Edición n° 2977 . 15/01/2025

El sombrío augurio del ‘padrino’ de la IA respecto al control de las máquinas sobre la humanidad

«La inteligencia humana común y corriente ya no será la vanguardia, sino las máquinas», afirmó el profesor Geoffrey Hinton.

El profesor Geoffrey Hinton, que este año recibió el Premio Nobel de Física, advirtió que la inteligencia artificial (IA) podría acabar con la raza humana en las próximas dos décadas, recoge The Telegraph.

Durante una reciente entrevista, Hinton comparó el rápido desarrollo de la IA con la revolución industrial, aunque aclaró que las máquinas «podrían tomar el control» esta vez, por lo que pidió una regulación gubernamental más estricta.

Anteriormente, el científico informático había dado un 10% de probabilidades de que la tecnología lleve a la humanidad a un destino catastrófico en los próximos 30 años. Sin embargo, cuando le preguntaron si algo había cambiado en su análisis, respondió: «En realidad, no. Creo que entre 10 y 20 años, si acaso».

«Nunca antes hemos tenido que lidiar con cosas más inteligentes que nosotros mismos. ¿Y cuántos ejemplos conoces de un ser más inteligente controlado por un ser menos inteligente? Hay muy pocos ejemplos», continuó.

«En la revolución industrial, la fuerza humana se volvió menos relevante porque las máquinas eran simplemente más fuertes: si querías cavar una zanja, la cavabas con una máquina. Lo que tenemos ahora es algo que está reemplazando a la inteligencia humana. Y la inteligencia humana común y corriente ya no será la vanguardia, sino las máquinas», agregó.

El experto trabajó en Google durante más de una década; sin embargo, renunció a su puesto en el gigante tecnológico el año pasado para poder hablar libremente sobre las consecuencias que el mal uso de la IA generativa podría tener sobre la humanidad. En mayo, advirtió de los riesgos que las compañías tecnológicas estaban corriendo al competir por lograr productos basados en ella, y que su actual desarrollo podría «ser imposible de detener».

Hinton, en varias entrevistas, no solo ha puesto en guardia sobre los peligros de la IA, sino que en alguna ocasión afirmó que se arrepentía de parte de su trabajo, según se recordó en la rueda de prensa.

En este sentido, explicó que «hay dos tipos de arrepentimiento», aquel con el que uno se siente «culpable», porque se hizo algo nuevo, que no se debería haber hecho, y un segundo por algo que se volvería a hacer «en las mismas circunstancias, pero puede que al final, no salga bien».

Este es el tipo de arrepentimiento que aseguró tener y agregó que «en las mismas circunstancias volvería a hacer lo mismo», aunque reiteró su preocupación de que se pueda llegar a sistemas «más inteligentes» que «eventualmente tomen el control».

El experto en IA, cuyo trabajo fue fundamental para disponer de herramientas como ChatGPT, declaró que cuando quiere saber la respuesta a algo pregunta a ChatGPT 4, el cual usa bastante, aunque advirtió: «No me fío del todo porque puede alucinar» (cuando la IA generativa da respuestas erróneas, imprecisas o faltas de sentido).

Una de las preguntas típicas a un nuevo nobel es saber dónde estaba cuando recibió la llamada y también se formuló en la rueda de prensa.

«Estoy en un hotel barato en California, que no tiene una buena conexión a internet ni al teléfono. Hoy iba a hacerme una resonancia magnética, pero tendré que cancelarla».