El equipo económico está preocupado por el impacto de la inflación importada sobre los precios locales. Están evaluando dos medidas para contrarrestarla. Una es la suba de las retenciones y la otra es en avanzar en fideicomisos de subsidio cruzado, como sucede en forma exitosa en el mercado del aceite mezcla.
( Por Natalí Risso)
«Si queremos asegurar carne, pollo, pan y leche en la mesa de los y las argentinas tenemos que desvincular los precios internos de los internacionales. Tenemos que pensar un mecanismo para compatibilizar exportaciones, rentabilidades y abastecimiento del mercado interno», afirmó el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, en una entrevista con PáginaI12.
A un mes del comienzo de su gestión, celebra el alcance del acuerdo de precios y abastecimiento para la canasta de productos en góndola, pero pone el foco sobre un problema que se viene: el de alimentos frescos. Tras observar el aumento cada vez más intenso de precios a nivel internacional, propone debatir dentro del gabinete económico y con los actores de sectores sensibles de consumo popular diferentes mecanismos que eviten la inflación importada.
«Si queremos asegurar carne, pollo, pan y leche en la mesa de los y las argentinas tenemos que desvincular los precios internos de los internacionales. Tenemos que pensar un mecanismo para compatibilizar exportaciones, rentabilidades y abastecimiento del mercado interno», afirmó el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, en una entrevista con PáginaI12.
A un mes del comienzo de su gestión, celebra el alcance del acuerdo de precios y abastecimiento para la canasta de productos en góndola, pero pone el foco sobre un problema que se viene: el de alimentos frescos. Tras observar el aumento cada vez más intenso de precios a nivel internacional, propone debatir dentro del gabinete económico y con los actores de sectores sensibles de consumo popular diferentes mecanismos que eviten la inflación importada.
– Este sábado se cumplió un mes del acuerdo de precios, ¿cuál es el balance?
– Nuestra gestión inicial se concentró en frenar la aceleración de precios de los primeros 15 días de octubre. El balance del programa es bueno: ampliamos la canasta a 1432 productos, casi el doble de los que había, con un cumplimiento promedio de 85 por ciento tanto en precios como en abastecimiento. El resultado fue que en la segunda mitad de octubre hubo una desaceleración de la caída del consumo y de la suba de precios.
– ¿Cuál es el próximo paso en materia de regulación de precios?
– Empezamos esta semana la segunda fase, abordando el tema precios en productos clave, es decir carne, pollo, pan y parte de leche fresca que hoy no se encuentra dentro del programa. No era mi intención hacerlo de esta forma, pero lamentablemente empezaremos las conversaciones por la negativa, porque la urgencia hoy es el aumento de la carne. A raíz de esta situación tuvimos una reunión con los ministros Martín Guzmán, Matías Kulfas y Julián Domínguez y el diagnóstico es que la suba de precios internacionales llegó para quedarse por lo menos hasta el año que viene, cuando este efecto se agudizará. Este capitalismo que emerge de la pandemia respeta el modelo de producir poco y ganar mucho, apoyado en concentración monopólica en todo el mundo. En este marco aumentarán el precio del maíz, el trigo y la carne y tenemos que evitar que impacten en la mesa de las y los argentinos. Si queremos asegurar carne, pollo, pan y leche tenemos que desvincular los precios internos de los internacionales.
– ¿Qué tipo de mecanismos evalúan?
– Dos: el más tradicional de aumentar los derechos de exportación y un alternativo de crear fideicomisos de subsidio cruzado, como sucede en el mercado del aceite mezcla. Comparando el 2015 con el 2021 hoy las retenciones tienen menos peso frente a productos con precios internacionales más altos y, por lo tanto, menor regulación de cupo de exportaciones. El otro mecanismo es un fideicomiso de subsidio cruzado, un acuerdo entre privados por el que parte de la renta exportadora se destina a subsidiar el precio de aquellos que venden en el mercado interno. Hoy el modelo es el de aceite mezcla y es exitoso en términos de precios y para el productor, porque el subsidio para que se mantenga el precio del mercado interno es apenas el 1,9 por ciento, mucho menos que las retenciones tradicionales. Además la recaudación no va al Estado sino que va directo al consumidor. No son propuestas antagónicas aunque cuanto mejor funcione ese fideicomiso menos va a ser la necesidad de aumentar el nivel de retenciones. Por cualquiera de las dos vías es imprescindible intervenir porque sino vamos a tener un impacto en el precio de los alimentos más grande que el de ahora con un traslado también a productos de góndola que usan trigo como insumo, como por ejemplo los fideos.
– ¿El ministro Guzmán está de acuerdo con esta propuesta?
– Él tiene la misma proyección en términos del aumento de precios internacionales. Nos convocó esta semana a propósito del aumento del precio de la carne y Guzmán se mostró dispuesto a escuchar e incluso estuvo de acuerdo en evaluar estas dos posibles medidas.
– A propósito de la carne, ¿por qué hubo aumentos en los últimos días?
– Hay una respuesta objetiva que tiene que ver con una baja en la oferta. Los productores dicen que es una salida por las presiones que hubo por el congelamiento, pero la realidad es que los niveles de exportación sobre producción se mantuvieron en 28 por ciento en todo el 2021 y los frigoríficos exportadores hicieron su negocio. Hay muchas maniobras especulativas en el aumento del novillo esta semana, y la menor oferta de reces no justifica el aumento de 26 por ciento en lo que va del mes.
– ¿Qué medidas evalúan para frenar la suba?
– En la mesa de ministros tomamos una decisión rápida y le pedimos a las grandes cadenas que no trasladen a precios este fin de semana largo. Este viernes se acomodó levemente el precio en Liniers. No sé que va a pasar el martes, porque probablemente los supermercados y carnicerías tengan que reponer mercadería tras el fin de semana largo, pero todo movimiento desmedido que ocurra será retrotraído. Para parar el tema hay que trabajar coordinadamente con Agricultura, que tiene diálogo con los productores para hacer foco en elevar la oferta. Desde el lado de Comercio Interior debemos asegurar que esa oferta llegue a mejores precios al consumidor final y no se pierda en los margenes de intermediación. Para eso vamos a convocar esta semana a frigoríficos exportadores, mercadointernistas y carniceros para plantearles estas medidas que pensamos de desvinculación de precios.
– ¿Este aumento impactará en la inflación de noviembre?
– Probablemente a fin de mes se vea este aumento tanto de la carne como del pollo. También observamos aumentos de precios de productos por fuera del programa, sobre todo productos de gama para segmentar el consumo. Pero hoy la apuesta es la consolidación de esta canasta alimentaria de góndola mas frescos que permita contrapesar la presión del indice.
– ¿En qué estado se encuentra el cumplimiento en mayoristas y comercios de cercanía?
– A diferencia de los grandes supermercados, el cumplimiento es menor. El ponderador baja de 85 a 75 si se reduce la muestra a ese tipo de comercios. En la revisión del último viernes, observamos un particular debilitamiento del cumplimiento por parte de grandes mayoristas, sobre todo en tres: Makro, Vital y Maxiconsumo. Observamos irregularidades en señalética y comercialización de productos dentro del programa. Dejan, en promedio, un 50 por ciento de productos de la canasta sin comercializar. Por este motivo citamos a todos los mayoristas el próximo martes a fin de entender cuál es la dificultad que tienen para cumplir. Nos interesa porque eso genera un problema en la cadena de abastecimientos a pequeños comercios. Es el primer relevamiento que se hace a mayoristas. Si un nuevo relevamiento da mal, empezaremos a aplicar lo que nos comprende en las leyes, pero todavía no quiero llegar a esa instancia.
– ¿Cómo piensan implementar la salida de este congelamiento el 8 de enero próximo?
– No puede haber una salida abrupta. Venimos conversando con las empresas que tiene que haber un gran acuerdo, una canasta amplia en productos de góndola y frescos para que los ingresos populares sean compatibles con la canasta. Queremos consolidar una canasta de productos de góndola regulada, accesible y amplia con el objetivo de bajar la incidencia de la canasta alimentaria en los ingresos de los sectores populares, porque sino no hay política de ingreso, ni paritaria, ni fórmula previsional que aguante. El legado del peronismo en Argentina es que los y las trabajadoras se puedan comprar más o menos lo que quieren, sino convertimos la política alimentaria en una política social. Y el alimento no es política social; es un derecho.