- El organismo que lidera Kristalina Georgieva incluyó el pronóstico en el Panorama Económico Mundial que fue presentado este martes en el marco de la Asamblea de Primavera del organismo. Según el FMI, “el progreso del Gobierno de Milei hasta ahora ha sido realmente impresionante. Las autoridades han podido registrar un superávit fiscal por primera vez en más de una década”.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó este martes que la economía argentina se contraerá este 2024 un 2,8% por los ajustes que está llevando a cabo el presidente Javier Milei y estimó que la inflación acabará este año en el 149,4%. Asimismo, a horas de una reunión clave del ministro de Economía, Luis Caputo, con autoridades del organismo de crédito en busca de un nuevo préstamo para salir del cepo cambiario, el economista jefe del FMI, Pierre Olivier Gourinchas, elogió en una conferencia de prensa el programa libertario: “El progreso hasta ahora ha sido realmente impresionante”
El organismo publicó este martes su último informe de perspectivas globales (WEO, por sus siglas en inglés) y mantuvo la cifra de las anteriores previsiones, publicadas en enero.
En aquel momento, el Fondo redujo drásticamente las perspectivas de crecimiento del país con respecto a las cifras publicadas en octubre, ya que fue el primer cálculo que se publicó tras la llegada de Milei al poder.
Tras asumir la Presidencia argentina el 10 de diciembre, Milei puso en marcha un severo plan de ajuste equivalente al 5% del PIB con el objetivo de recuperar este año el superávit fiscal desde un déficit heredado de un 6% del PIB.
Argentina registró el año pasado una inflación del 211,4%, la tasa más alta del mundo y la más elevada en el país suramericano desde la hiperinflación de 1989-1990.
Con relación a 2025, el FMI espera que la inflación se reduzca a 45% y en paralelo se produzca un fuerte incremento de la actividad económica de 5%.
Argentina tiene una deuda millonaria con el Fondo, institución que no hizo más que adular el plan de ajuste de Milei desde su llegada al poder, y una obligación de revisar el acuerdo cada tres meses.
El Ejecutivo de Alberto Fernández (2019-2023) firmó un acuerdo con el FMI en marzo de 2022 para refinanciar la deuda contraída en 2018 durante el mandato del conservador Mauricio Macri (2015-2019) por unos 45.000 millones de dólares que incluía diez revisiones trimestrales.
El directorio del FMI aprobó el 1 de febrero pasado prorrogar el acuerdo con Argentina hasta el 31 de diciembre de 2024 y recalibrar los desembolsos previstos dentro de la dotación de recursos del programa vigente.
El pasado enero se acordó la séptima revisión que permitió el desembolso de 4.700 millones de dólares, la primera bajo el mandato del presidente Milei.
El economista jefe del FMI, Pierre Olivier Gourinchas, elogió en una conferencia de prensa en la que se difundió el informe de perspectivas globales el plan de ajuste que lleva a cabo el Gobierno de Milei desde que asumió en diciembre 2023: “En Argentina las autoridades están implementando un plan de estabilización muy ambicioso para restaurar la estabilidad macroeconómica, que se centra en una fuerte ancla fiscal que elimina, en particular, cualquier financiación del gobierno por parte del Banco Central, que fue uno de los factores que condujo a cifras de inflación muy elevadas en años anteriores. Y eso ya está mostrando sus efectos. Vemos esta fuerte caída de la inflación mes a mes”, aseguró el directivo del organismo de crédito.
Según el FMI, “el progreso hasta ahora ha sido realmente impresionante. Las autoridades han podido registrar un superávit fiscal por primera vez en más de una década. Y, por supuesto, esto llevará algún tiempo y requerirá una implementación política firme. Es necesario hacer mucho más, y es necesario hacer mucho más en una escala más amplia”, destacó Gourinchas.
Y agregó: “Así que creo que estamos observando esta situación de cerca. Nuestros equipos aquí en el Fondo están en estrecho contacto con las autoridades. Pero el progreso, una vez más, ha sido bastante marcado”.
La situación en Latinoamérica
El FMI publicó este martes las perspectivas de crecimiento de Latinoamérica y el Caribe, y la elevó una décima, hasta el 2%, una cifra pobre por el peso que tiene Argentina en la región.
Su último informe de perspectivas económicas mundiales (WEO, en inglés) actualiza el difundido en enero y apenas varía los datos de entonces. El documento de enero fue el primero con datos de Argentina desde la llegada de Javier Milei al poder.
En comparación con el de octubre de 2023, no obstante, la previsión de 2024 es tres décimas inferior, mientras que la de 2025, del 2,5%, mejora en una décima.
En 2023 la región de América Latina y el Caribe creció un 2,3%, lo que significa que estas nuevas estimaciones para 2024 prevén una ligera desaceleración de l economía antes de volver a tomar impulso.
En enero se atribuyó la disminución del ritmo de crecimiento en 2024 a la caída del PIB en Argentina, que entonces se situó en el -2,8%, si bien para 2025 se esperaba allí una subida del 5%. Las cifras de este abril no modifican los pronósticos de entonces.
Las estimaciones para las dos principales naciones de la región, Brasil y México, ofrecen caminos divergentes.
A Brasil se le anticipa una subida del PIB del 2,2% este año y del 2,1% en 2025, lo que supone aumentos respectivos de cinco y dos décimas respecto a lo proyectado en enero pasado, y se espera que México crezca un 2,4% en 2024 y un 1,4% el próximo año, lo que implica una revisión a la baja de tres décimas en el primer caso y de una en el segundo.
El crecimiento previsto ahora por la organización para ambos países no supera las cifras de 2023, año en que la economía brasileña subió un 2,9% y la mexicana un 3,2%.
El FMI precisó que la moderación en Brasil se debe a la consolidación fiscal, los efectos de una política monetaria aún restrictiva y una menor contribución de la agricultura, mientras que en México se justifica en unos resultados más débiles de lo previsto para finales de 2023 y principios de 2024, con una contracción del sector manufacturero.
Salvo Argentina, por otra parte, no hay ningún país sudamericano que aparezca en negativo este año. Venezuela experimentará la mayor alza prevista, del 4%, que no cambia el de 2023, y está seguida por Paraguay (3,8%), Uruguay (3,7%), Perú (2,5%), Chile (2%), Bolivia (1,6%), Colombia (1,1%) y Ecuador (0,1%).
Solo Uruguay, Perú y Colombia mejoran sus datos de 2023. Para 2025, el FMI espera que el PIB se sitúe de nuevo en el 3,8% en Paraguay, en el 3% en Venezuela, en el 2,9% en Uruguay, en el 2,7% en Perú, en el 2,5% en Colombia y Chile, en el 2,2% en Bolivia y en el 0,8% en Ecuador.
El organismo dirigido por la búlgara Kristalina Georgieva, que difundió estas cifras en el marco de las reuniones de primavera que celebra el FMI con el Banco Mundial esta semana en Washington, proyecta que el PIB de Sudamérica pasará del 1,5% en 2023 al 1,4% en 2024 y al 2,7 en 2025.
Haití, el país más pobre de la región e inmerso en una crisis de desgobierno que no parece tener fin, encadenará contracciones del 4% del PIB y el FMI no cree que se recupere en los próximos cinco años.
El pronóstico del FMI para 2024 y 2025 en Latinoamérica y el Caribe está muy por debajo del anticipado para el conjunto de mercados emergentes y economías en desarrollo, que en ambos años se sitúa en un 4,2%, y también del previsto para la economía global, que en los dos casos está en un 3,2%.
El economista jefe del Fondo, Pierre-Olivier Gourinchas, adelantó la semana pasada en una llamada con periodistas que uno de los factores que puede modificar el escenario perfilado, además de las tensiones geopolíticas, es una inflación persistente.
Tras un aumento de los precios del 14,4% en 2023 en Latinoamérica y el Caribe, se espera un crecimiento del 16,7% en 2024 y que disminuya al 7,7% en 2025. Solo en Argentina, el FMI prevé una inflación del 249,8% este año, antes de reducirse hasta el 59,6% el que viene.
Sube una décima el crecimiento mundial, al 3,2%, pese a las tensiones geopolíticas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó este martes una décima su previsión de crecimiento mundial, hasta el 3,2%, y ha destacado la “sorprendente resiliencia” de la economía pese a las tensiones geopolíticas de las guerras de Ucrania y Gaza y la cada vez mayor fragmentación del comercio.
“En nuestro informe encontramos que la economía global sigue siendo bastante resistente. Aunque existen diferencias entre regiones y países, a pesar de muchas predicciones sombrías, la economía global se ha mantenido estable y la inflación ha regresado a su objetivo con bastante rapidez”, apuntó en una conversación con medios el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas.
En el marco de las reuniones de primavera del Banco Mundial y el FMI, el organismo ha publicado su último informe de perspectivas de crecimiento (WEO, por sus siglas en inglés), que actualiza las cifras publicadas en enero pasado.
En el nuevo WEO mejora una décima las perspectivas económicas mundiales para este año, mientras que para 2025 mantiene sus pronósticos previos y prevé que la economía crecerá también un 3,2%.
El FMI eleva dos décimas las previsiones de crecimiento de las economías avanzadas hasta el 1,7% este año gracias a las buenas perspectivas de la economía estadounidense, que crecerá el 2,7% este año, y mantiene en el 1,8% las de 2025.
La zona euro continúa empeorando sus previsiones y crecerá una décima menos de lo estimado en enero, el 0,8%, por el empeoramiento del crecimiento de Alemania (tres décimas, hasta el 0,2%) y de Francia (también tres décimas y el 0,7%).
El PIB de Italia avanzará también el 0,7% (sin cambios respecto a enero), mientras que España es el único país de las cuatro economías más importantes de la UE que mejora: cuatro décimas, hasta el 1,9%.
En cuanto a las economías emergentes, el FMI también aumenta una décima su estimación de crecimiento para este año, hasta el 4,2%, la misma cifra que en 2025.
La previsión sobre la economía de China se mantiene en el 4,6%, mientras que la de Latinoamérica y el Caribe mejoran una décima, hasta el 2%.
La inflación se modera y bajarán las tasas
Según cálculos del FMI, la inflación media mundial en este 2024 será del 5,9% y se reducirá el próximo año al 4,5%.
Aún así, todavía existen riesgos de que se reviertan las bajadas producidas en los últimos meses, por lo que el FMI recomienda a los bancos centrales que “permanezcan alerta” y estudien cuidadosamente cuándo bajar las tasas, algo que según la institución sucederá en la segunda mitad de este año.
Aunque el resiliente crecimiento global muestra que “la pandemia dejará menos cicatrices económicas” de las esperadas, es preocupante que la tasa de crecimiento a medio plazo siga siendo históricamente baja, apuntó Gourinchas .
Según las últimas previsiones, dentro de cinco años la economía crecerá en torno al 3,1%, la cifra más baja en décadas.
Fragmentación y tensiones
Esto se debe en gran parte, señala el FMI, a la cada vez mayor fragmentación geopolítica y a la reversión de la integración económica transfronteriza impulsada por políticas proteccionistas, que está teniendo consecuencias como la limitación de los flujos internacionales de bienes, servicios, capital y trabajadores.
De hecho, el FMI rebajó en tres décimas el crecimiento del comercio mundial en 2024 y 2025, hasta el 3% y el 3,3% respectivamente, cifras que están “por debajo del nivel histórico”.
La fragmentación geoeconómica generará también “fricciones comerciales” y causará una “reorganización de los vínculos comerciales globales” que podría pesar sobre la actividad global en el futuro, señala el organismo.
Como hace en cada actualización del WEO, el FMI dibuja un escenario de riesgos que podrían empeorar las previsiones, entre los que menciona una escalada del conflicto en Oriente Medio, que podría empezar a materializarse este fin de semana con el ataque de Irán a Israel.
Si la inestabilidad crece, afirma el informe, habrá un aumento de los precios del petróleo y de los costes del transporte.
La geopolítica, señala el FMI, podría complicar el proceso de desinflación en curso y retrasar la flexibilización de las políticas de los bancos centrales, con efectos negativos en el crecimiento económico mundial.