El repentino cierre de una sucursal de Frávega en Temperley encendió una fuerte alarma entre trabajadores y organizaciones gremiales. La tienda ubicada en Pasco y Salta amaneció este martes con las persianas bajas, sin aviso previo y con la noticia de despidos comunicada de hecho cuando los empleados llegaron a cumplir su horario laboral. El hecho desató indignación y preocupación ante lo que se interpreta como una señal de un ajuste mayor dentro de la cadena de electrodomésticos.
La reacción fue inmediata: trabajadores y trabajadoras realizaron una protesta espontánea en la puerta del local, acompañados por representantes del Sindicato de Empleados de Comercio de Lomas de Zamora (CEC). El secretario general del gremio, Rubén Crosta, calificó la maniobra como un “brutal avance patronal” y denunció un “acto de desprecio absoluto por quienes sostienen día a día el funcionamiento de la firma”. Exigió, además, la inmediata reincorporación de los empleados despedidos.
En paralelo, Crosta advirtió que la situación podría ser solo el primer capítulo de un ajuste más amplio dentro de la compañía. Según información que maneja el sindicato, Frávega estaría preparando un plan de despidos que alcanzaría a unos 300 trabajadores en todo el país. Esta posibilidad avivó aún más la tensión, alimentando el temor de que el cierre de la sucursal de Temperley sea el preludio de un proceso de reestructuración más profundo.
Frente a la gravedad del conflicto, el CEC presentó una denuncia ante el Ministerio de Trabajo bonaerense. Representantes de la cartera laboral se hicieron presentes en el lugar y convocaron a una audiencia con la empresa para intentar encauzar la situación. Los trabajadores anticiparon que no retrocederán en su reclamo: “Primero que den la cara y reincorporen a quienes dejaron en la calle de un día para el otro”, señalaron entre aplausos.


Durante la jornada, los empleados mantuvieron una permanencia frente al comercio a la espera de respuestas. El gremio insistió en que no permitirá vulneraciones a los derechos laborales y denunció un accionar empresarial que, según afirmaron, busca avanzar de forma unilateral con despidos y traslados sin previo aviso. La presencia del Ministerio fue recibida como un primer paso, aunque los trabajadores remarcan que la solución debe llegar de inmediato.
Ante el escenario de incertidumbre, el CEC convocó a organizaciones sindicales y sociales a solidarizarse con los trabajadores afectados. “La única forma de frenar estos atropellos es con unidad y movilización. Frávega debe entender que no puede jugar con la vida de las y los trabajadores”, subrayó Crosta. El dirigente adelantó que continuarán las acciones gremiales y que exigirán la inmediata reincorporación de todo el personal despedido.


