización del espacio ultraterrestre”. Enfatizan en sintonía “el estricto cumplimiento de la Convención sobre Armas Biológicas” y piden a “todos los signatarios de la Convención sobre Armas Químicas que implementen el documento cabalmente”.

Para los integrantes de la OCS, la única solución a los conflictos regionales es “el empleo de medios políticos y diplomáticos sobre la base de la adhesión a los principios y normas del derecho internacional universalmente reconocidos”. En detalle, señalan que “la coordinación de la situación en Afganistán en un futuro cercano es uno de los factores importantes para mantener y consolidar la seguridad y la estabilidad en la región de la OCS”. Por eso apoyan a Afganistán para que se convierta en “un país independiente, neutral, unido, democrático y pacífico, libre de terrorismo, guerra y drogas”.

Durante la Cumbre de la OCS celebrada en Samarcanda este 16 de septiembre, los líderes firmaron un memorando de obligaciones sobre la membresía de Irán en la OCS, y destacaron la importancia de la decisión de iniciar el procedimiento para el ingreso de Bielorrusia. También pusieron de relieve que durante la cumbre se llegó a un acuerdo sobre la admisión de Bahréin, Maldivas, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Myanmar como nuevos socios de diálogo. Informaron que se habían firmado los memorandos de entendimiento que otorgaron a Egipto, Arabia Saudita y Qatar el estatus de observadores en la OCS.

El Documento reafirma la importancia de seguir mejorando el sistema de gobernanza económica global, abogando por llevar a cabo diversas formas de cooperación económica regional y adoptando una resolución para el establecimiento de grupos de trabajo sobre innovación, iniciativa empresarial, reducción de la pobreza y medicina tradicional.

Los miembros se comprometieron a fortalecer la cooperación en la economía digital.

También se suscribieron documentos parciales destinados a precisar los modos de cooperación. Con el fin de establecer una infraestructura de transporte y tecnología eficiente y competitiva, coincidieron en un texto sobre el desarrollo de infraestructura de los Estados miembros de la OCS. En este sentido destacaron el mantenimiento de la estabilidad y la diversificación de las cadenas de suministro. Afirmaron que continuarán favoreciendo la cooperación industrial y sectorial dentro del marco de la OCS y profundizarán la cooperación energética entre los Estados miembros. Recorramos cada aspecto, puntualmente.

Dentro de los compromisos a futuro, indicaron que llevarán a cabo “mecanismos de cooperación para proteger el medio ambiente y luchar contra el cambio climático, fortaleciendo la seguridad alimentaria y abordando de forma conjunta el impacto político, económico y social de la pandemia de COVID-19”. Conjuntamente, continuarán fortaleciendo “la cooperación en áreas tales como ejercicios conjuntos de socorro y rescate en casos de desastre, educación, ciencia y tecnología, mujeres, cultura, turismo, medios de comunicación y deportes”.

Dentro de los compromisos a futuro, indicaron que llevarán a cabo “mecanismos de cooperación para proteger el medio ambiente y luchar contra el cambio climático, fortaleciendo la seguridad alimentaria y abordando de forma conjunta el impacto político, económico y social de la pandemia de COVID-19”. Conjuntamente, continuarán fortaleciendo “la cooperación en áreas tales como ejercicios conjuntos de socorro y rescate en casos de desastre, educación, ciencia y tecnología, mujeres, cultura, turismo, medios de comunicación y deportes”.

Los jefes de Estado reunidos elogiaron a Uzbekistán por su tarea en la presidencia rotatoria de la OCS de 2021 a 2022, y confiaron en que la India asumirá la próxima presidencia y organizará la próxima Reunión del Consejo de Jefes de Estado de la OCS en 2023.

El Consejo de Jefes de Estado de la OCS también emitió una declaración sobre “la preservación de la seguridad alimentaria internacional”, que reza que lograr la seguridad alimentaria es “uno de los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenible” y “representa una base importante para que todos los países logren el desarrollo económico, la estabilidad social y la seguridad nacional”. Los líderes, según la misma declaración, apoyan a las Naciones Unidas en el desempeño de un papel central, el trabajo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola y el Programa Mundial de Alimentos”. La persistente mención a la ONU y sus organismos no es vana: se perciben como garantes de su Carta, deslizando así la idea de que las potencias occidentales la transgreden de un modo u otro.

Asimismo proponen “mejorar el ambiente de negocios en el sector agrícola, promover la inversión internacional en la fabricación y procesamiento de productos agrícolas y maquinaria agrícola, y desarrollar el comercio transfronterizo”. Además, piden a los principales países productores y exportadores netos de alimentos que “liberen los potenciales de exportación, reduzcan las barreras arancelarias y no arancelarias, alivien la presión de la oferta del mercado y eviten las fluctuaciones indebidas de los precios de los alimentos en el mercado internacional”.

En la misma publicación se afirma que los líderes reunidos consideran inaceptables “las medidas restrictivas unilaterales que van en contra de las leyes internacionales y el uso extraterritorial de las mismas”, y piden “la reducción de otros factores que influirían en la fluctuación de los precios internacionales de los alimentos y frenar el uso de los alimentos como recursos energéticos”.

No se olvidaron las bases del desarrollo. Así, la OCS se zambulló en un tema bien conflictivo. El Consejo de Jefes de Estado incluyó en su declaración la preservación de la seguridad energética internacional. Allí se enfatiza que “garantizar el acceso universal a energía asequible, confiable, sostenible y moderna es el séptimo objetivo enumerado en la Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenible. Los derechos de seguridad energética para todos los países y los derechos de los pueblos de todos los países para utilizar la energía deben ser respetados y garantizados”. Por eso los asistentes reconocieron la Iniciativa de Desarrollo Global y la Iniciativa de Seguridad Global impulsadas por China, y “apoyan la cooperación para garantizar conjuntamente la seguridad energética dentro del marco de la OCS”.

El Consejo de Jefes de Estado de la OCS además emitió una declaración sobre la lucha contra el cambio climático, donde se subraya la importancia de mejorar la cooperación internacional en la base a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Los Estados miembros están de acuerdo en que la implementación del Acuerdo de París “se asiente en las responsabilidades comunes pero diferenciadas y las capacidades respectivas”. De igual forma, los países miembros apoyan la propuesta de Tayikistán de nombrar 2025 Año Internacional para la Preservación de los Glaciares.

También se analizó la protección de la seguridad, la estabilidad y la diversificación de las cadenas de suministro. En el mismo texto se asevera que “en el contexto de los desafíos globales, incluida la pandemia”, la OCS busca “profundizar aún más la cooperación económica regional con el objetivo de acelerar la recuperación económica regional y la recuperación de todos los países”.

La declaración llama a fortalecer la construcción de infraestructura para la logística y promover la reducción de las barreras comerciales y la simplificación de los procedimientos. También hace un llamado a “expandir continuamente la cooperación en la liquidación de moneda local, creando condiciones para el desarrollo del comercio electrónico, apoyando a las micro, pequeñas y medianas empresas en los países miembros de la OCS para aprovechar el potencial de su comercio electrónico, fortaleciendo la cooperación en el establecimiento de la cadena industrial de alta gama y el procesamiento profundo, e impulsando la cooperación de inversión en la economía digital y el desarrollo verde y sostenible”.

Todo un plan de gobierno mundial.

Ahora, abordemos los problemas. Intentemos, para eso, extremar el poder de síntesis.

KIRGUISTÁN Y TAYIKISTÁN. Ambas naciones se acusan mutuamente de impulsar acciones bélicas sobre varias zonas de la extensa frontera compartida. Los registros fílmicos les brindan razón y los muertos de ambos lados, también. La pregunta es por qué. El agua es una de las respuestas, aunque no la única. El anterior cruce violento lo habían protagonizado en 2021, cuando Tayikistán intentó tomar el control del sistema de distribución de agua en el río Ak-suu. Además de desplegar tropas para lograr su objetivo, instaló cámaras de seguridad en el enclave que rodea la desembocadura. Esto despertó un profundo malestar entre los kirguisos al punto de llevar a su gobierno a realizar ejercicios militares en Batken, bien sobre el borde limítrofe.

Mientras esto ocurría, agentes británicos y norteamericanos operaban con intensidad al interior de Kirguistán para fomentar malestar interno en demanda de más “democracia”, lo cual generó una situación política de inestabilidad. En cierto modo, el crecimiento económico alcanzado gracias a los acuerdos con los aliados de Asia Central y la fijación de un adversario externo, paradójicamente entre esos mismos aliados, fortaleció la unidad nacional kirguisa.

Militares tayikos se adentraron en territorio de Kirguistán, y tomaron el control de algunos edificios. Los soldados invasores colocaron banderas de su país gritando “Adelante, Tayikistán”. Kirguistán admitió haber perdido contacto con algunas poblaciones dentro de su territorio, que pueden estar ya en manos de las fuerzas tayikas. El gobierno kirguiso denunció que “El lado tayiko utiliza todos los métodos de guerra híbrida. Se ha preparado de antemano y está utilizando activamente tanques, morteros, vehículos blindados y lanzacohetes MLRS. Tayikistán, atacando ciudades, pueblos y asentamientos, utiliza todo tipo de tropas de las fuerzas armadas para apoderarse de nuestro territorio”.

Tayikistán, por su parte, también acusó a Kirguistán de atacar a civiles en varias localidades cercanas a la frontera con armamento pesado. “Los esfuerzos de la República de Tayikistán para estabilizar la situación no están dando resultados positivos debido a que el ejército kirguís no tuvo en cuenta las propuestas de conversaciones de paz”, manifestó la administración asentada en Dusambé.

Rusia se viene negando a inclinar la balanza, pues evalúa que los dos protagonistas son importantes para la coalición que encabeza junto a China. La Federación que lidera Vladimir Putin instó este viernes a Kirguistán y Tayikistán a tomar “medidas urgentes” para poner fin a la escalada en la frontera entre estos países cercanos. “Instamos a las dos partes a tomar medidas exhaustivas y urgentes para (…) poner fin a todo intento de escalada y a las provocaciones de terceras partes”, declaró el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado. Claro, la prevención del Oso se asienta en la necesidad de evitar que en el río (Ak-suu) revuelto saquen ganancias algunos pescadores.

ARMENIA Y AZERBAIYAN. Este martes, el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán volvió a recrudecer. El ministerio de Defensa armenio informó de que “el 13 de septiembre a las 00:05 horas, unidades de las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán abrieron fuego intensivo con artillería y armas de gran calibre contra posiciones armenias en dirección a las localidades de Goris, Sotk y Dzhermuk”. Los recientes enfrentamientos dejaron un saldo de 155 muertos. La mayoría de ellos pertenecen a las tropas de Armenia. Si bien en la madrugada del jueves reciente los contendientes acordaron un alto el fuego, las informaciones recibidas con posterioridad señalan la persistencia de los combates.

El litigio entre Armenia y Azerbaiyán tiene su eje en la región de Nagorno-Karabaj, también conocida como Alto Karabaj. La misma está ubicada en el este de Azerbaiyán (cerca de la frontera entre ambos países) pero su población es mayoritariamente armenia. Los problemas se remontan a la década de 1920. En ese momento, el territorio fue asignado a Azerbaiyán por el Consejo de Comisarios del Pueblo de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, también conocido como Sovnarkom (SNK), preludio de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) instaurada en 1922.

Tanto Armenia como Azerbaiyán formaron parte de la Unión Soviética  hasta su disolución en 1991. Tras el final de la URSS, los habitantes de Nagorno-Karabaj celebraron un referéndum de independencia en diciembre de 1991. El resultado mostró que el 82% de la población votó a favor. Sin embargo, Azerbaiyán se negó a reconocer el resultado y comenzaron  las hostilidades. Desde entonces los azeríes han reclamado Nagorno-Karabaj apelando a la integridad territorial, mientras que los armenios demandan su derecho a la autodeterminación.

Con el correr de los años, las luchas militares entre los dos países para hacerse con la región devinieron en constante. La más reciente tuvo lugar en el año 2020. Rápida aunque cruenta, culminó con la firma de un alto el fuego a regañadientes. Pero la posición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue que la “autoproclamada” República de Nagorno-Karabaj, presentada oficialmente como República de Artsaj, ocupa ilegalmente casi un 15% del territorio de Azerbaiyán. Como se observa, si no hay voluntad, no hay voluntad, Mangiacaprini. Todo esto pasa, lector, en Transcaucasia.

La mención no es sólo referencial. Esa región merece especial consideración pues allí anidan problemas latentes que pueden ser utilizados para agitar intereses unipolares escondidos detrás de vindicaciones nacionales o democráticas. La Transcaucasia también es denominada Cáucaso meridional o Cáucaso sur. Contiene a los actuales Estados de Armenia, Azerbaiyan y Georgia, así como las repúblicas de Absajia, Artsaj –como vimos- y Osetia del Sur. Ahí se encuentran también la República Autónoma de Najicheván  (enclave considerado parte de Azerbaiyán) y áreas menores de  Turquía e Irán. Apenas un trazo: Georgia solicitó la adhesión a la Unión Europa (UE) el 3 de marzo de 2022, poco después del inicio de la presente contienda en Ucrania.

EL PAPA EN KAZAJISTÁN. El Papa se adentró en  Asia Central. Llegó hasta Nursultán, capital de la ex república soviética de Kazajistán, donde leyó un discurso dirigido a la pacificación en general. La alocución tuvo lugar tras la aprobación de la Declaración Final del VI Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales. El texto fue aprobado por el congreso interreligioso que se celebra allí cada tres años. Delegados de cincuenta naciones estuvieron presentes.

El Papa habló de nuevo de la “locura insensata de la guerra”, aunque sin citar explícitamente tal o cual litigio. Recordó que este Congreso inició sus sesiones periódicas trienales tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, EEUU, “ante el clima incendiario que la violencia terrorista quería provocar y que amenazaba con hacer de las religiones un factor de conflicto”. En esa dirección, realzó que “el terrorismo de matriz pseudorreligiosa, el extremismo, el radicalismo, el nacionalismo alimentado de sacralidad, fomentan todavía hoy temores y preocupaciones en relación a la religión”.

El Pontífice romano nacido en la Argentina explicó que en el Documento Final “se afirma que el extremismo, el radicalismo, el terrorismo y cualquier otra incitación al odio, a la hostilidad, a la violencia y a la guerra (…) no tienen relación alguna con el auténtico espíritu religioso y han de ser rechazados con la más resuelta determinación y han de ser condenados, sin condiciones y sin peros”. Además advirtió de que “la paz es urgente” porque “cualquier conflicto militar o foco de tensión y de enfrentamiento hoy no puede más que tener un nefasto efecto dominó y compromete seriamente el sistema de relaciones internacionales”.

Jorge Bergoglio puntualizó que la paz “no es la mera ausencia de la guerra, ni se reduce al solo equilibrio de las fuerzas adversarias, ni surge de una hegemonía despótica, sino que con toda exactitud y propiedad se llama obra de la justicia”. Por ello, destacó, son los líderes religiosos los que deben estar en “primera línea para irradiar una convivencia pacífica”. Explicó que “la Declaración exhorta a los líderes mundiales a detener los conflictos y el derramamiento de sangre en todo lugar, y a abandonar retóricas agresivas y destructivas”, para luego añadir: “Les rogamos, en nombre de Dios y por el bien de la humanidad: ¡comprométanse en favor de la paz, no en favor de las armas! Sólo sirviendo a la paz, el nombre de ustedes será grande en la historia”.

LA TENDENCIA Y LAS ENCRUCIJADAS. En medio de un proceso  general con tendencia bien marcada, es posible observar dificultades y regresiones parciales. Las mismas son posicionadas informativamente como los vectores que caracterizan el período. Por eso resulta preciso agudizar la mirada y detectar los registros salientes, evitando que la foto oculte la película en desarrollo. Lo cierto es que los PBI de las naciones congregadas en Samarcanda tienen un impulso relevante e indetenible, mientras que los pertenecientes al eje anglosajón que hoy controla Europa a través de las imposiciones de la OTAN, reflejan una progresiva endeblez.

Las decisiones recientes de los gobiernos norteamericano e inglés, que alzaron las tasas de interés para restringir la actividad y frenar la inflación, y de administraciones como la alemana reorientando su inversión estatal hacia la conformación de un ejército listo para intervenir donde el atlantismo mande, resultan un contraste muy fuerte con los planteos expansivos y productivos de la Declaración ofrecida in extenso en el primer tramo de este artículo, y en la acción misma de las gestiones que la suscriben. Comprender esto, que constituye el eje del presente, permite poner cada cosa en su lugar. Conocer los litigios internos de la Multipolaridad evita una narración idealista sobre la nueva configuración planetaria y favorece la elaboración de precauciones para el futuro que se acerca.

Es ingenuo suponer que los nuevos equilibrios globales van a anular tensiones e injusticias. Pero se trata de dificultades enmarcadas en otro horizonte. En los meses venideros será valioso evitar lecturas lineales sobre elecciones y manifestaciones, sobre todo en Europa y los Estados Unidos. El encapsulamiento de los análisis en contiendas absolutas derecha – izquierda pueden ocultar el trasfondo de los proyectos en pugna y las contradicciones agudas de aquellos que se presentan como más dinámicos. En la era de la comunicación (web) varios han aprendido a utilizar máscaras con ideogramas gratos pero vacíos para encubrir los rostros putrefactos de un pasado sin masa muscular para retornar.

  • Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal

Imágenes. Shangai

Fuente: Radio Gráfica