Reportaje especial de Motor Económico
El ex intendente de San Antonio de Areco sostiene que “la política concebida en los últimos años le dio la espalda a la gente” y reclama un peronismo más comprometido con el conjunto de la población “y menos conurbanizado”. En el libro presentado en la Feria del Libro, “Arraigo. Hacia un federalismo del siglo XXI”, plantea un nuevo modelo social y político, y un Estado más presente pero a través de sus representantes locales, en cada municipio.
(Por Raúl Dellatorre /Especial para Motor Económico) La irrupción de Javier Milei en la escena política con vastos sectores de la población que lo respaldan, incluso siendo víctimas de su ajuste salvaje, puso en crisis al sistema político en varios aspectos. Pero quizás el más doloroso sea el de la aparente pérdida de contacto entre un movimiento nacional y popular que intenta representar a la mayoría, y esos mismos sectores populares que terminan manifestando una sensación de “hartazgo” con las dirigencias tradicionales. Al punto de”repudiar lo conocido” y buscar la respuesta en lo aparentemente “nuevo”, lo “distinto”, aunque esté parado en las antípodas de los intereses populares, tanto política como ideológicamente.
¿Es eso la manifestación de una conducta irracional de esa parte de la población? Francisco Paco Durañona, ex intendente de San Antonio de Areco y ex senador provincial, tiene una explicación diferente. “La política como fue concebida en estos últimos años le dio la espalda a la gente. Principalmente a la del interior. Se construyó un modelo cada vez más centralista, cada vez más dependiente de las decisiones que se tomen en unas pocas manzanas de la Ciudad de Buenos Aires y entre muy pocas personas, sin conocer ni importarle muchas veces “la agenda del interior”. Después de 2015 pasó con todos los gobiernos, incluso con el nuestro. Sin descentralización del poder, y de los recursos, es imposible gobernar para todos. Y entonces el resultado lógico de toda gestión va a ser la frustración de la gente, el desencanto. Y le va a pasar a este gobierno también, porque no sólo es muy centralista, muy dependiente de las decisiones de una persona y un grupo muy chico que lo rodea, sino porque además es muy violento para aplicar sus recetas”.
Durañona es impulsor y referente del Movimiento Arraigo, una propuesta que intenta incorporar al debate político sobre la Argentina que viene cuestiones tales como la federalización, la planificación urbana en cada comunidad, y el acceso a la justicia, la educación, el trabajo y la salud a todo ciudadano independientemente del espacio geográfico donde elija vivir.
“Estamos convencidos que el futuro debe ser con arraigo, que es la nueva forma de definir la justicia social, garantizando que todas las personas puedan desarrollarse en el lugar donde eligieron vivir, sin importar si se trata de un gran centro urbano o de una pequeña comunidad rural”, afirma Paco Durañona.
Este domingo está presentando en la Feria del Libro un ejemplar que recoge esas ideas, a través de artículos de distintos autores (políticos, científicos, actuales y ex jefes municipales) que participan de la propuesta. Será en el stand de la provincia de Buenos Aires, a partir de las 18, y lo acompañarán algunos de los autores de los diferentes capítulos. “Arraigo. Hacia un federalismo del siglo XXI”, es el título del libro.
“Lo de Arraigo viene de lo que fue nuestra planificación en la gestión en San Antonio de Areco. Le dio un sentido a la gestión, porque arrancamos con conocimiento de que la población estaba achicándose, como en todos los municipios del interior. Crece la población argentina total, pero se ameseta o disminuye en el interior. Ese desarraigo se da especialmente con la juventud. ¿Y por qué tenemos ese desarraigo? Por falta de oportunidades”
EL ROL DEL ESTADO
“No hay acceso a la tierra, ni a la vivienda, ni posibilidades de nuevas urbanizaciones salvo que estén en manos del mercado exclusivamente. El mercado no apuesta adonde no hay gran concentración de población que le garantice rentabilidad. Doy un ejemplo: nadie invierte en fibra óptica en el interior. A nosotros nos salvó el tendido de la red de fibra óptica federal, uno de los hitos máximos para mí de los gobiernos de Néstor y Cristina. Y la gestión de Julio De Vido. Hoy Areco tiene 100% de cobertura de fibra óptica de Arsat. En localidades rurales el servicio lo prestan las cooperativas a una cuarta o quinta parte del precio que el mercado, incluyendo el triple play (telefonía celular, TV e internet). Además, el nodo de Arsat fue el que permitió que algún privado se incorporara”.
“Y estoy hablando de Areco-precisó-, con un caudal turístico importante, capital nacional de la tradición, perfil social de la población importante, un sector agropecuario robusto. Imaginemos más lejos. Pero el acceso a la comunicación lo tuvimos en 2010 porque hubo un gobierno orientado a ese desarrollo”.
Y añadió :“Nuestra gestión apuntaba a un Estado fuerte articulando con el privado en urbanizaciones, servicios públicos, acceso a la vivienda, nuevas escuelas técnicas, universidad. No había universidad en todo el noreste bonaerense. Hoy tiene 5000 alumnos en carreras que tienen que ver con las posibilidades productivas de la región. Trabajamos mucho en promoción del transporte, caminos rurales, producción local de alimentos. Una agenda vinculada con el arraigo. Después de ocho años (2011-2019), pudimos demostrar que con esa orientación se puede consolidar el arraigo en una población”
OTRO MODELO ES POSIBLE
“A partir de ese modelo, empezamos a acercarnos a otros referentes de otras comunidades del interior, provincias o municipios, y empezamos a compartir la idea del Arraigo. Y vimos que eso prendía, no sólo en la política sino en medios locales, en la población.
Porque lo peor que le puede pasar a una familia del interior es el desmembramiento familiar, no por voluntad propia, sino por falta de opciones. Y vemos el fenómeno del desarraigo del que se va pero también del que se queda, sin chances, en un techo muy bajo de posibilidades, condenado a vivir como un changarín. La mayor cantidad de empleo en negro que hay en Argentina está en los pueblos del interior. No hay desarrollo porque tampoco hubo una apuesta al desarrollo.
Y, por supuesto, si pensamos en una planificación estratégica de la Argentina, el arraigo entra en este debate. A partir de ahí, salió la idea de invitar a distintos referentes sociales, locales, de distinta pertenencia política, culturales, a acompañarnos en esta publicación volcando este punto en común que tenemos con el arraigo.
Este libro lo terminamos de elaborar el año pasado, 2023, queríamos utilizarlo como herramienta del modelo de país a elegir para Argentina, creo que hubiera sido enriquecedor. No hubo interés, y ahora estamos recorriendo el país, iniciamos con la presentación este domingo en La Feria del Libro, pero ya tenemos acordado otra presentación en Salta con Juan Manuel Urtubey y el Foro de Intendentes. Estamos trabajando para ir a Córdoba con la universidad nacional, y nos están llamando desde distintos municipios y localidades para ir a presentar el libro.
LA CONURBANIZACION DEL PERONISMO
¿Por qué crees que hubo tanta resistencia a incorporar al debate de un modelo de país la propuesta de repensar lo que pasaba con la gente y su frustración?
Nos hubiera encantado poder dar el debate sobre el modelo de arraigo y un nuevo federalismo previo a la elección 2023, sin perjuicio de que veníamos batiendo el parche en años anteriores criticando la ultra conurbanización que había asumido el peronismo y la política argentina en general.
La necesidad que sostenemos de incorporar al debate a municipios, no lo tomó la política nacional. Se quedó con un centralismo cada vez mayor, cada vez más profundo. Y no lo tomó el peronismo, que sigue hoy encerrado en discusiones de liderazgos que se concentran en una mancha de la superficie argentina que no abarca ni el 5% del territorio.
Porque prima la idea de ultrapersonalización de la responsabilidad política de un país, y encima focalizado en un solo territorio centralista. Hacer depender todo lo que pasa en la vida de las personas y prometer que así le vamos a garantizar la felicidad, obviamente que la respuesta va a ser frustración y bronca.
Los municipios y los territorios no son el primer mostrador. Son el único. Para un vecino o ciudadano de cualquier pueblo, la única cara visible a la cual le va a ir a pedir una solución son sus referentes municipales. ¿Y qué es lo que se hizo? El Estado nacional terminó absorbiendo los recursos que tenían esos estados locales para resolver por sus propios medios. Entonces la Argentina se desintegró, se fragmentó, en una especie de Gran Hermano, donde todos estamos mirando permanentemente qué hace el Número Uno y su entorno para resolver mi problema. Ya sea falta de agua, falta de transporte o el bache en la puerta de tu casa. Así es imposible construir una Argentina.
Lo de Milei no es la excepción. Es una demostración agravada de la concentración de poder, que puede ser exitosa en una primera instancia. Hoy estamos ante un gobierno no solo personalista sino que ni siquiera están designados los funcionarios para garantizar el mínimo funcionamiento de la administración pública. Y no hay ninguna consecuencia. Todo está focalizado diariamente en lo que hace Milei y sus colaboradores más inmediatos. Además, con una posición violenta nunca vista y una demostración violenta de esa práctica del látigo o la billetera: «si no me aprobás la ley, aplasto a tu provincia y no te largo una moneda». Y además te lo dicen abiertamente.
Si en Argentina, con estos niveles de pobreza, de indigencia, y una desestructuración total, desarraigo en el interior y discutiendo lo que estamos discutiendo, llegó la hora de darnos cuenta de que el sistema ha fracasado”.
JUSTICIA SOCIAL SIGLO XXI
Volvamos a la propuesta del Movimiento Arraigo. ¿Cómo la resumirías?
Hay dos ejes clarísimos. El primero, garantizar calidad de vida en el lugar donde uno vive o elige vivir. Fomentando incluso una migración inversa, una vuelta al interior. En la opinión pública, cada vez es más marcado que la mejor calidad de vida se imagina que se tiene en los pueblos del interior. Aún sin garantizar la infraestructura mínima indispensable. Entonces ahí tenés el otro eje: crear infraestructura.
Entonces, lo primero para insertar en la agenda es la idea de la migración inversa, y garantizar en todos los casos servicios esenciales, desarrollo y calidad de vida, que es lo que corresponde. Que en cada lugar geográfico, sin importar la cantidad de habitantes, sin importar la ubicación geográfica,
La justicia social del siglo XXI es el arraigo, que el que vive en una localidad rural tenga las mismas condiciones de vida del que vive en una ciudad. Yo creo que ese es el modelo revolucionario para el peronismo en este siglo XXI.