Élisabeth Borne tiene la esperanza de poner fin a semanas de protestas contra una nueva ley de pensiones.
Las manifestaciones contra la reforma de las pensiones, que aumentará la edad de jubilación en dos años, se volvieron violentas después de que el gobierno impulsara por decreto la legislación este mes, eludiendo votación parlamentaria final.
El presidente Emmanuel Macron descartó la posibilidad de derogar o retrasar la ley, y ha encargado a su primera ministra que encuentre nuevos apoyos en el Parlamento, después de que el gobierno no lograra los votos suficientes para aprobarla.
Borne se reunirá con los líderes de los partidos políticos y también quiere reanudar el diálogo con los sindicatos sobre cuestiones laborales, dijo su oficina, sin mencionar el proyecto de ley de pensiones.
La primera ministra dijo que las reuniones con la oposición y los líderes sindicales tendrían lugar en la semana que comienza el 3 de abril. También se comprometió a no volver a utilizar decretos para aprobar leyes sin someterlas a la Asamblea Nacional, salvo en el caso de los proyectos de ley presupuestaria.
No está claro si el intento del gobierno de poner coto a la crisis de las pensiones calmará a una mayoría de la opinión pública hostil a la reforma y a los manifestantes exasperados por la adopción de la legislación sin una votación final. Los sindicatos han programado para el martes una décima jornada de protestas en todo el país contra la ley de pensiones, después de que en la anterior, el jueves, se produjeran los enfrentamientos más violentos hasta la fecha con la policía.
El jefe del sindicato CFDT, Laurent Berger, propuso la semana pasada a Macron pausar la ley durante seis meses para buscar un posible compromiso.
Más protestas
Un policía y un manifestante resultaron gravemente heridos en enfrentamientos durante una manifestación no autorizada contra la construcción de un embalse de agua para riego agrícola en el oeste de Francia.
La peor sequía registrada en Francia el verano pasado agudizó el debate sobre el uso de los recursos hídricos. El gobierno afirma que los embalses artificiales son una forma de utilizar el agua eficientemente cuando se necesita, mientras que los manifestantes -que los llaman «megabalses»- sostienen que están sobredimensionados y favorecen solo a las grandes explotaciones.
La policía disparó gases lacrimógenos para repeler a los manifestantes cuando cruzaban los campos para acercarse a la zona de construcción en el distrito rural de Sainte-Soline. Al menos tres vehículos de la policía fueron incendiados.
Emmanuelle Dubee, prefecta de la región circundante, dijo que al menos unos 10.000 manifestantes habrían marchado desafiando la prohibición en el lugar donde una protesta similar en octubre también se volvió violenta. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, declaró que un agente y un manifestante se encontraban en estado crítico, pero añadió que sus vidas no corrían peligro.
En total, siete manifestantes y 24 policías resultaron heridos, dijo Darmanin, que culpó por la violencia a unos 1.000 activistas a los que calificó «de extrema izquierda». Los disturbios habían comenzado en las zonas cercanas desde el viernes, antes de la violencia del fin de semana, y la policía detuvo a 12 personas, añadió.
Fuente: diarionorte.com