Lucas Luciano es directivo de la empresa que tiene la obra de la autovía a Holmberg. Además preside en Buenos Aires la Cámara Argentina de la Construcción. Dijo que Argentina invierte un bajo porcentaje en infraestructura
POR MARCOS JURE
“Vamos a un esquema de obra pública cero”. El anuncio del presidente electo Javier Milei cayó como una bomba en la industria de la construcción, que en los últimos meses había llegado al récord de crear 520 mil empleos y ahora ingresó en un período de zozobra. A partir de esa definición se frenaron proyectos, se paralizaron contratos y hubo despidos.
Lucas Luciano, presidente de la delegación Buenos Aires de la Cámara Argentina de la Construcción, indicó que los países desarrollados del mundo invierten hasta el 6% de su PBI en obras públicas mientras que Argentina sólo estaba en el 2. Pero, además, planteó que el esquema de obras que plantea Milei, con financiamiento exclusivamente privado, sólo puede ser exitoso en el 10 por ciento de los proyectos.
Luciano también habló de la autovía a Holmberg, una obra que está a cargo de su empresa y que en los últimos días quedó paralizada.
– ¿Cuál es la situación de la autovía a Holmberg?
– La verdad que es básicamente lo que está pasando a nivel nacional. Concretado el triunfo del nuevo presidente y a partir de sus declaraciones de que la obra pública a nivel nacional se va a ir a cero, las empresas tomaron la previsión de parar los contratos porque, básicamente, nosotros vivimos de los certificados. Los certificados son un instrumento que se van realizando durante el mes de la ejecución de los trabajos; cuando el mes termina, se factura y se cobra a los 45 o 60 días, que es el tiempo normal si el pago es normal. Por ejemplo, si estamos terminando de certificar el mes de noviembre, se va a cobrar en enero o febrero. Si están avisando que la obra pública va a cero, las empresas hoy por hoy por la situación inflacionaria, por el tema del gasto corriente, están poniendo todo su capital. Ir a un banco es muy caro, el capital de trabajo es casi todo propio: la inversión en equipos, en materiales, en personal. Creo que en esto no es un tema de ser previsor o no sino saber que te están diciendo que no lo vas a cobrar porque no va a haber obra pública. Veremos una vez que el presidente o su ministro estén ya en sus cargos y nos reciban y veamos cómo sigue, veremos cómo está la obra pública a nivel nacional y veremos qué proyectos continúan y cuáles no y ahí se verá qué se hace.
– ¿Hay deuda por la autovía?A partir de la decisión de frenar la obra, también hubo empleados que quedaron cesantes.
– Sí, sí. No hay deuda. Aparte porque se estaba tramitando una modificación de obra de lo que son las interferencias, que es básicamente cuando se elaboran los proyectos, son cuestiones que van apareciendo y que no estaban previstas. Se estaban haciendo trabajos que se podían hacer, a la gente se le cumplió con su liquidación final, se pudo conservar la mayor cantidad de gente que se podía -nosotros estamos realizando también la obra de Las Albahacas con la Provincia que no tiene ningún inconveniente- y tenemos mucha gente trabajando en esa obra y esperando a ver qué pasa con las obras nacionales para ver si se continúan o no.
– El presidente electo dice obra pública cero a pesar de que hay muchos proyectos en marcha. ¿Se puede sostener el criterio de que las obras las hagan los privados solamente, sin financiamiento estatal?
– Nosotros desde la Cámara de la Construcción tenemos un estudio muy correcto, pormenorizado, que habla de las famosas PPP, Participación Público Privada en el mundo, y los promedios que ocupan esas obras en la torta nacional de cada país. En ninguno de los países desarrollados donde esto se lleva a cabo supera del 7 al 10 por ciento del paquete global de obra pública. El resto lo financia el Estado, porque son obras que son inviables para un privado que tenga que desarrollar un esquema de financiamiento. Las obras viables son ese 7 o 10 por ciento, que tienen en el caso de las autopistas un alto tránsito, que no van a recibir subsidios y por lo tanto se financian con peaje. Pero el resto de las obras nacionales, provinciales y municipales -cordón cuneta, planta cloacal, asfalto- son obras que el privado no las puede financiar porque no es un negocio rentable.De eso siempre se ocupó el Estado. Entonces, esperemos a ver qué dice la nueva administración, qué propone y ahí estaremos para trabajar. Son empresas que tienen muchos años en la industria. La nuestra este año cumple 50 y así todas. Lo nuestro es trabajar. Estamos esperando que estas políticas se aclaren y nos digan cómo seguimos porque en los últimos meses se había llegado a un récord a nivel nacional de mano de obra, de empleados en el sector de la construcción, que fueron 470 mil empleados por Uocra y 50 mil gerenciales. Es decir, 520 mil familias vivían de manera directa más muchos otros que viven de manera indirecta. Hoy estamos esperando. La verdad es que no tenemos más información que la que surgió en los medios. Estamos viendo cómo podemos ayudar para que el sistema se ponga en marcha. Siempre priorizando la mano de obra.
– Es un sector multiplicador en la economía.
– La obra pública en el mundo, en países del primer mundo como Estados Unidos o Alemania, el promedio de la participación en el PBI ronda siempre entre 4,5 y 6 por ciento.EnArgentina en el último año se llegó al 2 por ciento, veníamos de un 1 por ciento en años anteriores. Estuvimos en algún momento cerca de 2 y medio. Lo ideal para Argentina sería tener una participación en el PBI de obra pública del 3 o 3,5 por ciento.Argentina con esa inversión podría poner en valor gran parte de su infraestructura. De ahí a cero hay un paso grande, de ahí a los países avanzados hay otra distancia y después tenés que ver dentro de ese paquete qué puede ir por inversión pública privada y qué tiene que hacer el Estado.