Edición n° 3243 . 08/10/2025

Fuentes Seguras/ Algunos apuntes, una entrevista

(Por Gabriel Fernández *)

El planeta se encuentra al borde de una Tercera Guerra. Al menos eso es lo que afirman numerosos medios de comunicación que abordan el panorama internacional. Aunque varias jornadas recientes hayan brindado fundamento a la posibilidad, vale indicar que la proyección del anuncio es tan profunda que, al no concretarse, una zona mayoritaria de la opinión pública acaba suponiendo que los tituleros de la web en sus variadas instancias, exageran la hipótesis para acrecentar las lecturas, los ingresos, los compartidos.

Como se sabe, no se hará tal cosa en estas líneas, aunque los arsenales existentes preocupen intensamente a este narrador. También, pese a que las potencias atlantistas -en especial el Reino Unido– y las corporaciones que las han desterritorializado, insistan en elaborar escenografías bélicas. Es decir, no se anuncia aquí una conflagración, pero se admite que puede formar parte del horizonte cercano. Resulta justo señalar que, hasta el presente, la madurez de las naciones multipolares está conteniendo una disparada de graves consecuencias.

Es de valor recorrer el planteo formulado por el presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, en el think tank ruso de Valdai. Tres días atrás se concretó la edición XXII de ese foro que se celebra en la ciudad de Sochi. En el evento internacional participaron más de 140 representantes de 42 países, entre ellos Alemania, Argelia, Brasil, China, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, EE.UU., India, Indonesia, Irán, Kazajistán, Malasia, Pakistán, Rusia, Sudáfrica y Uzbekistán.

CÁLMENSE, DUERMAN TRANQUILOS. Al iniciar su discurso, el mandatario se refirió al eje del evento: ‘Un mundo policéntrico: guía del usuario’, subrayando que un planeta multipolar ha estado presente desde hace tiempo, pero cobra especial relevancia ahora. Indicó que, hoy en día, la política exterior es mucho más abierta y creativa, sin un curso de acción predeterminado. La figura escogida remite al poliedro sugerido y descripto por el Papa Francisco.

En ese contexto, subrayó que “No podemos predecir el futuro, pero debemos estar preparados para cualquier cosa. La responsabilidad de todos en estos períodos de la historia es enorme”. Señaló que el espacio global es muy dinámico, los cambios son rápidos y repentinos, y hay que responder a ellos en tiempo real. “Hemos observado más de una vez que vivimos en una época en la que todo está cambiando. Y cambiando muy rápidamente. Diría que está cambiando drásticamente“, continuó.

En línea, indicó que el escenario global se ha vuelto “más democrático” y abre “oportunidades y vías para un gran número de actores políticos y económicos“. “Quizás nunca antes en el escenario global ha habido tantos países influyendo o buscando influir en los procesos regionales y globales más importantes“, dijo, añadiendo que es necesario buscar puntos en común entre los intereses. “Nadie está dispuesto a jugar según las reglas establecidas por alguien que está en algún lugar lejano”, enfatizó.

Severo, Putin explicó que la multipolaridad actual es “una consecuencia directa de los intentos de establecer y mantener la hegemonía global, una respuesta del sistema internacional y de la historia misma al deseo obsesivo de alinear a todos en una única jerarquía, con los países occidentales en la cima“. “El fracaso de tal idea era solo cuestión de tiempo […]. Y, según los estándares históricos, ocurrió bastante rápido“, agregó.

El presidente recordó que, tras el colapso de la URSS, cuando la confrontación de la Guerra Fría parecía llegar a su fin, Moscú esperaba el inicio de una era de cooperación genuina con Occidente. “Buscando eliminar las bases para la confrontación entre bloques y crear un espacio de seguridad común, declaró dos veces su disposición a unirse a la OTAN“, dijo, para enseguida detallar que la primera vez fue en 1954, durante la era soviética, y la segunda en el 2000. “En ambas ocasiones, fuimos prácticamente rechazados, sin más”.

“En resumen, todos teníamos una oportunidad real de tomar una dirección diferente y positiva en el desarrollo de las relaciones internacionales. Pero, lamentablemente, prevaleció un enfoque diferente. Los países occidentales sucumbieron a la tentación del poder absoluto“. Luego apuntó que las naciones que se oponían a la hegemonía estadounidense se encontraron con malentendidos y amenazas, algunos Estados resistentes fueron sometidos a “educación”, pero esto no trajo buenos resultados. “Todo poder tiene un límite”, deslizó.

Hoy en día, los ciudadanos de las naciones occidentales se enfrentan a la pregunta de por qué necesitan la política exterior que implementan sus gobiernos. “El ‘establishment’ se niega a ceder el poder, engañando a sus propios ciudadanos, agravando la situación a nivel internacional, recurriendo a todo tipo de artimañas dentro de sus propios países, cada vez más al margen de la ley, e incluso más allá de ella”, declaró. Así, indicó que la Unión Europea (UE) intenta fortalecer la frágil unidad del bloque, no aumentando su eficacia, sino creando la imagen de Rusia como enemiga, pero los residentes de los países europeos ven y comprenden la situación. El mandatario afirmó que las élites gobernantes de Europa “siguen fomentando la histeria”, repitiendo el “mantra” de que el conflicto con Rusia está a las puertas.

“Sinceramente, eso es lo que me gustaría decir. Cálmense, duerman tranquilos, ocúpense por fin de sus propios problemas. Miren lo que está pasando en las calles de las ciudades europeas“. Para ejemplificar, narró algunos de los dilemas a los que se enfrenta el Viejo Continente“una deuda masiva y una crisis creciente en los sistemas de seguridad social, una inmigración descontrolada, un aumento de la violencia, incluida la violencia política, y la radicalización de los grupos marginados”, entre otros.

Con afán de ser escuchado en las cercanías y algo más, señaló que el autoengaño es peligroso, por lo que Rusia no debe ignorar lo que está sucediendo, debe vigilar la militarización de Occidente. “Simplemente no podemos ignorar lo que está sucediendo; no tenemos derecho a hacerlo por razones de nuestra propia seguridad. Repito: nuestra defensa y seguridad“, realzó. “Seguimos de cerca la creciente militarización de Europa […] Creo que nadie duda de que las represalias de Rusia no tardarán en llegar […] La contraamenaza, por decirlo suavemente, será muy convincente“, advirtió.

El mandatario puso de relieve que Rusia nunca ha iniciado una confrontación militar, calificándola de “insensata, innecesaria y simplemente absurda”. “Nos distrae de los verdaderos problemas y desafíos”, agregó.

Por eso, señaló que, si algún país o actor internacional desea competir con Rusia en el ámbito militar, que lo intente. “Rusia ha demostrado repetidamente que, cuando surgen amenazas a nuestra seguridad, la paz y la tranquilidad de nuestros ciudadanos, nuestra soberanía y nuestra propia condición de Estado, respondemos con rapidez. No hay necesidad de provocar“, manifestó el líder ruso, y destacó que en la historia de su país nunca se ha dado ningún caso en que una confrontación militar no haya terminado mal para el provocador.

Más adelante, el presidente habló del conflicto entre Moscú y Kiev: “doloroso para los ucranianos y los rusos”. Centrando el tema, enfatizó que “quienes alentaron, incitaron y armaron a Ucrania, la incitaron contra Rusia y durante décadas alimentaron allí un nacionalismo rabioso y el neonazismo”, no se preocupan por los intereses rusos ni los del pueblo ucraniano. “No les importa esta gente; son prescindibles para ellos, para los globalistas, los expansionistas de Occidente y sus lacayos en Kiev“, dijo.

“Lamentablemente, todavía no ha sido posible detener los combates, pero la responsabilidad de esto no recae en la ‘mayoría’ por no haberlo logrado, sino en la ‘minoría’, principalmente Europa, que está intensificando constantemente el conflicto”. Entonces, informó que las tropas rusas “avanzan con confianza” en casi toda la línea del frente en la zona de la Operación Militar Especial. Acentuando ese perfil, comentó las declaraciones de su homólogo estadounidense, Donald Trump, quien calificó a Rusia de ser un “tigre de papel”. “Estamos avanzando, nos sentimos seguros, ¿y somos un ‘tigre de papel’? ¿Qué es la propia OTAN entonces?”, cuestionó.

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AL AQSA. Por estas horas parece justo ratificar aquellas dudas planteadas originalmente acerca del ataque del 7 de Octubre de 2023. Nunca se puso en duda que las reivindicaciones palestinas resultaran genuinas; pero este periodista apuntó en el aire de nuestra emisora que toda acción político militar desplegada por una organización popular debe considerar el efecto; lo que podríamos llamar el día después.

La derivación de la operación de Al Aqsa resultó ser la que cabía prever. Aquellos que confiaron en Hamas y pensaron que su acción podría resultar beneficiosa para los palestinos, quizás perciban que, en el mejor de los casos, se trató de un error de cálculo. Hace pocas horas el gobierno israelí señaló que aún resta eliminar unas 600 mil personas de Gaza y Cisjordania. Esto hace pensar que lo sucedido en el período vigente es exactamente lo que Israel, los estados que lo sostienen y las corporaciones, necesitaban.

Este razonamiento no implica invertir la carga de la culpa y señalar a las víctimas, como creen algunos: evalúa la responsabilidad de las jefaturas que se lanzan a una campaña temeraria sin calibrar las consecuencias. La presencia de esa conducción en Qatar ya es un dato a considerar con suma precaución. Su adscripción previa a los Hermanos Musulmanes, otra. Y muy en especial la sorpresa que la elaborada ofensiva parcial causó puertas adentro de la República Islámica de Irán. Todos los puntos fueron corroborados por esta secuencia.

En tanto, los pueblos del mundo están en las calles repudiando el genocidio de la potencia sio nista y una gran cantidad de naciones se han pronunciado por el cese del mismo. Surcan el cielo aterrado más interrogantes: uno de ellos radica en el modo de reconfiguración de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y muy básicamente de su Consejo de Seguridad para dimensionar un poder que permita fomentar la aplicación de las decisiones adoptadas. La Iniciativa de Desarrollo Global promovida por la República Popular China es una interesante opción para propulsar un debate mundial.

Otra pregunta que atraviesa el orbe se asienta en si los grandes emergentes multipolares -China, Rusia, Irán, entre otros- no deberían intervenir para sofrenar el ansia destructiva del gobierno de Benjamín Netanyahu. La madurez a la que se hizo referencia en los primeros párrafos ¿está facilitando por exceso de templanza la aniquilación de toda una sociedad? En estas líneas no está la respuesta y quizás hombres y mujeres de distintos lugares puedan aportar pensamientos bien sustentados para inspirar a los jefes de Estado que sepan escuchar.

UNA ENTREVISTA. A partir de ahora seguimos, pero en otro estilo. El diálogo que se presenta fue realizado a instancias de la publicación Motor Económico y tiene el rasgo distintivo de ser a la antigua: charla en audio, luego desgrabada. Está claro que hubiera resultado más sencillo para la entrevistadora enviar las preguntas y solicitar las respuestas por escrito; no lo hizo, y abrió, de hecho y sin proponérselo, un debate acerca de los factores artesanales y las nuevas tecnologías en el periodismo.

«Que el gobierno de Milei haya dejado a la Argentina fuera de los BRICS es el disparate más importante de nuestra historia» 

Entrevista de Motor Económico a Gabriel Fernández autor de Fuentes Seguras. El sendero de la multipolaridad y Fuentes Seguras. La era de los BRICS +

Por Estefanía Cendón 

El director del Área Periodística de Radio Gráfica, Gabriel Fernández, aportó su mirada acerca de los BRICS, su impacto en los países miembros y asociados, el análisis de la gestión Trump y la reciente elección legislativa en PBA, así como el rol de Argentina y las posibilidades de integración regional. «Los BRICS ocupan aproximadamente el 45% del PBI internacional, una cifra que ha ido en aumento», detalló. 

Tras la presentación del libro «Fuentes seguras, la era de los BRICS+», Fernández analizó el rango de incidencia de este grupo: «Prácticamente todos los integrantes del BRICS que han apostado a control estatal e inversiones productivas han crecido. BRICS necesita a la Argentina dentro y la Argentina necesita ser parte del BRICS para mejorar la absorción de inversiones productivas y para analizar el presente en proyección, por fuera de la propaganda de los medios occidentales».

«Las naciones BRICS, las naciones multipolares, tienen un fuerte y sólido desarrollo anclado, por un lado, en la producción y el consumo y, por el otro, en la orientación del Estado y las nuevas tecnologías. Entonces, los cambios geopolíticos resultan tan importantes que reequilibran el horizonte internacional», aseguró el periodista.

Junto al director de La Señal Medios, presentamos un recorrido por el panorama político internacional y local: «Donald Trump llega tarde, ya que comprende los problemas que tiene Estados Unidos, pero no llega con el poder suficiente para resolverlos», confirmó, a lo que añadió: «En Argentina, la victoria del peronismo en la PBA es realmente trascendente porque todo impacto que perjudique a una fuerza anti-nacional y anti-industrial, anti-integración latinoamericana y anti-BRICS, como es la que conduce Javier Milei, es positivo».

A continuación, la entrevista completa de Motor Económico junto al periodista de Radio Gráfica.

MOTOR ECONÓMICO: ¿Qué influencia tiene la asociación BRICS a nivel global? ¿Cuáles son los beneficios que aporta a sus estados miembros y asociados? 

Gabriel Fernández: Los BRICS están constituidos por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, originalmente. En este último tramo se incorporaron Arabia Saudita, Irán, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía. Hablamos de una asociación interestatal que promueve, por un lado, el diálogo, el análisis común de los problemas internacionales; y, por otro lado, el comercio y la inversión, facilitando el despliegue de los protagonistas.

En términos económicos y geopolíticos, Brasil es una economía agrícola y energética del desarrollo, con sesgos industriales importantes; Rusia, un gigante en la exportación de petróleo y gas natural; India, una economía en rápido crecimiento que se va ordenando, aunque es muy desequilibrada internamente, con un fuerte sector servicios y manufactura en materia científico-técnica; China, se ha convertido en «la fábrica del mundo», con una fuerza laboral masiva y una mejoría social integral, la ampliación de su propio mercado interno y una producción industrial que experimenta una expansión sorprendente. 

China complementó el desarrollo alcanzado con la utilización de tecnología de punta, lo cual opera como un dato relevante en este presente. Por su parte, Sudáfrica es la economía más grande de África y líder en la extracción minera, desempeñando un papel estratégico para el continente.

Actualmente los BRICS ocupan aproximadamente el 45% del PBI internacional, una cifra que ha ido en aumento debido a su crecimiento económico. Prácticamente todos los integrantes que han apostado a control estatal e inversiones productivas han crecido. Datos que es importante tener en cuenta al momento de evaluar la incidencia de los BRICS.

ME: ¿Qué consecuencias tiene que un gobierno como el de Javier Milei haya renunciado a que la Argentina integre el grupo BRICS? 

GF: La ausencia argentina en el espacio BRICS es dañina no sólo para la Argentina, sino para el sur de América Latina y los BRICS en general. No se trata de una invitación formulada por una cuestión formal, tanto China como India llegaron a la Argentina para invitarla a participar de los BRICS por numerosos motivos: es uno de los países más grandes del mundo con respecto a su extensión territorial, también es considerado uno de los países más adelantados científico técnicamente y cuenta con recursos naturales muy importantes, además de estar ubicado en una zona estratégica que opera como traspaso de un océano al otro.

BRICS necesita a la Argentina dentro y la Argentina necesita ser parte del BRICS para poder mejorar la absorción de inversiones productivas y para lograr analizar el presente en proyección, por fuera de la propaganda de los medios occidentales. Por tal motivo, la determinación del gobierno de Javier Milei de dejar a la Argentina fuera de los BRICS es, tal vez, el disparate más importante de la historia de nuestra Nación. Es probable que no haya un error semejante a lo largo del período de la República desde la creación, tras la Revolución de Mayo, de la Nación argentina.

Hablamos de una oportunidad perdida sin ningún beneficio: frente al desarrollo de los BRICS que abre sus puertas para que a nivel comercial y de inversiones nuestro país se integre, lo que hacen es cerrar esa puerta e ir atrás de quienes no tienen capitales para exportar, ni inversiones de desarrollo que ofrecer. No tienen nada que ofrecer, salvo endeudamiento y salidas que son beneficiosas solamente para un grupo de corporaciones financieras e internacionales, pero no para las naciones.

Había una gran expectativa y hay una necesidad estructural, tanto de México como de Brasil, de contar con la Argentina para la unidad de América Latina y esto se mostró en varias instancias del proceder de estos países en la CELAC. Ahora, Brasil y el Sur del continente necesitan la presencia nacional que es muy trascendente en el ordenamiento de la multipolaridad de esta región del globo. Por el momento, la Argentina no juega ese juego y le va a costar mucho recuperar este lugar que ha perdido.

ME: ¿Cuáles son los cambios más significativos que se están produciendo a nivel geopolítico? ¿Qué impacto tienen en la reconfiguración de un mundo multipolar? 

GF: Lo que planteamos en el trabajo «Fuentes Seguras. El sendero de la multipolaridad», el primer tomo de los dos que sacamos bajo ese título, es que durante bastante tiempo, en el período del Consenso de Washington, lo que aquí conocemos como «los 90’s», la acumulación y el despliegue, el engrandecimiento de las corporaciones financieras opacó el desarrollo de las empresas productivas, perjudicó el crecimiento de los estados y, en definitiva, damnificó el beneficio social.

Durante mucho tiempo los Estados Unidos, como nación industrial, fue el epicentro de las inversiones para el desarrollo. Se convirtió en la locomotora mundial con un producto bruto indudablemente configurado por la producción industrial, no por los servicios u otro tipo de variante. Sin embargo, el capital financiero fue reptando y le empezó a hacer a los estados centrales lo que nos hizo a nosotros, las naciones periféricas, durante tanto tiempo, que es la absorción de los recursos productivos y sociales y su canalización hacia la concentración económica, la cúspide de las corporaciones financieras. Lo hizo con las naciones del tercer mundo y lo comenzó a hacer, de manera regular y potente, sobre los países centrales.

Lo que hay es una anulación de la capacidad económica del centro occidental, y una potenciación de aquellos que se han corrido de esa hegemonía para desarrollar sus propias actividades, según sus propias necesidades. El centro occidental tiene hoy el resultado de esa acción que es la caída de los productos de Alemania, Francia, Gran Bretaña y de los Estados Unidos, muchas dificultades para poder seguir adelante.

Mientras tanto, las naciones BRICS, las naciones multipolares, tienen un fuerte y sólido desarrollo anclado, por un lado, en la producción y el consumo y, por el otro, en la orientación del Estado y las nuevas tecnologías. Entonces, los cambios geopolíticos resultan tan importantes que reequilibran el horizonte internacional. Esto no significa que va a haber una igualdad o una justicia plena, pero sí que estamos atisbando la elaboración de un mundo mucho más equilibrado, a través del cual las naciones golpeadas, subordinadas, tienen mucho por decir ya que poseen una capacidad de desarrollo económico muy sólida que no puede ser frenada a través de medidas dispuestas por las potencias occidentales.

El contexto descripto lleva a una nuevo ordenamiento y nuevas proporciones del mundo en general donde los subdesarrollados, llamados en aquel momento, y hoy multipolares, dicen presente con soberanía y con la determinación de comerciar e invertir entre ellos sin la necesidad de consultar o tener la autorización de las potencias centrales.

ME: ¿Cómo modifica la escena internacional el nuevo mandato de Trump en Estados Unidos? 

GF: En principio me parece importante retomar la compresión del origen del fenómeno Donald Trump. Este fue el planteo de la primera fase de nuestro libro, que contrastó con la mirada habitual, la que se tiene hasta hoy. Decir que Trump es nazi, fascista o lo que fuere no significa nada, es una especie de convocatoria al error analítico.

Debido al proceso de desestructuración económica que mencioné en la pregunta previa, una gran parte de las provincias interiores norteamericanas compuestas por personas blancas, desempleadas, empobrecidas y que perdieron, además, la posibilidad de trasladar hacia las próximas generaciones su oficio industrial, ese desastre económico los llevó a la exigencia de trabajo. Lo cierto es que quedó el desempleo en el tendal y la caída del nivel de vida en EE.UU. resulta abrupta, con una situación de barrios nuevos al costado de los caminos construidos con carpas y con trailers, sin servicios de salud, ni de higiene.

No hay salud pública extendida en los Estados Unidos, se deteriora la educación pública. Estamos ante una situación grave y una parte de ese pueblo dice «necesitamos alguien que bregue por el empleo y la reindustrialización del país».

Finalmente, este pedido recaló sobre alguien muy parecido al norteamericano promedio que es Donald Trump: grosero, un poco tonto, gracioso y con la presencia empresaria suficiente como para tener espaldas. Frente a esta situación ha habido una coalición interna en Estados Unidos destinada a promover a Donald Trump como una posible solución.

En principio, creo que Donald Trump llega tarde, ya que comprende los problemas que tiene Estados Unidos, pero no llega con el poder suficiente para resolverlos. También llega condicionado por varios elementos, como el sentido patriótico norteamericano que es oblicuo, ya no es limpio y transparente. Es un sentido que está relacionado con combatir el comunismo, pensar si CUBA es una amenaza o no, considerar que alguien que agita la bandera es patriota y alguien que no le da bolilla a los símbolos no lo es. En fin, una serie de elementos zonzos que han calado fuerte en la cultura norteamericana.

Los zigzags que se observan en el gobierno de Donald Trump están relacionados con el cruce de esos intereses que impide el establecimiento de una línea recta para poder avanzar. Trump no es el Estado Profundo, pero tampoco es la solución que EE.UU. necesita y, entonces, está trabado a la hora de desarrollar su acción.

ME: ¿Cuál es su opinión con respecto a la reciente victoria de la coalición Fuerza Patria en las elecciones legislativas? 

GF: La victoria del peronismo en la Provincia de Buenos Aires es realmente trascendente porque todo impacto que perjudique a una fuerza anti-nacional y anti-industrial, anti-integración latinoamericana y anti-BRICS, como es la que conduce Javier Milei, es positivo, es un dato de vitalidad por parte de la sociedad que responde como corresponde, rechazando este proyecto perjudicial para el conjunto de la comunidad.

De hecho, es importante señalar que es inadmisible tener un jefe de Estado que dice que viene a destruir el Estado desde adentro y, además, lo hace. Algo que podemos detectar en el deterioro económico e institucional de la República Argentina. Otro dato relevante es haber puesto en marcha a esta fuerza que ya cumple 80 años, el peronismo, como elemento activo de construcción de un proyecto nacional que permita a la Argentina ocupar el lugar que le corresponde en materia de desarrollo multipolar.

Argentina es una nación muy grande, rica, con una capacidad técnica apreciable, con recursos naturales sólidos y elaboraciones científico técnicas muy valiosas, entre otras cosas. En definitiva, la Argentina es una gran nación que, si no se impulsa en base a los logros obtenidos y sus propias capacidades naturales, puede llegar a ser un peso muerto para el resto de las naciones de América Latina y, por supuesto, un elemento dañino para la propia población que habita en su territorio.

Es importante destacar que si no deja de haber una interna de hostigamiento entre los mismos protagonistas del movimiento peronista esto puede derrapar perjudicialmente y va a ser otro elemento de escepticismo político para buena parte de la población. Otro punto es que realmente no sé cómo va a hacer la Argentina para reconfigurar lo que está perdiendo en todo este período en materia de empresas estatales, de inversión, de ministerios, de control social sobre las necesidades colectivas. No sé si estamos a tiempo para evitar la destrucción que vino a proponer Javier Milei, algo que planteó en las elecciones y lo lleva adelante en la acción gubernamental presente.

ME: ¿Considera que el rumbo político y económico que el gobernador bonaerense Axel Kicillof imprime a su gestión puede representar a futuro una expectativa de que Argentina vuelva a ser considerado para integrar los BRICS? 

GF: Sí, el planteo de Kicillof, que conoce la cartera económica nacional desde dentro y, por supuesto, ya después de mucho andar, el distrito bonaerense, que es el más importante en materia económico social de la República Argentina, considero que cuenta con las herramientas y el criterio para llevar adelante una postura que reposicione a la República Argentina y, al mismo tiempo, la reinserte en la perspectiva de integrar los BRICS.

Para los BRICS estamos a tiempo. Pese a los dislates del gobierno argentino, las naciones BRICS han evitado dar respuestas fuertes, tienen paciencia y saben que un gobierno pasa. Al mismo tiempo, también es importante acelerar los procesos y definir el rumbo con nitidez para que no sea tarde. Vamos hacia la multipolaridad y esto Argentina debe plantearlo rápidamente. Ese planteo no se formula con intensidad desde la oposición y es necesario marcar ese «vamos hacia los BRICS, vamos hacia la multipolaridad».

ME: ¿Cuál es el aporte principal de «Fuentes seguras, la era de los BRICS+» para quienes buscan interiorizarse en política internacional? 

GF: Como dijo uno de los analistas internacionales que se zambulló en el análisis del libro, estos tomos estudian este momento apasionante y describen, semana a semana, lo que va ocurriendo en el planeta desde el 2016 hacia acá, aproximadamente. Entre «Fuentes Seguras. El sendero de la multipolaridad» y el nuevo «Fuentes Seguras. La era de los BRICS+» uno puede entender cómo se ha modificado el horizonte geoeconómico mundial al punto de ir arribando hacia un panorama más equilibrado. Esto no es la solución de todos los problemas pero sí una aproximación, donde las naciones empiezan a tener un trato más razonable entre sí y queda muy evidenciado quiénes son los que necesitan de la guerra para poder avanzar.

En los dos tomos y en el último, con mucha precisión, a mi entender, se describe el traspaso del crecimiento industrial de las naciones centrales a la hegemonía de las corporaciones financieras lo cual, en definitiva, ha generado el hundimiento de las mismas. Por lo tanto, podemos decir que las naciones que componen los BRICS crecen y han apostado a la inversión productiva, al desarrollo industrial y a la investigación científico técnica. Mientras que el centro occidental tradicional, Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania, caen y esto es irreversible. Este libro partido en dos logra narrarlo, estoy orgulloso de su realización.

Pinturas. Delacroix. Caravaggio. Monet. Manet. Cezanne.