Edición n° 2874 . 04/10/2024

El conflicto en Ucrania como espectáculo: ¿por qué se banaliza lo complejo?

Este 24 mayo se cumplirán tres meses del conflicto en Ucrania, luego de que el presidente ruso, Vladímir Putin, inició una operación militar especial en territorio ucraniano. A pesar de la relevancia mundial y la dificultad del hecho, la atención de las audiencias en torno al tema disminuye.

Cómo sigue la guerra entre Rusia y Ucrania

Si bien la crisis en Europa del Este captó la atención de todos los medios y redes sociales del planeta, conforme ha avanzado el tiempo se ha notado un menor interés de la opinión pública sobre este conflicto.César Ruiz, egresado del Centro de Investigación y Docencia Económicas de México (CIDE) y fundador y director editorial del medio digital Tercera Vía, asegura en entrevista con Sputnik que la curiosidad por las tensiones entre Rusia Ucrania ha disminuido, a pesar de que se trata de un fenómeno geopolítico de gran complejidad y raíces históricas.

Así, en lo que se refiere a la interacción del público con los sitios de noticias, al paso de los días la disputa geopolítica entre ambas naciones, con el involucramiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y que podría trazar un nuevo acomodo internacional de fuerzas, parece tener la misma relevancia que la bofetada que el actor Will Smith propinó al comediante Chris Rock durante la entrega de los Premios Óscar 2022.

Una audiencia de clics fáciles

Euronews Hoy | Las noticias del viernes 1 de abril de 2022

Antes, los ciclos de atención de las audiencias eran de 24 horas, aproximadamente, mientras que ahora los periodistas bromean con que se han acortado a los 24 minutos, comparte el especialista ante la era del TikTok y sus contenidos de unos cuantos segundos, donde lo mismo se practican bailes virales que se habla de Sor Juana Inés de la Cruz o de la Guerra del Peloponeso.

«Es común que ahora los temas, los más nuevos, terminan desplazando a otros que ya estaban aparentemente instalados, pero ahora a una velocidad muy vertiginosa», señala César Ruiz.«Sobre todo, además, ahora que todo parece indicar que va a ser un conflicto largo y muy desgastante, entonces es normal que el ciclo de atención termine agotándose por momentos y, eventualmente, cuando ocurra otro evento dentro del mismo conflicto, pero que sea más espectacular, pues vuelva a instalarse temporalmente para después ser desplazado por otros temas», explica.

Antes de pasar al gran público, describe el egresado del CIDE, los temas son redondeados mediáticamente sólo por los expertos, para luego convertirse en materia común.»Hay un evento que es espectacular, un evento que es importante, que rompe un poco el escenario de la normalidad y, entonces, obtiene toda la atención pública. Generalmente en estos casos, además, lo que sigue es que hay una búsqueda urgente de solución, es decir, desde todas partes van a surgir voces que van a pedir y van a exigir que haya una pronta solución para este tema», apunta.

«Y lo que suele ocurrir también es que el siguiente paso es que se reconocen los costos del problema, se reconoce que hay un costo de la solución del problema que excede las fuerzas que se pueden implementar para solucionarlo y, finalmente, termina pasando lo que ocurre ahora, que es que se vuelve a instalar, a quedar como un problema o como un problema que queda un poco en la congeladora», añade.Esta congeladora se romperá sólo mediante nuevas violencias o espectacularidades, calcula Ruiz en conversación telefónica.»Una vez que atravesaste un umbral de violencia, de espectacularidad, sólo algo peor hace que recuperes la atención y esa es la parte del problema y la parte de lo que nos espera ahora con los ciclos informativos acortados: están pasando muchas cosas importantes a la vez», evalúa el director editorial de Tercera Vía.

Televisar la guerra contra Irak

En 2003, Estados Unidos no sólo inició un bombardeo contra Bagdad, sino que divulgó las imágenes de su intervención en la capital iraquí para su difusión masiva en medios de comunicación, en una especie de borrado entre el ejército y los canales televisivos del país norteamericano.En las últimas tres décadas, se ha tejido una normalización entre la política y el espectáculo, la cual es promovida por los propios medios informativos, que a su vez son instituciones con intereses propios, afirma César Ruiz.»Ahora hay muchas figuras políticas que han dejado de ser figuras de autoridad para convertirse mucho más en algo que consumir. Se construyen un personaje a partir del cual acentúan su narrativa y su máximo compromiso es ser leales al personaje que se han inventado», reflexiona.

«La política ha encontrado como canal para lograr sus objetivos al espectáculo y el espectáculo, a su vez, se ha convertido en una de las formas de la política y de hacer política», añade el periodista mexicano, también experto en las realidades latinoamericanas.En esta conciencia de los espectadores de que los medios corporativos de comunicación tienen agendas políticas claras, subraya Ruiz, sucede que se buscan contenidos sobre el conflicto que parezcan neutrales, es decir, en una relación aparentemente directa entre el informante y las audiencias, como los youtubers.

«Parece más veraz y legítimo que haya un youtuber transmitiendo en vivo, aunque no esté entrenado para ser reportero de guerra, que implica muchísimas cosas que luego se toman a la ligera, pero realmente participar en el conflicto significa convertirse en actor de alguna u otra manera», indica.

«Estamos empezando a ver otra clase de construcción del espectáculo desde la supuesta ingenuidad, desde el supuesto no interés particular como participante dentro de uno de los bandos, yo creo que todo esto es una falsa ingenuidad y que realmente sí terminan jugando como actores, pero además sin esta preparación que requiere hacer periodismo de guerra», critica.Pese a lo problemático de esta credibilidad en comunicadores no profesionales, se trataría de una respuesta de las audiencias al escepticismo que suscitan medios corporativos, que participan como actores dentro del conflicto en favor de una de las partes, atribuye Ruiz.

La responsabilidad de los medios

Para discernir la responsabilidad de la cultura mediática en el esfuerzo de comprender fenómenos complejos como el conflicto entre Rusia y Ucrania, primero hay que diferenciar entre medios de comunicación y prensa, apunta el latinoamericanista César Ruiz, que no sólo son distintos sino que a veces operan en contraposición de intereses.La prensa busca dar información verídica, confirmada, con valores adicionales, mientras que los medios de comunicación operan como instituciones que se suman a los actores de poder, con sus propias agendas de influencia e intereses económicos y políticos.

De este modo, hay que distinguir entre los enfoques del periodismo, que buscan aproximarse a la verdad, y el maniqueísmo de los medios interesados en influir en balance de una de las partes.

«Hay una deuda muy grande en lo que está ocurriendo y tiene que ver con que la narrativa de la Guerra Fría sigue vigente y es difícil de desmontar, también hay que decirlo», considera.

Desde la prensa debemos lograr que estos temas, que tienen una gran importancia, terminen traducidos a un lenguaje ciudadano para que sean de interés, que no sólo sean importantes, hay que hacer interesante lo que es importante», señala el periodista.En estas dificultades, las audiencias están en un proceso de alfabetización mediática donde la digitalización es un fenómeno no sólo reciente, sino distribuido de manera desigual en territorios como México, donde un 30% de la población no tiene acceso a internet, recuerda Ruiz.

«Estamos todavía en ese largo y complicado proceso de ir adquiriendo una nueva sensibilidad como audiencia para exigir que se eleve la vara de la clase de información que merecemos y que necesitamos, y lo que le pedimos a nuestros medios también», apunta el comunicador.

Sputnik