Edición n° 2961 . 30/12/2024

En la previa a la elección presidencial, Bolsonaro agita el fantasma del fraude

El presidente y candidato a la reelección publicó un video en Facebook asegurando que las urnas no podrán ser auditadas por observadores internacionales.

El presidente Jair Bolsonaro afirmó que los observadores internacionales llegados a Brasil no podrán fiscalizar los comicios del próximo domingo ya que las urnas no pueden ser auditadas, en una nueva embestida contra el proceso electoral en medio de sondeos que pronostican que será derrotado por su rival Luiz Inácio Lula da Silva.

Las declaraciones del miércoles del mandatario se suman a amenazas veladas que ha hecho de no reconocer los resultados en caso de triunfo del expresidente Lula, y llegaron horas después de que su Partido Liberal divulgara una supuesta pericia con recomendaciones por fallas en el escrutinio, algo tildado de «falso» por la Justicia electoral.

En un video en su cuenta de Facebook, el líder de extrema derecha volvió a expresar dudas, otra vez sin pruebas, de que las elecciones sean limpias, e incluso amenazó con convocar a las Fuerzas Armadas si se prohíbe a la población ir a votar con la camiseta amarilla y verde, pese a que no hay ninguna medida de la Justicia electoral contra ello.

Amenaza sobre Paraguay

«Hay mucho en juego», afirmó Bolsonaro, quien contó que recibió al jefe de la misión de observadores de la OEA, el excanciller paraguayo Rubén Ramírez Lezcano.

«Yo le advertí que, si un día Brasil cae, Paraguay puede caer, y no podemos renunciar a la hidroeléctrica de Itaipú», dijo Bolsonaro en el video.

Brasil y Paraguay iniciaron negociaciones en torno al tratado fundacional de la presa hidroeléctrica, una de las principales del mundo, que deberá ser revisado en 2023, cuando se cumplirán 50 años de su firma.

El ganador de las elecciones presidenciales de Brasil asumirá el nuevo Gobierno el 1 de enero de 2023, por lo que será responsable del tramo final de la negociación con Paraguay, y Bolsonaro ha insinuado que Lula podría no querer revisar el tratado.

El mandatario agregó que le preguntó a Ramírez Lezcano «‘qué viniste a hacer acá’, porque el sistema electoral electrónico está todo cerrado» y «dicen que las urnas son inauditables».

«Le pedí que le hiciera un informe preliminar. Le pregunté: si alguien denuncia fraude, ¿cómo ustedes van a fiscalizar que hubo o no hubo?», disparó el ultraderchista.

Noticias falsas

Bolsonaro también se valió de una noticia falsa para alentar a sus seguidores a acudir a votar con los colores del país, supuestamente para identificarse con él.

El titular del Tribunal Superior Electoral (TSE), el juez Alexandre de Moraes, determinó que los fiscales y presidentes de mesa no pueden usar camisetas de equipos de fútbol o de partidos políticos.

Sin embargo, Bolsonaro tergiversó la orden y la presentó como una prohibición que rige para los votantes, y dijo que si se permite a la gente usar camisetas con los colores verde y amarillo ordenará a las Fuerzas Armadas que lo permitan.

Horas antes, su Partido Liberal divulgó un informe de una entidad privada llamada Instituto Voto Libre que apunta a una serie de fallas en el sistema de escrutinio electrónico.

El informe fue difundido por diputados del PL el mismo día en que el presidente de la fuerza, Valdemar Costa Neto, visitó la sala del escrutinio en el TSE y dijo que no existía allí una sala secreta como denuncia Bolsonaro desde 2021.

El TSE calificó el informe de «mentiroso, falso y en búsqueda de hacer tumulto en las elecciones».

La pericia costó unos 80.000 dólares, según el informe.

De acuerdo con los últimos sondeos conocidos, Luiz Inácio Lula Da Silva, que fue presidente de Brasil dos veces entre 2003 y 2010, supera a Bolsonaro por entre 10 y 14 puntos en intención de voto de cara a la primera vuelta del domingo próximo.

Los sondeos indican que exlíder sindical de izquierda podría obtener la mitad más uno de los votos necesaria para evitar un balotaje, programado para un mes después en caso de que la elección deba dirimirse en esa instancia.

Fuente: Tiempo Argentino